¿Cómo gestionar correctamente mi pensamiento estratégico?

Compartir

Este contenido hace parte de nuestra sexta edición de 360 Revista. Cada año, nuestro medio de comunicación realiza una publicación impresa con la compilación de los hechos más relevantes del año que culmina y con proyecciones de expertos para el que nos espera.


Por: Federico Olave, CEO Innside

La palabra emprendimiento está ligada a la innovación de un producto o servicio en el mercado. Comenzar a emprender no es tarea fácil ya que el emprendedor una vez inicia debe estar preparado para sortear retos y obstáculos en el camino. Básicamente debe estar listo para asumir el reto emprendedor.

Según el GEM (Global Entrepreneurship monitor). La región de América Latina y el Caribe tiene un porcentaje mayor de emprendedores nacientes 13% frente al resto de los grupos geográficos o económicos del mundo. Además, el promedio en términos de nivel de innovación es del 26,5% ligeramente superior al promedio de todas las economías orientadas a la eficiencia y superior a los promedios para África, Asia y Oceanía.

Infortunadamente son muy pocos los emprendedores que logran salir a flote con su negocio. Una de las causas más comunes es que muchos no poseen el conocimiento necesario ni tienen bases sólidas acerca de su marco de trabajo, lo que causa que algunos fracasen.

Según datos del GEM, en Colombia el emprendimiento aumentó de 6% en 2014 a 9% en 2016. Los niveles de discontinuidad empresarial presentan una tendencia creciente de 6% en 2014 a 8% en 2016. Y según la investigación, las principales razones que motivaron a los empresarios colombianos a vender, cerrar o abandonar su iniciativa empresarial fueron: lo bajos niveles de rentabilidad (30%), motivos personales (22%) y problemas de financiación (18%).

Pero… ¿Por qué algunos emprendedores fracasan?

Son varias las razones; muchos emprendedores se aventuran a iniciar un negocio sin tener una visión estratégica desde el principio. La visión permite pensar a largo plazo sobre los objetivos con el fin de lograr que la empresa sea sostenible al generar recursos suficientes, es decir que sea rentable. A falta de visión el emprendedor puede desviarse y perderse fácilmente.

Así que, ¿cómo puedo mantener una visión clara desde el principio? La respuesta es sencilla, a través de un marco de trabajo. Es necesario comprender y analizar cuál es mi campo competitivo y a qué voy a enfrentarme al empezar un emprendimiento.

¿De qué se compone un campo competitivo?

  1. 1. Competidores: Todo emprendedor debe conocer su competencia. Muchas veces vemos a nuestros competidores como “adversarios” y viceversa. Sin embargo, en ocasiones es posible obtener ventajas, a partir de nuestra competencia, de forma que beneficie a todos.
Le puede interesar:  Invertir en el exterior: una manera de diversificar

 2. Fuerzas macroeconómicas: Es importante mantenerse informado acerca de qué aspectos económicos internacionales pueden afectar mi negocio. Por ejemplo, debo conocer el alza y baja del dólar, qué tratados de libre comercio están vigentes, caída del petróleo, acciones, etc.

3. Fuerzas económicas: Debo entrar a analizar los aspectos económicos en mi entorno o contexto. Por ejemplo, qué situaciones dentro del país pueden afectarme (heladas, inundaciones, daños en cultivos, paros agrarios).

4. Tendencias Claves: Investigar en materia legal cuáles son las leyes con relación al emprendimiento, a la economía y negocios que rigen en el país. ¿Qué leyes podrían afectarme o beneficiarme en mi negocio? ¿Qué impuestos debería pagar?

5.  Fuerzas sociales culturales: Cómo puedo movilizar a mis posibles clientes a partir de las tendencias que hay en el mercado; si existe una preferencia en el mercado de qué forma puedo sacarle provecho.

Es importante tener en cuenta que al comenzar un emprendimiento es usual que el emprendedor sienta cierta incertidumbre o duda acerca del funcionamiento y rendimiento de su negocio. Sin embargo, existen maneras de calcular riesgos y asegurar que mi emprendimiento funcione a partir de un modelo de estrategias.

Innside propone a todos sus emprendedores un marco de trabajo basado en tres premisas las cuales buscan que cada emprendedor tenga éxito, estas son:

1. Pensamiento estratégico.

2. Marco de trabajo y metodología.

3. Indicadores y cumplimiento de tareas.

Comencemos por explicar el pensamiento estratégico. El pensamiento estratégico se caracteriza por ser dinámico, nunca acepta modelos predictivos. En sí, este tipo de pensamiento se encarga de generar opciones y dar una mirada objetiva a largo plazo en este caso de un modelo de negocio y a partir de una planeación previa dar cumplimiento a mis metas.

¿De qué se compone?
Visión Clara: Desde el inicio es importante tener claro hacia dónde me dirijo, qué objetivos quiero lograr, cómo quiero hacerlo, qué metas debo cumplir para que mi emprendimiento funcione. Sin una visión clara, el emprendedor puede nadar en un mar de dudas e incertidumbres y fracasar en poco tiempo.

La visión a su vez se divide en:
– Propuesta de valor: Al iniciar un emprendimiento debo tener claro mi valor agregado. La propuesta de valor tiene por objetivo la diferenciación de mi producto en el mercado y esto solo lo logro si entiendo o descubro las necesidades no resueltas del mercado para transformarlas en oferta.

Le puede interesar:  Renuncia Alexander López Maya al DNP: El primer director en renunciar luego de la solicitud del presidente Petro

Para esto debo resolver preguntas como: ¿Qué necesidad hay por resolver en el mercado?, ¿es mi producto innovador y diferente a otros?, ¿estarían mis clientes dispuestos a pagar por él?, ¿mi producto o servicio es mejor, ofrece mejores soluciones?

-Eficiencia: Como su nombre lo indica, su objetivo principal es la eficacia. Debo conocer y evaluar que tan eficaz soy. ¿Cómo produzco mi producto? ¿Tiene calidad? ¿Mi producción es eficiente?

-Desarrollo del mercado: Una vez conozco que tan eficaz soy y conozco mi propuesta de valor, debo entrar a analizar cuál es mi masa crítica. ¿Qué significa esto? Para que cualquier negocio prospere es necesario saber cuántos clientes debo tener para ser lo suficientemente rentable. El objetivo a largo plazo es el crecimiento de mi negocio.

¿Qué enfoques debo tener durante la planeación?

-Enfoque financiero: En este enfoque es importante entrar a analizar cuáles son los beneficios que tendría mi empresa, el accionista con mi emprendimiento y por supuesto la rentabilidad de mi idea o negocio.

-Cliente: Siempre debo tener claro cuáles son las necesidades del cliente y a partir de ellas, determinar qué soluciones puedo ofrecerle al consumidor. Además, debo examinar qué valor le da el cliente a mi producto, si estaría dispuesto a comprarlo y por qué.

-Enfoque interno: Analizar cuáles son las necesidades internas para que mi negocio pueda empezar a operar y funcionar. Es decir, debo calcular cuántos empleados requiero, qué infraestructura necesito, qué canales voy a utilizar (digital o físico), qué redes de contactos tengo y qué formas de cobro usaré.

-Aprendizaje y desarrollo: Una vez he analizado todos los factores debo desarrollar mi estrategia y aplicarla en mi proyecto para que funcione de la mejor manera. 

Finalmente, es importante entender que el pensamiento estratégico siempre busca crear labores y procesos que me permitan lograr mi objetivo como emprendedor y conseguir el cumplimiento de la meta principal, es decir, mantener una empresa próspera y sostenible. La visión a largo plazo refuerza las bases para que mi emprendimiento empiece a competir en el mercado.

LEER TAMBIÉN: Crecimiento económico en 2021 sería del 9,7 %, según Duque

Última hora

Te recomendamos

Le puede interesar

[mc4wp_form id=»74432″]