Existe una relación tortuosa y bastante espinosa entre el sector bancario y las personas de los estratos 1, 2 y 3 a nivel nacional. En parte, esto le ha dado paso a la creación de decenas de nuevas cooperativas de ahorro y crédito, y bancos alternativos que han contribuido a solucionar o a aliviar la penosa enfermedad que significa que una persona recurra a los famosos y flamantes paga diario o gota a gota, que en un gran número de ocasiones, está relacionado con la ilegalidad, estructuras del narcotráfico, extorsión, entre otros.
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No solamente violan los términos de la fijación de la tasa de usura que se hace en el mercado regular y legal colombiano, sino que utilizan métodos poco amigables e ilegales para hacer sus cobranzas cuando una persona se encuentra en mora.
Sin ánimo de querer recrear esta espantosa modalidad, es conocido públicamente que se utilizan personas para que vayan a donde el deudor, lo amedranten, le peguen, lo amenacen, lo persuadan de una manera violenta, incluso, teniendo repercusiones en sus familias y sus bienes particulares, sea una moto, un carro o un elemento que tengan en su casa. Son personas que llegan al punto de amenazar con asesinar, si no cumple con los pagos a los que se había comprometido.
Son de conocimiento público diferentes hechos que los medios titulan como ajuste de cuentas. Ha habido asesinato de personas que no pagan a tiempo los paga diario y otros que han visto cómo sus bienes son afectados por no pagar, y en general, se convierte en una tortura psicológica ejercida por estas organizaciones en contra de las personas que acuden a sus servicios.
En su defensa, hay que decirlo: No todos están relacionados con la ilegalidad. Ellos argumentan que son la solución a un problema que el Estado ha creado y no quiere enmendar.
El sector bancario no le presta a la gente de más bajos recursos por lo que los paga diario si lo hacen y las personas asumen un riesgo reflejado en la tasa que les es cobrado. Los paga diario no se ajustan a la tasa de usura y cobran una cifra que es extremadamente alta y poco convencional, que en vez de ayudar a solucionar los problemas que tienen los usuarios, por lo general, pueden perjudicarlos más.
Sobre el sector bancario reposa parte de esta responsabilidad. Lo que argumentan los bancos, sencillamente, es que ellos se fijan en las centrales de riesgo, conocidas también por el público desde lo que era Cifín o DataCrédito, y las personas que allí no aparecen, no pueden acceder a créditos, ni siquiera de bajo monto.
Iniciativas se han hecho, desde alcaldías como la de Medellín en el gobierno de Luis Pérez, cuando creó el banco de los pobres y se ha venido fortaleciendo a través de los años en bancos como el Serfinanza, Bancamía, Multibank, Banco W, Banco Mundo Mujer o las cooperativas como Cotrafa, Confiar, John .F Kennedy, que se han convertido en actores que han tratado de ocupar este mercado y de competir, así suene risible, con los famosos gota a gota.
Se ha planteado dos nuevos retos; primero, que las personas confíen y acudan a las nuevas alternativas, y segundo, que las personas manejen un mejor historial crediticio; los que no lo tienen, que lo creen, apoyados en que el Estado colombiano pueda tratar de intervenir a través de iniciativas, como la de los senadores Luis Fernando Velasco y David Barguil, en el proyecto de ‘Borrón y cuenta nueva’ en las centrales de riesgo, para que las personas puedan tener un mayor respiro y se debiliten los prestamistas que están ligados con la ilegalidad, que están prestos a cometer crímenes por el no pago de los préstamos y que, se apueste a la bancarización de las personas para lograr un país más seguro.
De este modo, si una persona se cuelga en un crédito, no estará pensando en que lo pueden matar por eso, sino que tendrán algunos castigos en el sistema financiero pero nunca se atentará contra su vida, su integridad o en contra de su familia.