Colombia acelera su transición hacia una economía digital y sin efectivo, según revela el más reciente Global Payments Report 2025 de Worldpay. En el documento, que analiza el comportamiento de los métodos de pago en 40 mercados del mundo, se destaca que el país ha reducido en más de un 40% el uso de efectivo durante la última década, en línea con una tendencia global hacia soluciones más rápidas, seguras y digitales.
La transformación del sistema de pagos colombiano avanza a paso firme. Mientras en 2014 el 55% del valor de las transacciones en puntos de venta (POS) se realizaban en efectivo, para 2024 esa cifra cayó al 25% y se espera que disminuya al 24% en 2030. Este cambio se da en un contexto de innovación tecnológica, aumento del acceso a Internet y crecimiento del comercio electrónico, el cual podría duplicar su tamaño en los próximos cinco años.
El comercio electrónico como motor de cambio en Colombia
El informe de Worldpay proyecta que el comercio electrónico en Colombia pasará de mover US$16 mil millones en 2024 a US$35 mil millones en 2030, con una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) del 13%. Esta expansión se apoya en el avance de nuevas formas de pago, como las billeteras digitales, que están ganando protagonismo tanto en compras en línea como en tiendas físicas.
Nequi, por ejemplo, lidera el segmento de billeteras digitales, al ser reconocida por el 54% de los compradores en línea y el 40% de quienes adquieren productos en el punto de venta. En paralelo, las transferencias bancarias A2A habilitadas por plataformas como PSE siguen consolidándose como métodos de pago instantáneo ampliamente usados en el país.
Bre-B: el nuevo actor en los pagos rápidos
Una de las novedades destacadas en el estudio es la inminente llegada de Bre-B, un nuevo servicio de pagos instantáneos diseñado para competir con otras soluciones existentes en el ecosistema local. Su lanzamiento, programado para finales de 2025, promete transformar aún más la experiencia del consumidor colombiano, especialmente en el comercio minorista.
“Los datos reflejan un cambio significativo en los hábitos de consumo y subrayan el potencial del mercado colombiano para adoptar nuevas tecnologías de pago”, aseguró Juan Pablo D’Antiochia, gerente general de Worldpay para América Latina. Para el ejecutivo, Colombia es un mercado optimista y ávido de innovación, que se encuentra bien posicionado para capitalizar los avances tecnológicos en pagos.
Una de las tendencias más notorias del informe es la caída en el uso de tarjetas de crédito en el comercio electrónico. Mientras que en 2019 representaban el 43% del valor de las transacciones en línea, en 2024 esa participación bajó al 22%, y se espera que caiga aún más, hasta el 14% en 2030. Este cambio se explica por la preferencia de los consumidores por métodos más rápidos, con menos fricción y mayor integración móvil.
En contraste, el uso de billeteras digitales se ha triplicado en los últimos años. De hecho, se prevé que representen el 34% del valor de las transacciones de comercio electrónico y el 32% en puntos de venta físicos hacia 2030.
A pesar del avance digital, el efectivo aún no desaparece del todo. El informe revela que el 15% de los encuestados usa el efectivo como principal fuente de financiación de sus billeteras digitales. No obstante, esta cifra se ve equilibrada por un 32% que utiliza cuentas bancarias y un 31% que recarga a través de tarjetas de débito, lo cual muestra un ecosistema diversificado en transición.
Worldpay: tecnología al servicio del omnicomercio
Worldpay, empresa responsable del informe, procesa más de 50 mil millones de transacciones al año en 146 países y 135 monedas. Con más de una década generando estudios sobre los hábitos de consumo y las tendencias de pago globales, la compañía reafirma su apuesta por América Latina y por mercados emergentes como Colombia, donde la digitalización financiera avanza de manera sostenida.
El Global Payments Report 2025 no solo presenta cifras, sino que también traza el rumbo hacia una economía más digital, integrada y accesible. Colombia, según el estudio, tiene el potencial de convertirse en un referente regional en adopción de pagos electrónicos y modernización financiera.