Con un avance del 97,46 %, el ciclopuente que se construye en la intersección de la calle 80 con Boyacá entra en su recta final. Esta obra, que busca mejorar la conectividad entre los barrios Santa María del Lago y Bonanza en la localidad de Engativá, transformará la calidad de vida de más de 97 mil personas, especialmente de quienes enfrentan barreras de movilidad.
Panorama general: El proyecto es mucho más que infraestructura: es el resultado de una lucha ciudadana que comenzó en 2009, cuando vecinos del sector interpusieron una acción popular exigiendo condiciones dignas y seguras de accesibilidad. En 2011, un fallo judicial ordenó al Distrito y al Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) llevar a cabo la obra.
Sin embargo, su avance fue mínimo durante años, hasta que la administración del alcalde Carlos Fernando Galán la recibió con apenas un 0,48 % de ejecución y la impulsó decididamente hasta el 97,46 % actual.
«Estamos afinando detalles de iluminación y espacio público para lograr entregar esta obra. Recuerden que este ciclopuente obedece a una acción popular que obligaba al IDU a construir un puente para personas con movilidad reducida», afirmó el director del IDU, Orlando Molano.
La obra ha requerido una inversión superior a los $29 mil millones, incluyendo la interventoría. Como parte del proyecto, se han habilitado 7250 m² de espacio público y se han recuperado 26.517 m² de zonas verdes, reforzando el compromiso con un entorno urbano más amable y sostenible.
Ciclopuente de la Calle 80 con Boyacá: avance del 97 % y entrega en segundo trimestre
Por qué es importante: La estructura tendrá una longitud total de 322,58 metros, incluyendo pasarelas adaptadas. Será un puente verdaderamente accesible, con rampas adecuadas y sin escaleras, a diferencia del paso actual que solo tiene gradas y excluye a personas en silla de ruedas, adultos mayores o personas con coches para bebés.
Además, el ciclopuente tendrá una doble funcionalidad: será también un paso bicipeatonal, con espacios amplios y seguros para ciclistas y peatones. Esto no solo mejora la movilidad sostenible, sino que fortalece el tejido social al conectar comunidades y facilitar el tránsito entre sectores clave del occidente bogotano.
En febrero pasado se realizaron con éxito las pruebas de carga de la estructura, que superó con amplitud los estándares técnicos de seguridad. Actualmente, 81 trabajadores continúan labores en el sitio, ultimando detalles como la instalación de luminarias, señalización vial, acabados y adecuaciones finales.
Detalles: Según confirmó el IDU, el ciclopuente será entregado oficialmente a la ciudadanía en el segundo trimestre del año. Su apertura representará un hito en materia de infraestructura incluyente, demostrando que las decisiones judiciales y la presión ciudadana pueden transformar realidades urbanas cuando hay voluntad institucional.
“Con esta obra no solo estamos cerrando brechas en términos de movilidad, también estamos cumpliendo una deuda histórica con las personas con discapacidad y haciendo de Bogotá una ciudad más justa y habitable para todos”, concluyó Molano.
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