El 2025 cierra con un panorama complejo para la economía colombiana, marcado por una fuerte reducción de la inversión pública, presiones fiscales y una inflación que golpea a múltiples sectores. Sin embargo, en medio de ese escenario, la construcción de vivienda muestra señales de resiliencia que, según Camacol, podrían consolidarse en 2026 si se toman las decisiones adecuadas desde el nuevo Gobierno.
Durante la presentación del balance anual y las proyecciones para el próximo año, Guillermo Herrera, presidente del gremio, destacó que tanto las ventas como los lanzamientos de vivienda han crecido más de un 10 % en los últimos doce meses (con corte a octubre). Este repunte ha sido liderado principalmente por los proyectos No VIS, que han jalonado la actividad comercial del sector.
Camacol proyecta crecimiento en ventas y retos fiscales para la vivienda en 2026
Aunque el mercado de Vivienda de Interés Social continúa enfrentando dificultades tras la suspensión del programa nacional Mi Casa Ya, varias regiones han logrado compensar el rezago. Bogotá, Antioquia y Atlántico implementaron esquemas locales de subsidios que evitaron una caída aún más profunda en la demanda y permitieron que miles de hogares mantuvieran su posibilidad de compra.
No obstante, Herrera advirtió que la reactivación total del segmento VIS dependerá del margen fiscal del próximo Gobierno y de su capacidad para priorizar recursos en programas sociales efectivos. “Será clave recuperar Mi Casa Ya y fortalecer los mecanismos de financiación para las familias de menores ingresos”, afirmó.
A ello se suma la evolución de otros factores determinantes: las tasas de interés hipotecarias sensibles a las decisiones del Banco de la República, la percepción del riesgo país y el comportamiento de los costos de construcción, que hoy enfrentan presiones al alza por materiales y logística.
Cinco propuestas para retomar el crecimiento
Para consolidar la recuperación del sector, Camacol presentó una hoja de ruta basada en cinco ejes:
- Reactivar Mi Casa Ya como herramienta central de acceso a vivienda.
- Implementar un programa de Reactivación para Todos que dinamice la inversión.
- Recuperar los incentivos al ahorro, especialmente a través de cuentas AFC.
- Promover nuevos modelos de negocio que amplíen la oferta.
- Impulsar políticas de ordenamiento urbano y sostenibilidad en las ciudades.
Según Herrera, estas iniciativas permitirían que el sector edificador recupere su papel como motor de empleo, inversión y productividad.
El análisis de Camacol muestra que el próximo año llegará con grandes retos presupuestales. Aunque la inversión total del Presupuesto General de la Nación crecerá alrededor del 5 %, la destinada específicamente a vivienda caerá un 35,7 %, el nivel más bajo en más de 10 años. Esto podría restringir el acceso a vivienda formal para los hogares más vulnerables.
Aun con ese panorama, el gremio prevé una mejora moderada en la dinámica comercial: entre un 5 % y un 12 % de crecimiento en ventas durante 2026. Además, los inicios de obra volverían a terreno positivo, con un repunte superior al 13 % después de varios meses de contracción.
De materializarse estas proyecciones, la vivienda podría convertirse nuevamente en un amortiguador frente a la desaceleración de la inversión privada en otros sectores económicos.
La vivienda y su impacto en la inflación: una relación poco discutida
Más allá de su peso en el crecimiento económico y la generación de empleo, el mercado de vivienda tiene un efecto directo en la inflación. Aunque la variación anual a noviembre se ubicó en 5,3 %, el rubro de Alojamiento y Servicios explica 1,65 puntos de ese resultado, siendo el componente que más presiona el índice general.
Esto se debe a que el alojamiento representa el 21 % de la canasta del IPC y más del 40 % del consumo de los hogares pobres. En un contexto de oferta limitada la disponibilidad de vivienda nueva lleva 19 meses cayendo y en octubre llegó a 156.000 unidades los arriendos suben y arrastran la inflación al alza.
Con cerca de 370.000 nuevos hogares formándose cada año, la brecha entre oferta y demanda mantiene una presión constante sobre los precios del alquiler.
Un sector clave para la estabilidad económica
Para Camacol, la provisión efectiva de vivienda no solo mejora los indicadores sociales y fomenta la formalización urbana: también actúa como un factor esencial de estabilidad macroeconómica. Aumentar la oferta puede aliviar la presión sobre los arriendos y contribuir a frenar la inflación, uno de los mayores desafíos económicos del país.
Si las condiciones fiscales, monetarias y regulatorias se alinean, el 2026 podría marcar el inicio de una recuperación más sólida una oportunidad para que la vivienda retome su rol como catalizador del crecimiento nacional y de la calidad de vida de millones de familias.
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