Nuestro editorial para hoy 15 de junio trata sobre la cuarta amenaza que una campaña le hace al país de no ser ellos quienes ganen la presidencia este domingo 19 de junio.
Han sido varias las ocasiones en que no solamente un candidato, Gustavo Petro, sino también su entorno más cercano entre actuales congresistas y dirigentes como Gustavo Bolívar y ahora su hija, Sofía Petro, lanzan una nueva amenaza: que si no son ellos quienes ganan, en Colombia va a haber un estallido social y realmente desde este consejo de redacción creemos que Colombia no merece, es altamente injusto que el país esté sometido cada cierto tiempo a una amenaza distinta porque sencillamente la mayoría del país no escoge una opción de gobierno determinada, una ideología económica o social.
Esa contraparte se cree con el derecho de amenazar, de poner en alerta a esas personas que no votan por ellos y decirles que esa noche del domingo 19 de junio puede incendiarse nuevamente el país bajo el supuesto argumento de un estallido social. ¿Por qué el candidato lo permite, si supuestamente respeta la ley, el orden, las instituciones y la Constitución.
¿Está el Gobierno Nacional, en cabeza de Iván Duque, de Diego Molano y Daniel Palacios, preparado para este domingo, o será que puede repetirse lo de abril del año pasado con el paro nacional y lo recientemente acontecido con el paro del Clan del Golfo que terminó por meter en el congelador a seis departamentos y a todos sus habitantes?
Es hora de que el Gobierno esté preparando su despedida de la mejor manera y que cierre con broche de oro preservando la vida, la integridad y sobre todo los bienes y la calidad de vida de los colombianos no solamente el domingo 19 sino todos los días hasta que se vayan del Gobierno pues es inaudito que se lancen amenazas como si nada y que se repita lo que ya ha sucedido, en donde bloquean vías, queman policías y CAI, queman buses, se meten a casas, a oficinas, a locales comerciales a asaltarlos todo bajo un supuesto pretexto de indignación y protesta, cuando no es más que terrorismo.
Regresándonos a la campaña política, a la arena de la democracia que debería estar preservada por la legalidad y sobre todo por el respeto a las instituciones, quisiéramos volver a poner la lupa sobre el registrador Alexánder Vega, pedirles a los colombianos que van a votar, a los jurados, a los testigos, que tengan los ojos muy abiertos sobre cada uno de los procesos que se hagan en las mesas de votación; el registrador sigue teniendo una gran deuda con los colombianos y por lo que pasó el 29 de mayo puede salir en limpio, como si nada hubiese pasado.
Los votos hay que cuidarlos, de cada uno de los candidatos, el voto en blanco, el voto que no se marca, el voto que se daña, pero la información tiene que ser fidedigna, tiene que representar la voluntad íntegra de los colombianos cuando se han publicado los boletines. No se puede dar espacio para que la campaña que ya ha hecho cuatro amenazas sobre un estallido social si no ganan ellos, pierda por los votos que sea y existan mínimas nociones de corrupción, de tergiversación o simplemente de un fraude electoral.
Colombia no puede permitirse eso, no le puede dar espacio a eso porque caeríamos en una parálisis y caos absolutamente perjudiciales para toda la nación.
Queremos condenar lo que la hija de Gustavo Petro ha dicho, ni ella ni nadie puede venir a amenazar a los colombianos sobre qué debe pasar si Gustavo Petro pierde; instamos al Gobierno a que ajuste sus pantalones, a que llame al orden a todas las fuerzas armadas -Policía, Armada, Ejército, ESMAD y a la inteligencia, que tanto falla en nuestro país, para que estén preparados para este domingo.
Hacemos también un llamado a los ciudadanos para que cuiden sus votos, a que velen porque sea la voluntad del pueblo la que se refleje en las urnas y no la de los corruptos para dañar y alterar los tarjetones. Si el domingo 19 de junio Gustavo Petro pierde la presidencia, y si él incita a que la gente se vuelque a las calles para manifestarse y destruir, el Gobierno tiene que establecer un toque de queda, tiene que instaurar el orden por la fuerza en cada uno de los rincones del país y tiene que cuidar la vida, la integridad y las propiedades de los colombianos que están del lado de la legalidad.
No puede ser que cada cierto tiempo a un líder político y a su séquito se le ocurra lanzar amenazas y que nada pase.