El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, dio a conocer una posible buena noticia para los capitalinos, el racionamiento de agua que lleva cerca de un año en la ciudad podría llegar a su fin en el mes de abril, dependiendo del comportamiento del ahorro del recurso en los próximos dos meses.
Posibilidad de fin del racionamiento de agua en Bogotá en abril: expectativas y soluciones a largo plazo
En su declaración, el mandatario resaltó que el Sistema Chingaza, principal fuente de abastecimiento de agua para Bogotá, ha mejorado significativamente en términos de almacenamiento, con 41 millones de metros cúbicos adicionales de agua en comparación con el mismo período del año anterior.

Galán señaló que, si bien los esfuerzos para el ahorro de agua durante los meses de febrero y marzo continúan, hay expectativas positivas si las afluencias al sistema Chingaza siguen superando el 90% del promedio histórico.
«Si mantenemos el esfuerzo del racionamiento en lo que queda de febrero y marzo, y las afluencias al sistema Chingaza continúan por encima de 90% del promedio histórico, tendremos posibilidades serias de levantar el racionamiento de agua en abril», indicó el alcalde durante una rueda de prensa.
Este anuncio genera esperanza entre los bogotanos, quienes han tenido que adaptarse a la restricción del suministro en diferentes zonas de la ciudad. El racionamiento ha sido una medida que se implementó como respuesta a la crisis hídrica que enfrentó la ciudad debido a la disminución en los niveles de los embalses y la escasez de lluvias en la región.
Sin embargo, el alcalde Galán dejó claro que, aunque la posibilidad de levantar el racionamiento se vea a corto plazo, la verdadera solución a la crisis hídrica de la ciudad va más allá de las medidas temporales. “Muchas personas dicen que el racionamiento no resuelve el problema de fondo.
En efecto, esta es una medida de choque para afrontar la coyuntura, pero la solución definitiva requiere nuevas inversiones”, reconoció Galán.
En este sentido, la administración distrital está trabajando en soluciones estructurales a largo plazo para garantizar el suministro de agua para Bogotá, que actualmente enfrenta un aumento constante de la población y la urbanización.
Entre las acciones contempladas se incluyen la construcción de nuevas infraestructuras, como el proyecto de Chingaza II, y la optimización de la conexión entre los sistemas hídricos del norte de la ciudad, Tominé y la planta de Tibitoc.
Adicionalmente, el alcalde destacó una iniciativa clave para la preservación de las fuentes hídricas de la ciudad: la inversión en la restauración y conservación de las cuencas que abastecen a Bogotá.
Esta inversión tiene como objetivo no solo proteger los ecosistemas que suministran agua, sino también mejorar la calidad y sostenibilidad del recurso en el largo plazo.
La noticia de que el racionamiento podría levantarse en los próximos meses es un respiro para muchos ciudadanos que ya venían enfrentando el estrés de la escasez. Sin embargo, el alcalde enfatizó que, más allá de este posible alivio, la ciudadanía debe seguir comprometida con el ahorro del agua, pues el comportamiento de las afluencias al Sistema Chingaza durante estos dos meses será determinante para tomar la decisión final.
A medida que se acerca el mes de abril, los bogotanos estarán atentos a las decisiones de la administración local, que, según Galán, dependerán en gran medida del compromiso de todos en el manejo responsable del agua.

Si las expectativas de afluencias al sistema Chingaza se cumplen, los capitalinos podrían volver a disfrutar de un suministro más regular del vital recurso. Sin embargo, la ciudad también se prepara para un futuro con inversiones que aseguren la estabilidad hídrica, más allá de la coyuntura actual.