En un tribunal de Manhattan, Luigi Mangione, el presunto autor del asesinato de Brian Thompson, presidente de la compañía de seguros médicos UnitedHealthcare, se declaró no culpable de los 11 cargos que enfrenta, entre ellos el de asesinato con carácter «terrorista».
El asesinato de Brian Thompson y las implicaciones políticas en el sistema de salud de EE. UU
La secretaria de Justicia de Estados Unidos, Pamela Bondi, anunció que los fiscales federales buscarán la pena de muerte para Mangione, de 27 años, quien es acusado de un asesinato premeditado y de naturaleza política.

En un comunicado emitido por Bondi, se afirma que el crimen fue «un acto de violencia política», ejecutado de manera «fría y calculada».
La fiscal general ordenó que se inicie el proceso para solicitar la pena capital en este caso, lo que ha generado gran controversia, especialmente porque en el estado de Nueva York la pena de muerte ha sido abolida.
El asesinato de Brian Thompson, quien se encontraba en las afueras de un hotel de Manhattan antes de asistir a una conferencia de inversores, fue especialmente impactante debido a las circunstancias que lo rodearon. Thompson fue atacado por la espalda, lo que dejó una sensación de inseguridad y caos en la comunidad empresarial.
El hecho ocurrió en un contexto de creciente descontento en la sociedad estadounidense respecto a las prácticas de los seguros médicos privados, que enfrentan críticas por sus altos costos y la dificultad para acceder a servicios esenciales.
Mangione, un ingeniero de familia acomodada, fue detenido después de una huida de cinco días, capturado en un restaurante McDonald’s en Altoona, Pensilvania.
Durante su detención, se le imputaron varios cargos adicionales, como posesión de armas, tanto en el estado de Pensilvania como en el ámbito federal. A pesar de su captura y de las pruebas que lo vinculan al crimen, Mangione se declaró inocente de todos los cargos en su contra.
En un giro peculiar, las investigaciones revelaron que en el lugar del asesinato se encontraron varios casquillos de bala con inscripciones que parecían tener un mensaje oculto: «demorar», «denegar» y «deponer».
Estas palabras, relacionadas con prácticas comunes en la industria sanitaria, generaron especulaciones sobre las motivaciones detrás del crimen. Muchos consideran que el asesinato fue un acto simbólico contra las políticas de seguros médicos, un sector muy criticado por los altos costos y la falta de acceso a tratamientos médicos.
El caso ha cobrado gran atención en los medios de comunicación, no solo por la violencia del crimen, sino también por el debate que ha desatado sobre el sistema de salud estadounidense. A pesar de que Mangione enfrenta cargos de terrorismo, una acusación que podría resultar en la pena de muerte, su caso ha generado simpatía en ciertos sectores.

En las últimas semanas, un fondo de defensa legal creado por sus abogados ha recaudado más de 774,000 dólares, provenientes de miles de donantes, muchos de los cuales se muestran en desacuerdo con las políticas del sistema de salud estadounidense.
Mientras tanto, el caso continúa siendo seguido de cerca por ciudadanos, activistas y autoridades, quienes observan cómo se desarrollarán los procedimientos legales, especialmente en un momento en el que la pena de muerte vuelve a ser un tema candente a nivel federal.
Aunque la pena capital está abolida en Nueva York, los cargos federales contra Mangione podrían cambiar la situación, lo que podría tener consecuencias significativas tanto para él como para el sistema judicial del país.
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