Llevamos siete meses escuchando versiones distintas cada semana. Una contradice a la otra, la incoherencia es máxima, la improvisación de los gobernantes ante la inefable realidad de no conocer el virus es traumática, los daños a la población mundial en materia económica, psicológica y social es inimaginable, lo peor de todo es que no se vislumbra una luz a la salida.
Por: Andrés Felipe Gaviria
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha sido el principal problema de este coronavirus, no solo por sus mentiras, sino por las incoherencias, el hecho de que haya ocultado información y se haya aliado con un gobierno corrupto como el de China, para mentirle al mundo y tenerlo donde lo tiene hoy, ha sido absolutamente incapaz de darle la cara al mundo y responder por sus errores.
Cada mes conocemos más noticias sobre cómo China ocultó lo que sucedía con el coronavirus. Li-Meng Yan fue la última viróloga que habló, luego de huir de China para poder referirse al tema, y confirmó que allí se ocultaron pruebas desde antes de diciembre. Ella es una reputada viróloga de Hong Kong que se fue a Estados Unidos.
Como Yan, otros médicos no han tenido la suerte de huir, sino que han sido misteriosamente desaparecidos. Se han muerto otros de causas que se desconocen, y lo cierto es que China es quien tiene al mundo en este problema tan grave, que está acabando con la vida de miles de personas.
En Colombia creyeron que encerrándonos antes de que llegaran los verdaderos números que ameritaran un encierro íbamos a salvarnos del virus, pero no, nos encerraron desde el mes de marzo hasta casi al final de mayo. Nada sirvió. Lo que ha hecho Colombia es aplazar una cita impostergable: el pico de la pandemia, mientras socava la economía y la sociedad.
Pensaron que todo se resolvía comprando ventiladores y que un ventilador era igual a una Unidad de Cuidado Intensivo – nada más alejado de la realidad – conversando con personas especialistas se ríen ante esa negligencia del gobierno y ante esa improvisación, como omitir el hecho de que para manejar una sola unidad de cuidados intensivos un médico necesita mínimo 10 años de preparación. Con las UCI que estaban disponibles en Colombia antes de la pandemia ni siquiera los intensivistas alcanzaban, ahora mucho menos cuando los médicos también se van a infectar, tendrán que retirarse y seguramente habrá muchas UCI sin quien las maneje.
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Colombia tampoco avanza en estudios para medicamentos que puedan ser paliativos. Critican la propuesta del alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, de la gobernadora del Valle del Cauca, Clara Luz Roldán, y está siempre el INVIMA como una vaca muerta atravesada en la mitad para todos los avances que se tienen que hacer en estos momentos.
Ahora acudimos nuevamente a un encierro en varias ciudades, específicamente en el caso de Medellín se quiere o se impuso autocráticamente la medida del 4 x 3 (4 días de trabajo y tres de encierro), es decir, uno se puede contagiar trabajando, pero tiene que encerrarse 3 días. Me parece una medida completamente desacertada y por más buena intención que tenga el alcalde Daniel Quintero, es una propuesta que está divorciada de la realidad de las personas.
Colombia parece desconectada del mundo. Estados Unidos tiene 3,5 millones de casos confirmados, 1 millón de personas recuperadas y 137.000 muertos. El país de Donald Trump, igual que España e Italia, afrontaron el pico sin vacilación, y aunque existieron días terribles y oscuros por la cantidad de muertos, hoy van avanzando más tranquilamente. Pese a los recientes cierres, no coartan esa libertad humana tan esencial. En España son 255.000 casos, 150.000 recuperadas y 28.000 muertes.
España e Italia, que fueron los casos que más prendieron las alarmas y nos hicieron preocupar y angustiar, hoy están retomando teóricamente su vida, esa nueva normalidad. Italia confirmó 243.000 casos, 195.000 recuperados y 34.000 muertes.
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En Suecia, un país que fue criticado por no haber hecho confinamiento, se han presentado 76.000 casos y 5.545 fallecimientos.
Colombia tiene que afrontar el pico, entender y aceptar que morirán personas, en su mayoría con morbilidades, preexistencias de obesidad, fallos renales, problemas del corazón o deficiencias respiratorias. Lamentablemente eso pasará, pero en algunos casos es el 3% de la población la que muere, la pregunta es, ¿vale la pena acabar con el 97% de las vidas restantes, la sociedad y su economía, por ese pequeño porcentaje?
Las contradicciones y flaquezas de la OMS son inadmisibles, ningún gobernante conoce bien el virus, a excepción de dónde se creó. Hemos pasado semana tras semana escuchando, primero que el virus no se transmitía de animales a humanos, luego dijeron que el virus no se transmitía de humano a humano, luego China empezó con confinamientos, pero las cifras no eran reales, la OMS mencionó que la transmisión del virus no se daba ni en asintomáticos ni tampoco por vía aérea, y hace una semana dijo que por vía aérea sí se podía transmitir. Dijeron que al 80% de la población le daba, pero eran asintomáticos, y solamente el 15% desarrollaban algunos síntomas y el 5% se agravaba.
La OMS también habló de no tener restricciones en los viajes, no se recomendaba suspender los eventos multitudinarios y empezó diciendo que no era necesario el uso de las mascarillas y la pregunta es, ¿hoy seguimos confiando el manejo de la pandemia a esta organización?
Es absurdo solamente ver como no recomendaron el uso de las mascarillas, porque según ellos en un principio, los contagios por asintomáticos no se daban, entre otras aseveraciones.
Los gobernantes colombianos no van a saber más que el presidente de Estados Unidos o el presidente de la OMS. No podemos tirar al suelo un país que venía con un avance en los últimos años, devolviéndolo 25 años a niveles de pobreza, desigualdad y violencia.
Hay que ser más serios, responsables y aliarse con los mejores. En este caso me he cansado de estas mentiras, incoherencias, tropiezos, irresponsabilidad y que los gobernantes se crean dictadores jugando a quitarle la libertad a las personas. Eso no puede pasar y los colombianos, espero, algún día tengan un límite y se pronuncien ante la situación.