El Caribe colombiano está ubicado estratégicamente en el continente sudamericano. Tiene una de las mejores esquinas del mundo, sin lugar a dudas. En ella reposan ciudades tan mágicas como Santa Marta y Cartagena, destinos turísticos tan sagrados como la Sierra Nevada, habitada por sus comunidades, y destinos exóticos como La Guajira. Ciudades que han avanzado a pasos agigantados, como Barranquilla, y todo esto ha sido llamado a través de muchos conversatorios, columnas y análisis como un gran milagro. Es un milagro que, si bien no está completo, convoca al país entero a pensar que el desarrollo de esta zona, de esta esquina del continente, sería de un inmenso beneficio para toda la nación.
Lamentablemente, como ocurre en toda la geografía colombiana, la ausencia de voluntad política, la carencia de visión y la falta de disciplina en la ejecución han hecho que ciudades como Cartagena, en su momento, estuvieran completamente abandonadas. No fue sino hasta ahora que llegó un nuevo alcalde, Dumek Turbay, que empezó a poner orden en esta casa y a transformar a la heroica, la ciudad ícono de Colombia, en la mayoría de sus frentes, haciéndola mucho más presentable, segura, con mejor infraestructura y con un combate más decidido contra la explotación sexual de niños, jóvenes y adolescentes.
En Barranquilla, tenemos la gran fortuna de contar con inmensos ejecutores como Alejandro Chávez, quienes dicen “se hace y se hace” y lo hacen en tiempo récord. Tienen la gran virtud de estar encima de las obras y pensar en una Barranquilla que puede dar fe de cómo ha avanzado esta ciudad. Con tristeza, también debemos reconocer que Santa Marta ha sido abandonada durante un largo período por administraciones ineficaces. Ni hablar de La Guajira, quizás una de nuestras tristes historias como nación, que se repite cada semana con noticias más negativas que positivas.
Desarrollamos este especial de regiones porque creemos en Colombia, porque observamos que las regiones son el verdadero motor, no solo movilizador económico, social e incluso político del país, sino que en las regiones hay potenciales inmensos que son siempre los encargados de resistir y sostener a un país que enfrenta tantísimas problemáticas semana tras semana.
Queremos destacar en esta semana, en estos días del especial correspondientes a la región Caribe, un territorio con una gran capacidad de creatividad, alegría, cultura, con un sabor único por una gastronomía inmensa, con empresas comprometidas con la creación de empleo, bienestar, inversión extranjera y transformación de territorios. Empresas que han cambiado la realidad de millones de personas en esta región.
¿Qué se necesita para seguir avanzando? Qué bueno sería poder decir que La Guajira, Santa Marta, Barranquilla y Cartagena están conectadas con una autopista que permita recorrer estas cuatro ciudades en 4 horas. Qué bueno poder decir que tienen un tren que pasa por este cordón Caribe. Qué bueno poder decir que han solucionado quizás su mayor problema en los últimos años: la suficiencia y la independencia energética la cual es una problemática que requiere soluciones de fondo para garantizarle a esta esquina del continente un servicio de agua, electricidad y gas decente y digno. Es necesario que, por un lado, las personas paguen sus cuentas, y por otro, que el servicio sea excepcional.
Por último, ¿cómo no pensar en la necesidad de seguir cuidando sus playas, limpiando sus mares y ríos, y trabajando para que sus puertos sean más competitivos? También es clave promover la construcción de nuevos aeropuertos. Esta región está a 2 horas y 20 minutos de Estados Unidos, a una hora de las principales islas del Caribe, a una hora y 30 minutos de ciudades principales como México, y a 8 horas de Europa. Es no solo un lugar atractivo para locales y extranjeros, sino también una región que necesita, ahora más que nunca, articularse y pensar en un desarrollo conjunto, de la mano de la empresa privada, de los inversionistas extranjeros, con el auspicio del gobierno nacional, pero sobre todo con una sincronización entre todos los actores de la región Caribe.
Sin duda alguna, esta región avanza a pasos agigantados, pero no puede dejar a nadie atrás. Debe comprender que no hay progreso sin un sentido social y sin la resolución de los servicios más elementales para los seres humanos.