Este encuentro también sirvió para hablar de mucha política, de las divisiones existentes y del futuro que se viene para el país, más teniendo en cuenta que el 2018 no está tan lejano. Preocupa que tanta transversalidad tenga el tema de la paz, pues saben que toda reconfiguración del estado, implica unos cambios sustanciales al orden político, y más si es para abrir espacios a nuevas fuerzas.
Hoy existen tres líneas políticas a nivel nacional muy claras; “El Vargasllerismo”, “Uribismo”, y un “Santismo-Fajardismo”. Para nadie es un secreto la buena relación que el exgobernador de Antioquia tiene con el presidente y con algunos de los altos funcionarios como Maria Lorena Gutiérrez o Gina Parody.
La gran expectativa está puesta primero que todo en la salud del vicepresidente, pues de eso depende no solo el futuro político de el, sino del actual gobierno. Vargas Lleras se iría de este gobierno luego del mes de mayo, pero antes de septiembre, y ahí es cuando se conozca que postura tomará frente al actual gobierno.
El miedo está en escoger el bando equivocado, en irse de donde Santos y que no les giren recursos, o quedarse en el gobierno y que luego Vargas Lleras o el Uribismo los ingresen en una lista negra.