Llamó la atención que el pasado lunes 16 de noviembre se encontrara un avión de la flota presidencial en la ciudad de Cartagena, y más cuando esa aeronave es la segunda en línea de uso por parte del presidente de la República, en este caso Juan Manuel Santos, pero llama más la atención que él estando con su señora esposa en Filipinas en la cumbre de la CELAC, que este avión estuviera en “La heroica”, en plenas celebraciones, el día de la coronación del reinado y a falta de un día para el partido de la Selección Colombia en Barranquilla, la cual está a menos de dos horas de la capital del Bolívar.
Aún, ni el Ministerio de la Defensa ni Presidencia de la República han confirmado quién se transportaba en ese avión, qué estaba haciendo allá esa persona a la que le prestaron este medio de transporte, el cual es sumamente costoso, pues no estamos hablando solamente del tema de la gasolina, sino de los hangares, el catering y de los otros gastos que acarrea el desplazamiento de un avión de esta clase a una ciudad como Cartagena.
Por último, quizá en esta época es más posible que sea blanco de críticas utilizar estas aeronaves para los gustos personales, en virtud de que nos encontramos en lo que se conoce como la época de las “vacas flacas”, según el mismo Gobierno, y a quien no le quedaría estar derrochando recursos públicos, por un lado en viajes, de no sabemos quién, y por otro lado subiendo impuestos a la austeridad de los colombianos.