Por: Eduardo Verano de la Rosa
El próximo mes se realizarán las elecciones en el país para escoger las autoridades que integrarán los gobiernos de los departamentos, distritos y municipios en los próximos cuatro años. Las elecciones y la forma de realizarlas constituyen una muestra de la calidad de la democracia representativa en una comunidad política. Esto indica que la mejor manera de calificar una democracia, en un Estado de Derecho, será examinando cómo son celebrados los comicios.
Estos son un signo distintivo de la democracia contemporánea que tiene en las elecciones la forma de cómo se integra el Gobierno representativo y cómo este gobierna.
De tal forma de elección, tal forma de Gobierno representativo. Así las cosas, un debate electoral sin libre competencia y sin condiciones de igualdad y transparencia, traerá al gobierno representativo uno que no respetará los derechos y las libertades de las personas.
Dime cómo se celebran las elecciones y te diré cómo se gobernará. Es una máxima de la experiencia en la política democrática. Se asume el poder como se interviene en el debate electoral, por tanto, debe existir concurrencia libre. La pregunta acerca de la democracia, bien la señala Karl Popper al referirse a que el problema no es quiénes deben gobernar, como lo preguntó Platón, sino cómo se debe gobernar.
Todos tenemos el derecho a gobernar y, en consecuencia, elegir y ser elegido es un derecho humano consignado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en la Convención Americana de los Derechos Humanos. La pregunta, reitero, es cómo gobernar. Insisto, se gobierna como se elige al Gobierno representativo. Desde antes de las elecciones el sistema democrático tiene que fijar fuertes frenos y contrapesos. Es un gobierno de límites.
El sistema electoral en una democracia tiene que privilegiar la transparencia, la decencia, la libre concurrencia de partidos políticos y sus candidatos elegidos en forma democrática.
Popper en “La sociedad abierta y sus enemigos”, nos dice: “Una teoría sensata del gobierno de una sociedad libre no debería empezar por la pregunta >, sino más bien por la pregunta >. Esta me parece que es una pregunta mucho más sensata, ya que toma en consideración la experiencia histórica que nos dice que los gobernantes a menudo son insensatos”.
La respuesta es que las instituciones políticas tienen que ser diseñadas para que el Gobierno representativo permita ser seleccionado en forma decente, libre y en un ambiente de tolerancia y pluralismo. La calidad de una democracia está en el respeto a las reglas de juego justas en la política, para que reine la paz. Kant en “La paz perpetua” la invita a instituir mediante la primacía de los derechos.
Las elecciones necesitan de la paz. El Gobierno Nacional tiene a su alcance los instrumentos para alcanzarla y de esa forma los comicios abran el camino para mejorar la calidad de la democracia en el país. Claro está que esto último no se logrará hasta tanto no se destruya la concentración de poderes del centralismo político y se dé paso a la descentralización política mediante la regionalización. Diseñar las instituciones políticas, dice Popper. Así de claro.