La Contraloría General de la República volvió a encender las alarmas sobre la estabilidad energética de Colombia. En una carta dirigida al ministro de Minas y Energía, Edwin Palma, el contralor Carlos Hernán Rodríguez expresó una profunda preocupación por los riesgos que podrían desencadenar un racionamiento de energía y gas en Colombia. Según el organismo de control, el Gobierno lleva más de un año sin adoptar decisiones de fondo para evitar una crisis que podría comprometer la seguridad energética nacional.
“Debo acudir nuevamente a esa cartera ministerial para expresar la preocupación de la Contraloría General de la República en torno a la seguridad y confiabilidad energética del país”, advierte el documento enviado por Rodríguez, quien lamentó que las advertencias formuladas desde 2024 no hayan sido atendidas.
Contraloría lanza nueva advertencia al Gobierno por riesgo de racionamiento eléctrico y de gas

El informe de la Contraloría detalla cuatro factores críticos que ponen en riesgo la estabilidad del sector energético colombiano y que, de no ser atendidos con urgencia, podrían derivar en apagones, alzas tarifarias o racionamientos.
1. Menores ingresos fiscales y caída de regalías: El primer punto hace referencia a la reducción sostenida de la producción de hidrocarburos, que ha impactado las finanzas públicas. El país está recibiendo menos recursos por exportaciones y regalías, lo que afecta directamente los presupuestos regionales y limita la inversión en infraestructura energética. “Ante un eventual desabastecimiento o incremento en los combustibles, muchas empresas podrían desaparecer”, advierte el ente de control.
2. Encarecimiento del gas y los combustibles: La baja producción nacional obligaría a depender de las importaciones a precios internacionales, lo que encarecería el gas, la gasolina y el ACPM. Esta situación, según la Contraloría, tendría un efecto en cadena sobre los subsidios que paga el Estado, pues los costos aumentarían al tiempo que los ingresos disminuyen.
3. Freno a la inversión extranjera: La falta de nuevos contratos de exploración y explotación petrolera genera desconfianza entre los inversionistas. Sin reglas claras ni incentivos, las empresas reducen sus apuestas en el país, afectando la competitividad del sector y el acceso a capital para financiar la transición energética.
4. Mayor presión sobre los subsidios: Si Colombia incrementa la importación de combustibles, el Estado tendría que asumir un gasto aún mayor para mantener los precios estables. Este escenario pondría más presión sobre las finanzas públicas y sobre los programas sociales que dependen de esos recursos.
Por qué es importante: La Contraloría recordó que desde comienzos de 2024 ha emitido alertas sobre la falta de decisiones estratégicas en el sector minero-energético. Sin embargo, asegura que el Ministerio no ha respondido de manera satisfactoria ni ha presentado un plan detallado sobre cómo garantizar la estabilidad del sistema.
“El país no cuenta con un cronograma verificable ni con lineamientos claros sobre el rumbo de la política energética”, señala el organismo, que también cuestiona la ausencia de infraestructura suficiente para enfrentar una eventual crisis de suministro.
Entre los vacíos detectados, la Contraloría destaca la falta de inversiones en plantas de generación, redes de transmisión y sistemas de almacenamiento, así como la poca diversificación de fuentes de energía. A juicio del ente de control, Colombia sigue dependiendo en exceso del petróleo y el gas, justo cuando el mundo avanza hacia fuentes más limpias y sostenibles.