La definición del salario mínimo para 2026 en Colombia ya tiene fecha en el calendario. Tras no lograrse un acuerdo en la Mesa de Concertación de Políticas Salariales y Laborales, el Gobierno nacional confirmó que fijará el nuevo monto mediante decreto, el cual será expedido entre el 29 y el 30 de diciembre de 2025. Así lo informó el ministro de Trabajo, Antonio Sanguino, quien señaló que el nuevo valor empezará a regir desde el 1 de enero de 2026, junto con el ajuste del auxilio de transporte.
El uso del decreto está previsto en la legislación laboral cuando no hay consenso entre empresarios y trabajadores antes del 15 de diciembre. En estos casos, el Ejecutivo queda habilitado para definir unilateralmente el aumento, siempre que se base en criterios técnicos, económicos y constitucionales. Para este año, las diferencias entre las partes fueron suficientes para impedir un acuerdo, lo que obligó al Gobierno a cerrar el proceso por esta vía.
Salario mínimo 2026 en Colombia se definirá por decreto entre el 29 y el 30 de diciembre
Más allá de la fecha, el anuncio del Ministerio de Trabajo trajo una novedad de fondo: por primera vez, el incremento del salario mínimo incorporará el concepto de salario mínimo vital. Este enfoque busca que el ajuste no solo refleje la inflación o la productividad, sino que también tenga en cuenta si el ingreso básico realmente permite cubrir las necesidades esenciales de los trabajadores y sus familias.
Durante las negociaciones, la Mesa de Concertación analizó variables como el comportamiento de los precios, la evolución de la productividad laboral y las perspectivas de crecimiento económico. En ese espacio participan el Gobierno, los gremios empresariales, las centrales sindicales, el Dane y el Ministerio de Hacienda, con el acompañamiento de organismos internacionales. Sin embargo, las posiciones no lograron acercarse. Mientras los empresarios defendieron un aumento alineado con la inflación y la productividad, los sindicatos insistieron en un incremento más alto para recuperar el poder adquisitivo perdido.
Ante este escenario, el Gobierno optó por aplicar el mecanismo del decreto, que permite cerrar el proceso dentro de los plazos legales y evitar que el país inicie el nuevo año sin un salario mínimo definido. El decreto se publicará en los últimos días de diciembre y, una vez expedido, será de obligatorio cumplimiento para todos los empleadores del sector formal.
La inclusión del salario mínimo vital representa un cambio relevante en la forma de calcular el ajuste. Según explicó el ministro Sanguino, esta metodología se inspira en las recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que promueve que los ingresos mínimos permitan garantizar condiciones reales de vida digna. En ese sentido, el salario vital no se limita a compensar la subida de los precios, sino que evalúa si el ingreso alcanza para cubrir gastos básicos como alimentación, vivienda, servicios públicos, transporte, salud y bienestar del núcleo familiar.
Hasta ahora, el salario mínimo en Colombia se ha definido principalmente con base en una fórmula técnica que suma inflación y productividad laboral. Ese esquema ha buscado proteger el empleo formal y evitar presiones excesivas sobre los costos de las empresas. Con el nuevo enfoque, esos indicadores seguirán siendo importantes, pero dejarán de ser los únicos criterios para fijar el aumento.
Desde el Ministerio de Trabajo se ha señalado que esta modificación responde a un mandato constitucional, que establece que la remuneración debe ser proporcional a la cantidad y calidad del trabajo, y compatible con una vida digna. En un contexto de altos costos en arriendos, alimentos, transporte y servicios básicos, el Gobierno considera necesario ampliar la mirada más allá de las variables macroeconómicas.
El anuncio ha generado expectativas tanto en trabajadores como en empleadores, ya que el nuevo enfoque podría influir en el nivel final del aumento. Mientras los sindicatos ven en el salario vital una oportunidad para mejorar el ingreso real de los trabajadores, algunos sectores empresariales han advertido sobre el impacto que un alza elevada podría tener en los costos laborales.
Con la fecha ya definida, el país quedará a la espera del decreto que, a finales de diciembre, fijará el salario mínimo que regirá en 2026 y marcará un nuevo capítulo en la política salarial de Colombia.
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