Un nuevo puente vehicular en la avenida Suba sobre la calle 100 fue habilitado en las últimas horas, marcando un hito clave en la ejecución del grupo 8 del megaproyecto de la avenida 68, una de las obras más ambiciosas de infraestructura en Bogotá.
Esta estructura busca mejorar significativamente la movilidad de más de 482.000 personas que se movilizan diariamente por esta zona del noroccidente de la ciudad.
Con una longitud de 339 metros, un ancho de 7,2 metros y un gálibo de 5,25 metros, el puente conectará el tráfico vehicular y del sistema TransMilenio en sentido sur-norte hacia el sector de Suba. De manera transitoria, mientras se construye el paso deprimido, el puente funcionará como desvío y permitirá el paso conjunto de buses articulados y biarticulados, así como de vehículos mixtos.
La estructura de esta infraestructura en Bogotá será un carril exclusivo para TransMilenio cuando entre en operación definitiva, optimizando el flujo de más de 1.400 buses en un día hábil promedio. En la actualidad, ya transitan por esta vía articulados y biarticulados que benefician directamente a más de 133.600 personas que utilizan diariamente el Portal Suba.
IDU potencia infraestructura en Bogotá
Durante la entrega del puente, el director del Instituto de Desarrollo Urbano (IDU), Orlando Molano, destacó el avance del grupo 8 de la avenida 68, que pasó de un 37 % al 53,64 % en su ejecución total desde el inicio del año.
Sin embargo, también lanzó un llamado de atención al contratista, la firma Conconcreto S.A., por los retrasos en el cumplimiento del cronograma, al punto que hoy enfrenta dos procesos sancionatorios por incumplimientos relacionados con seguridad vial y atraso en el Plan Detallado de Trabajo.
“Este puente debía estar listo en diciembre de 2024, pero por diversos retrasos solo hoy puede entrar en servicio. Aun así, es un gran paso dentro de un proyecto que transformará la movilidad de Bogotá”, señaló Molano. El alcalde Carlos Fernando Galán recibió esta obra con un 58 % de avance en enero de 2024; hoy, esa estructura ya está al 100 %.
Desde el punto de vista técnico, el puente fue diseñado para superar grandes desafíos de ingeniería. Debido a la presencia del deprimido vial en construcción, fue necesario aplicar un sistema de dovelas sucesivas y pilotes hincados a 60 metros de profundidad, garantizando estabilidad estructural sin interrumpir la movilidad en la intersección.
Además, se realizaron dos pruebas de carga, una estática y otra dinámica, que validaron la seguridad de la obra.
La iluminación de la estructura también fue contemplada desde su fase de habilitación. Se instalaron seis postes con ocho luminarias conectadas al sistema de alumbrado público de la zona, mejorando las condiciones de tránsito nocturno.
El puente se ubica en el costado de Iserra 100 y está diseñado para soportar cargas de hasta 400 toneladas distribuidas uniformemente. Este tipo de infraestructura permite no solo mayor eficiencia en la movilidad, sino también el fortalecimiento del sistema TransMilenio como columna vertebral del transporte masivo de Bogotá.
El grupo 8 contempla 1,06 kilómetros de intervención vial entre las carreras 65 y 48, incluyendo dos carriles para TransMilenio y dos carriles mixtos por sentido, más de 25.000 metros cuadrados de espacio público, 1,15 km de ciclorrutas, un paso deprimido, tres estaciones del sistema y una cicloestación. Actualmente, el paso deprimido presenta un avance del 63 %.
Aunque la fecha original de entrega del grupo estaba prevista para diciembre de 2025, las reprogramaciones han postergado la finalización de la obra al tercer trimestre de 2027, según proyecciones actuales del IDU.
En materia de impacto social y ambiental, la obra ha generado empleo para 790 personas, 363 de ellas provenientes de la localidad de Barrios Unidos. Además, se han realizado 774 reuniones de socialización con participación de más de 7.200 personas.
Como parte del compromiso ambiental, se plantarán 125 nuevos árboles y se trasladarán otros 117, mientras se conservarán 44 en el entorno de la obra.
Este megaproyecto de infraestructura en Bogotá, uno de los pilares del plan de movilidad del Distrito, sigue avanzando pese a los desafíos técnicos y contractuales. La habilitación de este puente no solo representa un alivio inmediato en la congestión del sector, sino que también anticipa los beneficios que traerá la finalización completa del corredor de la avenida 68 para la capital.
