Por: Amylkar Acosta
Se acaba de expedir por parte del ministro de Minas y Energía, Germán Arce, la Resolución 4 0185, mediante la cual eleva el porcentaje de la mezcla de etanol con la gasolina motor que se expende al público en todo el territorio nacional del 8% al 10%. Entre las consideraciones de dicha Resolución se tiene que “con base en el estimativo de producción y la proyección del año 2018”, se demuestra “la viabilidad y capacidad de sostener una mezcla del 10% de alcohol carburante”. En efecto, mientras la demanda interna de etanol para la mezcla en 2017 fue en promedio de 1.050.800 litros/día, la capacidad instalada de producción de las 8 plantas en operación es de 1.650.000 litros/día, es decir que Colombia tiene cómo autoabastecerse. Este aumento del porcentaje de la mezcla representará, aproximadamente, 262.700 litros/día adicionales en la demanda.
Como autor de la Ley 693 de 2001, que estableció la obligación de dicha mezcla, tengo que manifestar mi complacencia por este paso que acaba de darse, pues contribuirá a consolidar una política tendiente a reducir las emisiones de gases contaminantes a consecuencia de la combustión de los motores de los vehículos. En efecto, con la mezcla del etanol con la gasolina-motor se oxigena el combustible y de esta manera la combustión es más completa, al tiempo que se reduce el contenido de aromáticos, benceno, azufre y olefinas, que de otra manera se arrojarían a la atmósfera, incidiendo notablemente en el deterioro del aire que se respira en las ciudades. Y, como es apenas lógico, cuanto mayor sea el porcentaje de la mezcla sus beneficios para la población serán mayores.
Colombia, además de haber sido el promotor de los ODS, vigentes desde el 2015, suscribió el Acuerdo de París en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, ambos vinculantes, por lo que se comprometió con la comunidad internacional a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 20% hacia el 2030. Y, para lograrlo, según el ministro Arce “uno de los elementos en los que más esperanzas tiene el Gobierno es el plan de biocombustibles, y dentro de esa iniciativa uno de los ejes es aumentar la participación del alcohol dentro de la gasolina que consumen los carros”.
A partir del análisis de ciclo de vida de la cadena del etanol producido en Colombia se ha podido establecer que el mismo está contribuyendo a reducir 2,5 millones de toneladas/año de GEI, equivalentes a 6 puntos porcentuales de la meta de reducción del 20%. Y no es para menos, dado que el mismo reduce las emisiones de GEI en un 74%.
En cuanto a su incidencia en el precio, comparto el punto de vista del ministro Arce cuando llama la atención sobre el hecho de que dadas “las condiciones de los mercados el alcohol carburante muestra una tendencia a la baja, lo que permitirá una reducción cercana a los 7 pesos por galón”.