El escenario político colombiano se sacudió esta semana tras un cruce de fuertes declaraciones entre el presidente Gustavo Petro y el expresidente César Gaviria, líder del Partido Liberal. El choque se desató luego de que Gaviria acusara a Petro de gobernar con una “constitución paralela”, refiriéndose despectivamente a las reformas sociales impulsadas desde la Casa de Nariño, y sugiriera desconocer la autoridad presidencial si el mandatario insiste en convocar una consulta popular.
La respuesta de Petro no se hizo esperar y llegó cargada de duros señalamientos. A través de su cuenta oficial en X (antes Twitter), el presidente le respondió a Gaviria con un mensaje contundente:
“¿Quién le dijo que es inconstitucional que campesinos y campesinas tengan pensión? ¿O que el dinero público vaya directamente al servicio de salud de la colombianidad?”
Petro acusa a Gaviria de gobernar con una “constitución paralela” durante los años 90
En su declaración, el jefe de Estado no solo defendió sus propuestas de reforma sino que también revirtió la acusación, asegurando que fue Gaviria quien gobernó con una constitución de facto en los años 90, época en la que se privatizaron sectores clave como la salud, las pensiones y los bancos.
“Es usted un egoísta social con ideas envejecidas. Por eso no vio la horrible tropelía contra los derechos del pueblo que cometía su senador Pinto de Santander, al contrario, la permitió”, afirmó Petro, haciendo referencia a los cuestionados manejos del Partido Liberal en el Congreso.
El mandatario fue más allá y responsabilizó al expresidente por las bases que permitieron el crecimiento del paramilitarismo en Colombia, vinculando sus políticas neoliberales con la violencia que azotó al país durante décadas.
“Con usted comenzó el decreto del paramilitarismo y la violencia de los años subsiguientes nos dejó 200.000 muertos”, sentenció Petro.
Por qué es importante: En uno de los apartados más delicados de su publicación, el presidente Petro advirtió que las declaraciones de Gaviria podrían ser leídas como un intento de sedición o de golpe de Estado:
“Me amenaza a mí, el presidente elegido por el voto popular, con un golpe de Estado. Veremos si el pueblo me deja solo o responde como toca responder a la sedición antidemocrática”.
La alusión a una supuesta amenaza de ruptura institucional por parte del expresidente ha generado preocupación entre analistas políticos, que ven con alarma el incremento del lenguaje polarizante y el deterioro del diálogo entre los sectores tradicionales y el gobierno actual.
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