Sobre el componente de movilidad en el plan de desarrollo de Medellín-I

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Por: Andrés Felipe Gaviria Cano

No entiendo la dificultad o la discordia en el propósito de construir infraestructura para todos. Ningún medio de transporte puede ir en detrimento de otro.

Valdría la pena revisar la infraestructura existente en Medellín hasta el año 2000 para darnos cuenta que en los últimos 16 años hemos avanzado muy poco en la construcción de vías; túneles; deprimidos; puentes; intercambios; andenes; ciclorutas, transporte público y espacio público. Más si lo comparamos con el crecimiento poblacional acelerado que ha tenido la ciudad, donde es necesario que la transformación de la ciudad avance de igual manera. Creo firmemente que se puede y se debe construir una ciudad para todos, con proyectos de largo aliento, responsables y visionarios, pues muchas obras de las que tenemos hoy son un fracaso, no solo por que han quedado mal hechas, sino por los errores en materia económica y de cara al futuro inmediato de la ciudad.

Revisé detenidamente el componente de movilidad que presenta el señor alcalde Federico Gutiérrez en su plan de desarrollo para estos cuatro años, y antes que nada, quiero separar lo que exprese acá en esta columna, de las calidades y comportamientos de las personas involucradas, por quien tengo respeto y afecto.

Personalmente considero que la apuesta de la ciudad debe contener una visión a largo plazo, no se pueden seguir desarrollando proyectos que son paños de agua tibia y que van colapsando al poco tiempo, como seguramente será el tranvía, y como ya desde hace rato ocurrió con el metro, que si bien no fue solución micro, no se desarrolló como se debía, se conservaron las mismas dos líneas y hoy hasta su plan maestro, que en realidad es pobre, está muy atrasado. Excusas a quienes lideraron la construcción del metro, pues ellos pensaban y querían que nosotros lo siguiéramos expandiendo, pero no, nos conformamos con Metroplús.

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El corredor del río tiene aproximadamente desde la Estrella hasta Bello tiene casi 25Km, de los cuales 15Km están en Medellín. El gran problema de la Avenida Regional y Autopista Sur radica en la falta de puentes que conecten oriente-occidente, occidente-oriente. En un debate del año 2013 la secretaria de infraestructura decía que hacían falta cerca de 40 puentes sobre el río, obviamente no todos vehiculares, sino peatonales, para bicicletas, entre otros. La única solución que plantea el componente de movilidad para estos cuatro años es terminar la Regional hasta Moravia, para que conecte con la Autopista Medellín-Bogotá, cosa que me parece muy importante y necesaria, pero no es suficiente.

Realmente me preocupa que no se contemple la construcción ni de un solo puente sobre el río. Alonso Salazar hizo uno, el “portaaviones” de la cuatro sur, al que le hace falta una obra que se contempla en estos cuatro años y que la defiendo, el intercambio de la Avenida El Poblado. También fue en cierta manera importante que ampliara el puente de la calle 33, aunque no hizo la intervención completa y quedó como un embudo. Aníbal Gaviria planeó y ejecutó la construcción del puente de la madre Laura, que si bien lo inauguro con bombos y platillo, aún ni se ha terminado y presenta serias fallas estructurales. Por lo menos veníamos con dos nuevos puentes en los últimos 8 años, que si bien son pocos, en algo iban cortando la brecha que tenemos.

He estudiado el tema con detenimiento y considero que hoy se deben construir cerca de 4 nuevos puentes vehiculares sobre el río, de bajo costo, funcionales y eficientes. 7 peatonales y la ampliación de los existentes en la Aguacatala, Calle San Juan y la Calle 10. El tramo más necesitado de un puente es el comprendido entre la Calle 30 y la Calle 10, que no tiene ni una sola conexión en 2 kilómetros. Hacen falta también retornos viales exclusivos elevados en el corredor del río, pues descongestionarían los puentes evitando trafico que tiene otras necesidades.

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No entiendo como no se incluyó la construcción de 5 puentes necesarios en la carrera 65, que hoy son apremiantes para la movilidad de esta vía, y que a la vez mejoraría fluidez en los cruces de la Calle 30, la Av Bolivariana, la Calle San Juan, Colombia y La Iguaná. Estos cinco puentes costarían en total algo cercano a los $200 mil millones de pesos. Tampoco pensé que se quedara por fuera la obra del deprimido de la calle 10 con la Av. El Poblado. ¿Si la 10ª tiene uno, por que su pararela no la tiene?, no solamente solucionaría la movilidad de esa calle tan importante, sino que daría un flujo continuo a la Av. El Poblado. El valor de esta obra es muy bajo.

Se habla de construir 80 kilómetros de ciclorutas, una buena propuesta y espero que las hagan bien hechas, sin quitarle espacio a las calles y sin dejar a los peatones sin por donde transitar. Recuerdo que el modelo implementado por Luis Pérez fue exitoso y aún lo podemos ver, no la manera en que Aníbal Gaviria fue instalando conos por donde pasaba y pintaba la calle de rojo, considerando eso una cicloruta. Ojala esta inversión se haga en la Av. El Poblado, Av. Las Vegas, Calle San Juan, Calle Colombia, Calle 33 y Calle 30, además de la carrera 80.

En la columna de la próxima semana me referiré al tranvía que se plantea por la carrera 80.