Cómo el cierre de la frontera entre Colombia y Venezuela afectó el comercio en Cúcuta

El cierre fronterizo entre Colombia y Venezuela generó una serie de pérdidas millonarias y consecuencias para Cúcuta y Norte de Santander.

Compartir

El cierre fronterizo entre Colombia y Venezuela, ocurrido sin previo aviso, ha generado repercusiones económicas significativas para la región de Norte de Santander, especialmente para la ciudad de Cúcuta.

El impacto económico del cierre fronterizo en Cúcuta y Norte de Santander

El impacto de esta medida, que duró tres días, ya se ha reflejado en cuantiosas pérdidas económicas tanto para el comercio como para el consumo diario de los habitantes de la zona.

El impacto económico del cierre fronterizo en Cúcuta y Norte de Santander
Foto: Redes

Sergio Palacios, presidente ejecutivo de Fenalco Norte de Santander, estimó que las pérdidas diarias para el comercio minorista entre los puentes internacionales de Francisco de Paula Santander y Simón Bolívar, los puntos más relevantes de cruce entre ambos países, oscilaron entre los 12.000 y 15.000 millones de pesos.

Este cierre fronterizo, que afectó la circulación de personas y mercancías, resultó en una pérdida total de alrededor de 45.000 millones de pesos durante los tres días en que la frontera estuvo cerrada.

Palacios calificó de «improvisado» el cierre de la frontera, especialmente después de que días antes, el gobernador del estado venezolano de Táchira, Freddy Bernal, asegurara públicamente que no habría restricciones para el paso de personas y vehículos con motivo de la toma de posesión de Nicolás Maduro el 10 de enero. Sin embargo, la decisión de cerrar la frontera generó caos e inconformidad, exacerbando las pérdidas millonarias en el comercio local.

El impacto inmediato de la medida fue visible en Cúcuta, donde, según Palacios, la ciudad quedó casi desolada al no permitir la entrada de venezolanos, quienes representan una gran parte del comercio y el consumo en la ciudad.

Los centros comerciales vieron una disminución alarmante en la ocupación, que pasó del 98% a un 35% y 40% durante el fin de semana, lo que afectó drásticamente las ventas. En el Centro Comercial Cúcuta-Cielo Abierto, uno de los puntos neurálgicos de la actividad comercial, las ventas cayeron hasta un 75%, mientras que la ocupación hotelera descendió un 23%, una caída que refleja el nerviosismo en el sector turístico.

Le puede interesar:  Importaciones en Colombia crecieron 4,4% y alcanzaron los US$5.162,8 millones en septiembre, según el DANE

Los restaurantes y establecimientos de comida rápida también enfrentaron una drástica reducción en sus ingresos, calculando pérdidas superiores al 73%. Este escenario pone de manifiesto lo dependiente que es Cúcuta de los ingresos generados por los visitantes y compradores venezolanos, quienes durante años han sido una fuente crucial de ingresos para la economía local.

Sectores más afectados

Palacios destacó que los sectores más golpeados por el cierre fronterizo fueron aquellos vinculados a la canasta básica familiar, como los alimentos y productos de aseo. La escasez de estos productos ha generado un aumento en los precios, lo que ha afectado tanto a los comerciantes como a los consumidores de la región.

Además, la falta de abastecimiento de medicamentos y productos de salud también se ha visto reflejada en una mayor presión sobre los precios y la disponibilidad en los establecimientos de Cúcuta.

El comercio de ropa, calzado, textiles y tecnología también sufrió una caída significativa en las ventas, ya que muchos de los compradores venezolanos que solían acudir a la ciudad para adquirir estos productos ya no pudieron cruzar la frontera.

Los empresarios locales lamentaron la falta de previsión para este tipo de situaciones, ya que, según Palacios, el cierre de la frontera debería considerarse una medida excepcional y no una práctica común.

El impacto económico del cierre fronterizo en Cúcuta y Norte de Santander
Foto: Redes

El presidente de Fenalco recordó las graves consecuencias del cierre fronterizo ocurrido en 2015, cuando la frontera entre Colombia y Venezuela permaneció cerrada durante más de siete años, lo que resultó en el cierre de más de 4.700 microempresas en la región.

Durante los primeros años, la actividad económica se paralizó por completo, y solo después de un largo período de adaptación comenzaron a estabilizarse los mercados internos, con los comerciantes locales volviendo a centrarse en las necesidades de los habitantes de los municipios cercanos.

Le puede interesar:  Preocupación empresarial por estancamiento en la inversión en infraestructura en Colombia

Palacios enfatizó que Norte de Santander no está preparado para un cierre prolongado de la frontera, ya que el flujo normal de personas y mercancías entre Colombia y Venezuela es una parte esencial de la dinámica económica de la región. A su juicio, este tipo de medidas no solo afecta el comercio, sino que también agrava la situación social y política de una región que históricamente ha sido uno de los puntos de conexión entre ambos países.

Ante este panorama, los empresarios de la región hicieron un llamado a las autoridades nacionales y locales para establecer planes de contingencia que permitan mitigar los efectos de futuros cierres fronterizos. “No tenemos un plan de contingencia porque para nosotros el estado normal es que la frontera sea abierta.

“Las fronteras no se cierran sino por guerras, no más, no por diferencias políticas”, concluyó Palacios, subrayando la necesidad urgente de medidas que protejan la estabilidad económica de la región y eviten mayores pérdidas para los sectores productivos de Norte de Santander.

Lea también: Gobierno extiende mecanismo de diferimiento para empresas de energía eléctrica hasta 2025

 

Última hora

Te recomendamos

Le puede interesar

[mc4wp_form id=»74432″]