Para hablar de un tema tan delicado y técnico, se debe conocer a profundidad la mayor cantidad de aristas posibles y toda la información relacionada con el fin de procurar el bienestar del país y no la desinformación.
Por: Redacción 360 Radio
Algunos sectores políticos de la izquierda colombiana, están bastante sorprendidos, enojados y rechazan la solicitud que hizo el Ministerio de Defensa para el proyecto del presupuesto general de la Nación del próximo año. Les parece terrible que se hable de 1.1 billones de pesos para fortalecer el sistema de defensa antiaérea multicapa a nivel nacional.
Según los políticos de izquierda esto indica claramente que vamos a tener una guerra con Venezuela, una declaración algo precipitada y que viéndolo desde el punto de vista geopolítico, militar y de defensa, no se trata más que de tener una fuerza militar aérea que hasta países inferiores a Colombia los tienen.
Es un debate que no lo genera Iván Duque, que tiene aproximadamente diez años en el país e incluso si nos remontamos en el momento en que el expresidente Uribe toma el poder encontró unas Fuerzas Armadas marginadas y sin suficiente equipamiento militar, comienza un proceso de desatrasar los equipamientos de la Armada Nacional, del Ejército, de las fuerzas especiales, de la Policía y también ponerse a la par de los estándares de seguridad internacional, no solo para la lucha contra amenazas internas sino contra prevenciones externas.
A finales del año 2009, cuando se estuvo en una situación bastante tensa con Venezuela, momento en el que Chávez mandaba tanques a la frontera con Colombia y el vaivén de acusaciones era de grueso calibre, existió un informe que fue solicitado por el Congreso de la República al Ministerio de Defensa para conocer realmente las amenazas y las consecuencias que tendría un ataque de Venezuela a Colombia.
En aquel momento se conoció que había puntos de Colombia desprotegidos y vulnerables como Buenaventura, Barranquilla, Santa Marta y Bogotá, lo que en estrategia militar llamarían el ‘heartland’ y que significa que todo el alto Gobierno, las cortes, el Congreso y las principales empresas del país, están desprotegidas ante cualquier ataque; y lo peor de todo: las refinerías que están instaladas en Colombia.
Pasaron los años y se vinieron presentando algunos accidentes con aviones Kfir, otros tuvieron que salir de la flota porque ya no era seguro encenderlos, tuvimos aviones y helicópteros derribados por parte de la guerrilla y de otros grupos criminales. En este orden de ideas, se hacía necesaria una revisión.
Por parte de la Fuerza Aérea Colombiana se advirtió en 2016 la imperante necesidad de que para el año 2019 toda la flota de aviones de Colombia se debería renovar, y ninguno de los que está actualmente funcionando podían seguir volando.
Es tan preocupante la situación, que la mayoría del presupuesto de defensa está destinado al sostenimiento de todas las Fuerzas Armadas, que están conformadas por unas 420.000 uniformados, y en cuanto al material de guerra con que cuentan es realmente precario.
Tenemos unos pocos tanques de guerra que tienen más de 35 años de servicio. Colombia no tiene misiles tierra- aire, ni misiles mar-aire, lo que constituye una deficiencia gigante en materia de defensa nacional. Hoy solo podrían actuar unos tres aviones Kfir, los cuales están envejecidos y los pocos que tenemos que volaron en la guerra de Vietnam no le harían ni cosquillas a los aviones que puede tener Venezuela, que es una amenaza latente.
Desde hace varios años las Fuerzas Militares y la cúpula en general han expresado su malestar y preocupación por la situación en la que se encuentran con material de guerra deficiente. No solo nos encontramos ante la amenaza de Venezuela, que es real así se desestime, sino que tenemos un conflicto abierto con Nicaragua por la plataforma continental y somos el principal aliado de Estados Unidos, por lo cual somo realmente un blanco fácil y el que menos ha invertido en los últimos 15 años para fortalecer la capacidad militar; también, preocupa que esto se siga prolongando y que el Congreso no está a la altura de aprobar el presupuesto solicitado por el Ministerio de Defensa
