El Domingo: En Latinoamérica tenemos una falsa concepción de que todo se arregla desde la política. Creemos que los políticos son los responsables de nuestras desgracias y vivimos obsesionados con nuestro pasado.
Siempre es preferible un cínico a una persona que obedece ciegamente. Sin embargo, creo que son muchos los que confunden ser cínico por el simple hecho de serlo a realmente pensar críticamente.
Son muchos los que con un tono desolador dicen que sin importar quien gane el domingo este país está condenado a la miseria y que cada vez hay menos esperanza. Son muchos los que siempre prefieren ver un panorama negro para no parecer ingenuos por ser mediamente optimistas de vez en cuando. La verdad es que, aunque el país merece mejores candidatos y mejores propuestas, no da lo mismo quien gane el domingo.
Por más que el ingeniero carezca de propuestas serias y de un plan de gobierno serio, es difícil desconocer que su gobierno sería mucho mejor que el gobierno de Gustavo Petro. En el libro de Antonio Caballero “Historia de Colombia y sus oligarquías” este gran escritor colombiano cuenta cómo desde la colonia, nuestros antepasados españoles mendigaban a la corona por tierras puestos públicos.
Por más de que hayan pasado casi 300 años desde lo que relata Antonio Caballero, es impresionante como muchos colombianos (que hacen parte de la gente más rica del país dedican su vida a mendigar puestos y favores políticos.
El gran problema con un gobierno de Petro es que esa clase política que el mismo Petro tanto criticaba, hoy en día hacen parte de su campaña. Nos quieren hacer creer que políticos como Roy Barreras y Armando Benedetti que representan lo peor de la politiquería Colombia son parte de un supuesto cambio.
Petro combina una serie de políticas que han probado ser desastrosas siempre que se implementaron y el apoyo de gran parte de la clase política que se ha dedicado a vivir del estado y del tráfico de influencias.
La semana pasada se publicaron una serie de videos donde muchos fuimos testigos de la manera en cómo sistemáticamente políticos tradicionales como Roy Barreras han venido trabajando desde hace un año para que Petro quede presidente.
Desde hace más de dos años Petro es el favorito para ganar esta elección presidencial y son muchos los políticos que decidieron montarse en el tren de la victoria. No hay nada más peligroso que poner a gobernar a alguien que toda su vida lo único que ha buscado es el poder.
Un gobierno de Petro combinaría un tipo que lleva más de diez años con el único objetivo de ser presidente, con una clase política que renuncia a cualquier tipo de convicciones solo por el hecho de seguir en la nómina pública.
Por más de que el ingeniero es un candidato que está lejos de ser un candidato ideal, si es un tipo que parece tener la intención de eliminar gran parte de la burocracia y el despilfarro estatal que hay en nuestro país.
Es difícil que un país progrese cuando la gente más rica son los políticos, algo que ocurre en gran parte de Latinoamérica. Son muchas cosas las que se le pueden reprochar al ingeniero, pero nadie puede decir que el tipo quiere seguir expandiendo la burocracia en el estado colombiano.
En Latinoamérica tenemos una falsa concepción de que todo se arregla desde la política. Creemos que los políticos son los responsables de nuestras desgracias y vivimos obsesionados con nuestro pasado. En Colombia creemos que si logramos poner un candidato ideal vamos a solucionar mágicamente todos los problemas de nuestro país. Pocas cosas en el mundo se solucionan con políticas estatales y a veces la mejor manera para solucionar los problemas es dejando al estado fuera de ellos.
Por un lado, el domingo podemos elegir al estado como la solución a todos nuestros problemas. Por otro lado, tenemos a un tipo cuyo gran logro como alcalde es tener un gobierno austero con el gasto. Hay muchas cosas que en el largo plazo terminan dando lo mismo pero el resultado del domingo no es una de ellas.