El Corredor ferroviario La Dorada–Chiriguaná dejará de ser exclusivo para el movimiento de carga y abrirá sus rieles al servicio de pasajeros.
La ministra de Transporte, María Fernanda Rojas, anunció que la nueva cláusula Open Access del contrato de Asociación Público-Privada (APP) permite que operadores de trenes de viajeros utilicen la vía, un giro clave en la estrategia de reactivación férrea del país.
El Corredor ferroviario La Dorada–Chiriguaná abarca 526 kilómetros que conectan el centro del país con Chiriguaná, punto estratégico para enlazarse con la red que llega hasta Santa Marta.
Diseñado inicialmente para mover carga, especialmente productos como carbón y cemento, este tramo forma parte de los 3.533 kilómetros de líneas férreas que existen en Colombia, de los cuales solo el 30 % está activo.
Pese a su capacidad limitada —velocidades “muy bajitas”, según la ministra—, la ruta se ha mantenido operativa y hoy es vista como la “columna vertebral” para enlazar el interior con los puertos del Caribe.
La cláusula Open Access: puerta abierta al servicio de pasajeros

Durante años, un “galimatías técnico” impidió que el corredor transportara personas. Para subsanarlo, el Ministerio de Transporte negoció la cláusula Open Access, que obliga al concesionario a permitir que otros operadores ofrezcan servicios de pasajeros sobre la misma vía.
“Sí va a permitirse, con esta cláusula que logramos incluir, ese servicio para pasajeros, que es muy importante en esa región”, precisó Rojas. Aunque la plataforma no fue diseñada desde el inicio pensando en viajeros, la disposición contractual ofrece el marco legal para adaptar estaciones y gestionar frecuencias sin interferir con la operación de carga existente.
Impacto regional y cifras de carga del corredor férreo
La reactivación del Corredor ferroviario La Dorada–Chiriguaná para pasajeros beneficiará “a cientos de miles de personas” que hoy se desplazan en carretera.
En 2023, el tramo movió unas 80.000 toneladas de carga; en 2024, la cifra casi se triplicó hasta 225.000 toneladas, reflejo del interés logístico que ya despierta. Según la ministra, incluso con trenes de baja capacidad la demanda ha crecido, señal de que existe un potencial similar para el transporte de viajeros.
Además, habilitar el servicio contribuirá a la meta del Gobierno de “conectar el centro del país con los dos mares”, fortaleciendo la integración económica y social entre regiones.
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Próximos pasos y extensiones de la red férrea en Colombia
La modernización del Corredor ferroviario La Dorada–Chiriguaná se acompaña de proyectos paralelos. Uno es la reactivación del tramo Paipa–Belencito, en Boyacá: 40 kilómetros que ya cuentan con materiales adquiridos y cuya entrega se prevé en enero de 2026, “o antes, como regalo de Navidad”, adelantó la funcionaria.
Estos 40 kilómetros se sumarán a la red activa, reforzando la conexión desde el altiplano cundiboyacense hacia el Caribe. Con la mirada puesta en aumentar velocidades y capacidad, el Ministerio trabaja para que la infraestructura existente se adecue gradualmente a los requisitos de confort y seguridad que exige el transporte de pasajeros.
La decisión de permitir pasajeros en el Corredor ferroviario La Dorada–Chiriguaná marca un hito en la recuperación ferroviaria colombiana. Con la cláusula Open Access como herramienta clave, el Gobierno apuesta por transformar un corredor de carga en un eje de movilidad regional que acerque comunidades, reduzca tiempos de viaje y revitalice las economías locales.
El desafío ahora será convertir esos 526 kilómetros de este corredor férreo en un modelo de transporte integrado, eficiente y sostenible para quienes viven y trabajan a lo largo de la ruta, lo que ayudará a la competitividad de los municipios de estas regiones.
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