El monstruo de mi cuarto

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Miles de pequeños viven esta tortura a diario en el país, y la viven por miedo, porque el ‘monstruo’ lleva la comida, porque el monstruo los amenaza o como lo cuenta Miguel, porque el mismo monstruo es el ‘amor’ de mamá


Por: Redacción 360 Radio

“Mi casa queda en una loma cerca de la estación Andalucía. Allí vivimos tres personas. Mi mamá, El monstruo y yo. Cada vez que me voy a dormir puedo ver que en la esquina de mi habitación se para el monstruo para verme mientras duermo. Me da miedo que me haga algo mientras no puedo verlo, puedo sentir su mirada más y más profunda, como si sus intenciones se escucharan a gritos. Le he puesto varios nombres, El monstruo, El vigilante, el coco y muchos otros. Pero mi mamá le dice amor”.

En el universo de las redes sociales no todo es malo, no todo es memes o noticias polémicas, no solo son fotos o historias cómicas; este cuento ha circulado por varias redes, por varios medios, y aunque no es reciente, ha hecho que reflexionemos sobre los abusos a nuestros menores.

Miguel Ángel López, es un joven de 16 años y es el autor de este cuento y además el ganador del premio ‘Medellín en cien palabras’. El cuento participó en la premiación en el mes de noviembre, pero en redes se ha vuelto ‘viral’ en las últimas semanas.

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Miguel Ángel en sus cien palabras nos recuerda el monstruo que cientos de pequeños soportan cada día en el país. Nos da una bofetada y nos hace ver como la sociedad sigue soportando la crueldad como algo ‘normal’. La violencia sexual contra los menores cada día es mayor. Según el DANE en el 2021 en Colombia, 4895 niñas entre los 10 y lo 14 años fueron madres. Acá en definitiva hay un acto de abuso que en muchas ocasiones normalizamos.

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Miles de pequeños viven esta tortura a diario en el país, y la viven por miedo, porque el ‘monstruo’ lleva la comida, porque el monstruo los amenaza o como lo cuenta Migue, porque el mismo monstruo es el ‘amor’ de la mamá.

Ha dicho Miguel, el autor del cuento, que no es su historia, ni la de alguien de su hogar; que pertenece a personas que conoce. “Su mamá nunca le creyó, se lo guardó siempre, desde que tenía 12 años, y un día no aguantó más y me lo contó a mí, ella me tuvo confianza porque no se sentía acogida por sus familiares, eso realmente me tocó”, explicó.

Las cifras son claras y aunque este es un cuento, no se aleja de la realidad misma de centeneres de pequeños. Entre enero y octubre del 2022 hubo más de 25.000 casos de abuso contra menores en Colombia, y esto, solo yendo a las cifras oficiales, sin tener en cuenta los miles de niños que quizá no pueden denunciar o que incluso sus mismas familias los han callado.

Dice el informe de la Policía Nacional, también, que 400 menores fueron asesinados, muchos de ellos por algún miembro de su familia.

Las cifras sobre la violencia sexual contra niños, niñas y adolescentes en Antioquia son dramática y dan cuenta de que cada días, en promedio, hay cinco víctimas de abuso. Entre el 1 de enero y el 30 de abril del 2022 se tuvieron 670 reportes. Dado esto, el Instituto Nacional de Medicina Legal ubica a Antioquia como el segundo departamento con más reportes de abusos contra menores, solo después de Bogotá.

En Antioquia y en Colombia hay miles de problemáticas diarias que no dan espera: la inseguridad, la falta de inversión en la educación, la infraestructura nacional o la falta de dinero incluso, para comprar comida, pero si hay algo que como sociedad debemos hacer y que el Estado mismo debe ser garante y es que a los niños, niñas y jóvenes se les respete, se les cuide, tengas garantías y haya una vigilancia continua para que no sigan presentándose más casos de abuso sexual.

“Ese día tenía el cabello suelto y en él dos moños rojos y los zapatos bien embetunados combinaban con mi inocencia. Bajaba por el sendero con apuro, pues odiaba llegar tarde a mi colegio. Llevaba, si acaso, cinco minutos caminando cuando sentí pasos tras de mí, él saludó, yo saludé, aunque mamá había dicho que a los extraños no se saluda. Ese día no llegué temprano al colegio, ni tarde, ni a tiempo, ese día no llegué, porque él me tomó de la mano y lo único que no me quitó fueron mis moños”. Texto tomado de: (El monstruo de mi cuarto) Por: Paola Andrea Gómez Perafan

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Este texto fue basado en la columna: (El monstruo de mi cuarto) de Paola Andrea Gómez, Comunicadora Social – Periodista y Docente de la Universidad Autónoma de Occidente.

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