¿Cómo queda parado el gobierno Petro con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca?

En un nuevo capítulo de las relaciones bilaterales Colombia-Estados Unidos hay, en esencia, cuatro temas que serán un campo minado para Gustavo Petro.

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Por: María Alejandra Castillo

Con cuatro años de nueva administración republicana en Estados Unidos por delante, ¿qué debemos esperar de la relación entre los gobiernos de Donald J. Trump y Gustavo Petro?

Además de la agenda política con la que llega el nuevo líder republicano a la Casa Blanca, que aborda una serie de puntos que con seguridad serán altamente conflictivos y volátiles en las relaciones bilaterales, ambos mandatarios están parados en puntos diagonalmente opuestos del espectro político y tienen visiones ideológicas diametralmente opuestas, hechos que, sumados, podrían debilitar la interlocución bilateral entre ambas administraciones.

De hecho hay, en esencia, cuatro temas que fueron mencionados por el nuevo presidente de Estados Unidos en su discurso de posesión, en el que sentó las bases de lo que será su proyecto político, que Colombia deberá calibrar muy bien cómo manejará en este nuevo capítulo de las relaciones bilaterales Colombia-Estados Unidos.

Los puntos clave para el Gobierno Petro

Por una parte, está la designación de los carteles como organizaciones terroristas extranjeras y la proclamación de una guerra abierta en su contra; en segundo lugar, está la decisión del nuevo gobierno del norte de endurecer las medidas en torno a la migración ilegal por la frontera sur, tema frente al cual ya se están viendo consecuencias negativas con la suspensión de visas a colombianos hace algunas horas; en tercer lugar, ¿qué pasará con el peso colombiano?

Y está el factor Venezuela. Ante la sonada decisión de Donald J. Trump de perforar, perforar y perforar por reservas petroleras, qué puede pasar con Venezuela y qué debe esperar Colombia de Nicolás Maduro, esa es una incógnita.

Por último, ambos mandatarios tienen estilos personales y temperamentos pugnaces y confrontacionales y ninguno de los dos es conocido por tomar caminos conciliadores, hechos que, sumados, hacen que se vea altamente improbable, por lo menos a corto plazo, la generación de consensos mínimos para que ambos se sienten a dialogar en la Oficina Oval.

Y, lo que será aún más sensible para Colombia: ¿qué tan sola se puede quedar la figura del presidente colombiano si Estados Unidos ejerce presión para que se aísle de sus vecinos afines, especialmente de Nicolás Maduro?

  1. Los carteles: organizaciones terroristas extranjeras

Probablemente, uno de los aspectos que generarán más tensión al gobierno de Gustavo Petro, fue la de designar a los cárteles como organizaciones terroristas extranjeras y la decisión, amparada en la invocación de la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, de hacer uso de todo el inmenso poder de las fuerzas federales y estatales para eliminar la presencia de todas las bandas y redes criminales extranjeras que, indicó Trump en su discurso de posesión, “traen delitos devastadores a suelo estadounidense, incluidas nuestras ciudades y centros urbanos”.

Esta decisión, sin duda, deja al país en una encrucijada, dado que el fracaso de la Paz total y el fortalecimiento de los grupos armados colombianos, ha contribuido al fortalecimiento de los carteles mexicanos, y consecuentemente con eso, a las actividades que ejercen en Estados Unidos.

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“Un endurecimiento en la política estadounidense contra los carteles de narcotráfico lleva implícito el reconocimiento de la relación de esos carteles con las organizaciones armadas colombianas, que son las que manejan el negocio del narcotráfico. A este respecto, sin lugar a dudas se configurará un escenario en el que habrá presión política y, eventualmente, presión económica sobre el gobierno colombiano para que sea más eficaz en la lucha contra el narcotráfico”, advirtió a 360 Radio el profesor de política exterior norteamericana de la Pontificia Universidad Javeriana, Emerson Forigua.

Ahora, qué tan dura pueda ser esa presión dependerá de la forma en la que el gobierno colombiano, a través de su nueva canciller, Laura Sarabia, estructure la relación bilateral con la Casa Blanca. Si la Casa de Nariño opta por una dinámica del orden confrontacional o tratan de jugar con un doble racero, Colombia puede esperar desertificación, reducción o congelamiento de recursos.

Pero si, por el contrario, se impulsa una postura más constructiva, reconociendo que la estrategia del gobierno colombiano falló y hay que replantearla, el escenario puede evolucionar de forma más positiva.

“No obstante, con lo que estamos viendo en el Catatumbo, en Arauca, en Guaviare, en el Chocó, medio país en llamas por el fortalecimiento de estas organizaciones, se nos puede venir una buena dosis de presión norteamericana en este 2025. Es que la paz total ha sido un fracaso bíblico y un desastre absoluto”, indicó Emerson Forigua.

  1. Flujo migratorio

En el marco de la política exterior que se trazó el nuevo gobierno de Donald Trump alrededor del tema migratorio, Colombia quedó en una zona gris, ad portas de un potencial campo minado.

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Foto: 360 Radio

Aunque las primeras decisiones ejecutivas que se tramitaron horas después de la posesión involucran directamente a México, buena parte del problema migratorio del Cono Sur pasa por el Tapón del Darién, en donde hay una larga zona de cruce hacia Centroamérica, México y Estados Unidos.

“Por Colombia se desplazan grandes flujos migratorios, sobre todo de venezolanos, por el Tapón del Darién, y yo creo que ahí vamos a tener un punto de discusión en materia de política exterior importante con los norteamericanos. Esto que voy a decir puede ser políticamente incorrecto para el gobierno Petro, pero debería contemplar y retomar acciones como las que implementó en su momento el gobierno Duque para darle manejo a esos grupos migratorios concentrados en el Darién”, concluyó a este respecto el profesor Forigua.

  1. ¿Devaluación del peso colombiano?

Punto aparte, dado que la posesión del nuevo presidente ha generado preocupación por las políticas económicas y comerciales que se trazó la nueva Casa Blanca, y la forma en que las mismas podrían afectar a la economía global y especialmente a las economías emergentes, ¿qué pasará con el peso colombiano?

“La llegada de Donald Trump podría impactar el dólar en Colombia de diversas formas, por ejemplo, políticas proteccionistas, estímulos fiscales y el posible aumento de producción de petróleo en Estados Unidos (la política de Drill baby drill). Todos estos factores, en su conjunto, podrían, inicialmente, fortalecer el dólar a nivel global y, por consiguiente, debilitar al peso colombiano como moneda de mercado emergente”, indicó a 360 Radio Ulf  Thoene, profesor del Departamento de Negociación y Comercio Internacional, de la Universidad de la Sabana.

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Adicionalmente, indicó el analista, las tensiones comerciales e incentivos para repatriar capitales hacia Estados Unidos reducirían los flujos de inversión hacia mercados emergentes como Colombia. No obstante, Donald Trump ha expresado una preferencia por un dólar mas barato, lo que podría limitar su fortalecimiento.

Aún así, añadió Thoene, “el peso colombiano seguiría expuesto a riesgos de devaluación y volatilidad dependiendo de las dinámicas globales, principalmente de las decisiones del gobierno de Donald Trump, así como de las decisiones de la Reserva Federal en Washington, y así como de factores locales, incluidas las políticas del gobierno colombiano en la relación con el majeo del sector energético”, concluyó a este respecto el internacionalista.

  1. Venezuela y el petróleo

Por último, aunque una intervención militar por parte de Estados Unidos está prácticamente descartada, es altamente probable que herramientas de presión económica, a las que se sumaría una reducción en la compra de petróleo venezolano, probablemente sea la fórmula que aplicará Donald J. Trump con relación a Venezuela.

“Es muy poco probable que Estados Unidos incurra en una intervención militar. Donald Trump no es de esa tradición y lo que sí le conocemos muy bien son unas herramientas de presión económica (como imponer arancelas y dejar de comprarles petróleo) muy efectivas. El expresidente Joe Biden, producto de las sanciones que impuso a Rusia durante su cuatrienio, perfeccionó estas herramientas sancionatorias para destruir la economía rusa que, aplicadas en una milésima parte a una economía como la venezolana, la devastaría. Trump tiene un abanico de opciones mucho más amplias y creo que se irá por el lado de desestabilización económica para buscar una salida de gobierno”, advirtió el analista Forigua.

Ahora, el impulso que el gobierno Trump le dará a la política de Drill baby drill afectará directamente a Venezuela, dado que la economía venezolana depende fundamentalmente del petróleo, cuyo principal comprador sigue siendo Estados Unidos. El presidente Trump advirtió que utilizará las reservas y reactivará la perforación y explotación de petróleo y esa puede ser una estocada definitiva para la economía venezolana.

Esto le puede pegar a Colombia, dado que nuestro principal renglón de exportación es el petróleo y el coletazo será fuerte, pero menor al que sentirá el país vecino dado que la economía colombiana es más diversificada.

Lo que si hará, indefectiblemente, es que dejará al presidente colombiano sin interlocutor en cuanto a su discurso alrededor de la transición energética y el cambio climático.

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