El fantasma de la importación

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Por: Amylkar Acosta


Ciertamente las reservas probadas de crudo venían en caída libre desde el 2011. No obstante, en el 2017 se incrementaron el 7% las reservas de crudo con respecto a 2016, ubicándose en 1.782 millones de barriles, pasando el coeficiente de reservas/producción de 5,1 a 5,7. En el 2018, una vez más, las reservas de crudo se incrementaron el 9,9% 1,56, alcanzando los 1.958 millones de barriles y un coeficiente de reservas/producción de 6,2.

Es de anotar que del incremento de los 492 millones en las reservas reportadas por la ANH para el 2018, 450 millones se debe al recobro mejorado. Es decir, que los nuevos descubrimientos, los nuevos hallazgos, han sido nulos a la hora de incorporar nuevas reservas, de allí la importancia de reactivar la actividad exploratoria.

En cuanto al gas natural, desde el 2012, cuando sus reservas probadas alcanzaron los 5,72 terapiés cúbicos, las mismas han venido declinando de manera sostenida hasta situarse en los 3,78 terapiés cúbicos en 2018, cuando cayeron el 2,9% con respecto al año anterior. A consecuencia de esta caída en las reservas de gas natural, el coeficiente de reservas/producción pasó del 29,6 en 2006 al preocupante 9,8 en 2018.

La ministra de Minas y Energía, María Fernanda Suárez, en la medida que caen las reservas de gas natural “dependemos de gas importado y si lo hacemos perderíamos la autosuficiencia. Y adicionalmente hay riesgo de que el gas se doble de precio”, lo cual vendría a afectar a más de 8 millones de hogares que usan el gas domiciliario, a más de 230 mil propietarios de vehículos utilitarios y a los de más de 1.000 vehículos de transporte masivo, amén de la industria y el comercio. 

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Y la única manera de espantar el fantasma de la pérdida de la importación tanto de petróleo como de gas natural para abastecer el consumo doméstico, es incorporándole más barriles a las reservas. Y ello solo es posible si seguimos mejorando la tasa de recobro en los campos petroleros, como se viene haciendo con éxito, superando el 19% en promedio actual y/o mediante nuevos hallazgos.

Claro que todavía se puede hacer un esfuerzo adicional en la mejora del recobro, habida cuenta que el 88% de los campos en Colombia se encuentran produciendo en etapa primaria y otros países han logrado elevar el recobro hasta el 35% (¡!).  Y por cada punto adicional de recobro mejorado se le pueden añadir a nuestras precarias reservas de crudo 50 millones de barriles. Pero ello, si bien es necesario, no es suficiente para garantizar el autoabastecimiento.

Como es bien sabido, los mayores prospectos de petróleo están en los yacimientos no convencionales y en gas natural están en off shore, los cuales requieren de la utilización de tecnologías apropiadas, en el primer caso la estimulación hidráulica, más conocida como fracking; y en el segundo la exploración y explotación en aguas profundas y metaprofundas costa afuera.

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