Cundinamarca supera las 37.000 vacunas de fiebre amarilla en la última semana

Cundinamarca intensifica la vacunación contra la fiebre amarilla con más de 37.000 dosis aplicadas en una semana para frenar la propagación del virus en 21 municipios priorizados.

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En un esfuerzo sin precedentes por contener la propagación de la fiebre amarilla, el departamento de Cundinamarca ha logrado aplicar más de 37.000 dosis de la vacuna en tan solo una semana, según informó el gobernador Jorge Emilio Rey a través de su cuenta oficial en X.

Esta campaña intensiva se ha focalizado en 21 municipios priorizados por su nivel de riesgo y condiciones climáticas propicias para la reproducción del mosquito transmisor.

Desde el pasado 20 de abril y hasta el corte más reciente, la Secretaría de Salud de Cundinamarca ha vacunado un total cercano a 57.000 personas en lo que va corrido del año 2025.

Cundinamarca refuerza su estrategia de salud pública con vacunación masiva contra la fiebre amarilla

Cundinamarca refuerza su estrategia de salud pública con vacunación masiva contra la fiebre amarilla
Foto: X – Jorge Emilio Rey

El objetivo es prevenir brotes del virus en zonas vulnerables y salvaguardar la salud pública ante un posible repunte de casos a causa de las condiciones meteorológicas de la temporada.

“Desde el 20 de abril (fecha de nuestro último reporte entregado) a hoy, hemos aplicado más de 37.000 vacunas de #FiebreAmarilla, alcanzando cerca de 57.000 personas vacunadas en lo que va de 2025”, publicó el Gobernador Jorge Emilio Rey en X (@JorgeEmilioRey).

“Continuaremos emprendiendo acciones de contención frente a la posible propagación del virus”, añadió en su mensaje.

Municipios priorizados y estrategia territorial: Los municipios incluidos en esta fase intensiva de inmunización son: Agua de Dios, Arbeláez, Beltrán, Cabrera, Caparrapí, Girardot, Guaduas, Guataquí, La Palma, Medina, Nariño, Nilo, Paime, Pandi, Paratebueno, Puerto Salgar, Ricaurte, San Juan de Rioseco, Tocaima, Venecia y Yacopí.

La elección de estas localidades responde tanto al historial epidemiológico como a factores geográficos y ambientales que facilitan la circulación del virus y la proliferación del vector.

Según explicó la Secretaría de Salud Departamental, la campaña de vacunación se está ejecutando en coordinación con hospitales, centros de salud y brigadas móviles que recorren veredas y zonas de difícil acceso. Esta estrategia ha permitido alcanzar a comunidades rurales y garantizar el acceso equitativo al biológico.

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Por qué es importante: La fiebre amarilla es una enfermedad viral aguda transmitida por la picadura del mosquito Aedes aegypti, el mismo vector del dengue y el zika.

Aunque muchos casos pueden ser leves o asintomáticos, la enfermedad puede derivar en complicaciones graves, como insuficiencia hepática, ictericia y en algunos casos, la muerte. La vacunación es, hasta ahora, la medida más eficaz para prevenirla.

Colombia, por su ubicación geográfica y características ambientales, es un país endémico para esta enfermedad. Por ello, el esquema de vacunación contra la fiebre amarilla forma parte de las políticas de salud pública en regiones con riesgo elevado.

En el caso de Cundinamarca, el repunte de lluvias y el aumento en la temperatura generan un entorno ideal para el desarrollo de criaderos del mosquito transmisor, lo que justifica la intensidad de esta campaña.

Detalles de la campaña: El biológico se está aplicando de forma gratuita en todos los hospitales y centros de salud pertenecientes a la red pública departamental. Las autoridades hacen un llamado a padres de familia para que acudan con sus hijos, así como a personas que tengan previsto viajar a zonas selváticas o rurales, ya que en muchos de estos destinos la vacuna es un requisito obligatorio.

Además de la inmunización, la Gobernación ha desplegado una campaña educativa paralela para enseñar a la comunidad prácticas de prevención. Estas incluyen la eliminación de recipientes con agua estancada, corte frecuente de la maleza, adecuado manejo de basuras y sellado de tanques de almacenamiento de agua.

“Invitamos a toda la comunidad a aplicar medidas de prevención, como mantener limpio el entorno: eliminando recipientes con agua estancada, cortando la maleza, evitando acumulación de basura y tapando bien los tanques de agua. Así evitamos que el mosquito transmisor se reproduzca cerca de nuestros hogares”, agregó el gobernador en otro fragmento del trino publicado el 23 de abril.

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Contexto y antecedentes: Cundinamarca ya había enfrentado brotes esporádicos de fiebre amarilla en años anteriores, especialmente en zonas cercanas al Magdalena Medio y áreas de frontera con departamentos como Tolima y Meta.

El aprendizaje de esas emergencias ha permitido fortalecer la capacidad de respuesta institucional y mejorar los sistemas de vigilancia epidemiológica.

Desde 2022, el departamento cuenta con un plan de contingencia específico para enfermedades transmitidas por vectores, que incluye alertas tempranas, fortalecimiento de laboratorios y campañas educativas permanentes. La aplicación acelerada de vacunas se suma a esta estructura para minimizar el impacto de la fiebre amarilla en la población.

Panorama general: Con esta cifra récord de inmunizaciones en una sola semana, Cundinamarca se posiciona como uno de los departamentos con mayor capacidad de respuesta ante enfermedades endémicas.

La articulación entre las autoridades locales, el personal médico y la comunidad ha sido clave para alcanzar estos resultados.

Aunque la cifra de 57.000 personas vacunadas en lo que va del año representa un avance significativo, las autoridades insisten en que no es momento de bajar la guardia.

La meta para el primer semestre es llegar a las 100.000 dosis aplicadas y mantener vigilancia activa para evitar que el virus cobre vidas.

En un contexto donde los virus transmitidos por vectores están en aumento a nivel mundial debido al cambio climático, la experiencia de Cundinamarca puede servir como ejemplo para otras regiones del país.

La prevención, el acceso oportuno a la vacuna y el compromiso ciudadano son fundamentales para contener este tipo de amenazas a la salud pública.

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