El sector de la construcción estima que, de este total, 47,000 puestos corresponden a obreros, oficiales y operarios, lo que plantea un panorama desalentador para miles de familias que dependen de este sector para su sustento.
El impacto de las nuevas políticas en la industria en sector construcción y el empleo en Colombia
A medida que las nuevas medidas arancelarias se implementan y se plantea un posible recorte de más del 50% en los cupos del programa de subsidios de vivienda «Mi Casa Ya 2025», se corre el riesgo de que el sector repita la desoladora historia del año pasado, caracterizada por una caída en los indicadores y un aumento en los desistimientos de proyectos.
El programa «Mi Casa Ya» ha sido un pilar fundamental para la construcción de vivienda de interés social en el país. Sin embargo, en la actualidad, el Gobierno solo dispone de recursos para ofrecer 20,500 alivios económicos, lo que representa menos de la mitad de la meta anual de 50,000. De estos subsidios, 6,000 ya están preasignados a hogares que habían iniciado el proceso de compra hace uno o dos años.
Guillermo Herrera, presidente de la Cámara Colombiana de Construcción (Camacol), señala que la inminente reducción de subsidios podría llevar a un aumento de desistimientos en viviendas casi finalizadas, lo que impactaría negativamente en los niveles de ventas y, por ende, en el inicio de nuevos proyectos de construcción.
La situación es aún más alarmante si se considera que en Colombia, el 80% de los hogares tiene ingresos mensuales por debajo de cuatro salarios mínimos y el 60% menos de dos salarios mínimos. Según Herrera, los subsidios son esenciales para que las familias de bajos ingresos puedan acceder a una vivienda, y la reducción de presupuesto en programas de vivienda recaerá desproporcionadamente sobre los hogares más vulnerables.
Además de la preocupación por los subsidios, la implementación de nuevos aranceles sobre aceros de origen peruano y chino ha suscitado críticas en el sector. Estas medidas, argumentadas por el Gobierno como una forma de proteger la producción nacional, afectan aproximadamente el 88% de las importaciones de aluminio y el 55% de las de alambrón. Camacol advierte que el acero representa un 17% del costo en la Vivienda de Interés Social (VIS) y más del 20% en la vivienda no VIS, lo que convierte a estos aranceles en un factor crítico para el aumento de costos en la construcción.
Por su parte, el Ministerio de Comercio sostiene que el acero solo representa el 1.7% de los costos totales de producción, y que el aumento de los aranceles, que implica un incremento del 30%, tendría un efecto mínimo en el precio de producción, del orden del 0.53%. Sin embargo, la discrepancia entre las estimaciones del gobierno y las del sector privado resalta la complejidad de la situación y la urgencia de un diálogo constructivo.
Bruce Mac Master, presidente de la ANDI, también ha expresado su preocupación. Según él, las medidas de protección como el «Pacto por el acero» deben ser evaluadas a fondo, dado que los países exportadores cuentan con costos de producción más bajos, lo que compromete la competitividad del acero nacional.
La viabilidad del modelo de vivienda de interés social, que ha sido el motor de crecimiento en el sector, está ahora en entredicho. Se estima que este año se venderán solo 55,000 unidades, una cifra que representa la mitad de lo que se logró en 2023, que ya había sido un año difícil. Asimismo, se anticipa que el inicio de nuevas obras se cierre en alrededor de 100,000 unidades, un nivel que no se veía desde 2011.
En conclusión, el sector de la construcción enfrenta un panorama incierto, marcado por la pérdida de empleos, la disminución de subsidios y el impacto de nuevas medidas arancelarias. La combinación de estos factores podría llevar a un estancamiento en la construcción de viviendas, afectando no solo a los trabajadores del sector, sino también a miles de familias colombianas que sueñan con tener un hogar propio. La situación requiere una atención urgente por parte de las autoridades para evitar que la crisis se profundice y que la construcción, un pilar de la economía nacional, siga en caída libre.
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