Por: 360 Radio
Cuando a los residentes de este sector de El Poblado les hablaron de la ampliación de la Loma de los Parra todo fue júbilo entre ellos porque vieron esta obra, como una gran solución a los grandes problemas de movilidad que aquejan el lugar; no les importó que aumentara el precio de valorización, que aunque les aseguraron que el municipio cobrarían dos o tres millones de pesos, finalmente terminaron pagando entre siete y ocho millones. Sin embargo nada importó, pues tenían claro que este tipo de obras son trascendentales para el desarrollo urbano de la ciudad.
En teoría esta obra funcionaría muy bien y la administración de Aníbal Gaviria sacaría pecho nuevamente con el premio de “Medellín la ciudad más innovadora del mundo”: de cierta manera fue así, pues en esta ocasión mostraron que innovar es improvisar en la adjudicación de contratos y que lo que sería una de las “cerezas del postre” para la finalización del mandato de Gaviria como alcalde de Medellín, terminó siendo un “elefante blanco” y un dolor de cabeza para las personas que viven por la Loma de los Parra.
“De eso tan bueno no dan tanto”
Como todo proyecto importante que inicia en una ciudad, la doble calzada y ampliación de esta vía se celebró con bombos y platillos, los trabajos iniciaron en las fechas estipuladas y la obra marchaba de acuerdo al cronograma hasta que apareció un escollo que parece sacado de una película de comedia.
El Casino San Fernando, predio donde se localiza la intervención del proyecto, obra que según la administración Gaviria llevaba dos décadas de planeación, no fue objeto de licencia de urbanización, lo que quiere decir que la obra solo fue objeto de licencia de construcción en modalidad de modificación, demolición, ampliación y en los planos NO contempla la cesión de faja de terreno correspondiente a las vías aledañas, los andenes y zonas verdes. O sea que el municipio no pueden expropiar el terreno y no tiene elementos jurídicos para hacerse con este.
En pocas palabras el proyecto inició con la convicción de que ese predio ya hacía parte de la obra, pero por razones que se desconocen, en la licencia no quedó consignada la obligación, por lo que este importante proyecto que optimizaría las condiciones de movilidad de este sector y que sería una de las grandes obras de transformación en Medellín, hoy está abandonada pese a que se recogieron más de 200 mil millones de pesos en recaudos por valorización.
Y ahora, ¿Quién podrá ayudarnos?
Como a los personajes de un reconocido programa humorístico, esa es la frase y la preocupación que hoy tienen los residentes de este sector de El Poblado, pues Aníbal Gaviria, quien era el que debía entregar la obra, ya no es el Alcalde de la ciudad y al parecer se “hizo el de las gafas” con este problema, proyecto que al día de hoy solo tiene tres insólitas soluciones: comprar el parqueadero del casino, el cual es la parte del predio que tiene frenada la obra y que muy seguramente no será vendido a “precio de huevo”, continuar la obra sin intervenir los 2.000 metros cuadrados de este negocio o que el dueño de este establecimiento muy gentilmente le regale el predio a la ciudad.
Lo cierto es que hoy no se puede transitar por algunas partes de la Loma de los Parra, los trancones son el pan de cada día para sus habitantes y en este momento la medicina terminó siendo mucho más grave que la misma enfermedad. Es por eso que estas personas le hacen un llamado al alcalde Federico Gutiérrez, a ver si por fin se justifican los altos cobros de valorización que pagaron estos residentes, en donde se supondría que verían una obra que les mejoraría la movilidad y los haría sentir en una megalópolis pero que los ha hecho sentir en una especie de safari, con «elefante blanco» y todo incluido.