El primer año del gobierno de Iván Duque, así le fue

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El mayor activo del presidente Iván Duque es que no tiene ninguna tacha, ataque o cuestionamiento por su forma de ser, de proceder, por su personalidad o por su capacidad ética y moral.  Nadie le ataca personalmente, todos le atacan por asuntos netamente profesionales. ¿Cómo mejorar?


EDITORIAL

Ni más faltaba plantear que manejar un país sea tarea fácil, mucho menos una nación tan compleja como lo es Colombia. Un país que no ha conocido un día de paz, de tranquilidad, de justicia o de orden público. Colombia ha vivido entre escándalos, polémicas, corrupción, masacres, secuestros, bombas, extorsión, desempleo y toda clase de fenómenos negativos que se puedan dar en un país.

Realmente hay que preguntarse a profundidad cómo es que este país hace para estar de pie. Iván Duque no recibía un país en las mejores condiciones, sin embargo recibía una mejor nación que la que recibió Álvaro Uribe Vélez de Andrés Pastrana. Por su parte, Juan Manuel Santos recibió un país mucho mejor de la mano de Álvaro Uribe y le entregó a Iván Duque un país con relativa calma, cierto crecimiento o estabilidad económica y la gran papeleta que son los procesos de paz con el ELN y con las FARC.

Duque ha sido durante su primer año de gobierno tal y como le dicta su personalidad, por eso para muchos no es sorpresa lo que a hoy se tiene como resultado luego de un año de que se posesionara como presidente de la nación. Duque es un hombre demasiado timorato, tibio, es una persona que siempre busca ser moderado, suave, desapasionado, desapegado en la mayoría de las discusiones trascendentales, siempre quiere buscar el punto medio, le gustan los espacios grises, le gusta buscar una especie de consenso y siempre ha buscado contentar, satisfacer, complacer a la izquierda, a la derecha, al centro y hasta los más ajenos a la política. 

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De tal manera que de Duque nunca se deben esperar mayores resoluciones a los problemas del país, no se debe esperar audacia u osadía en su actuar pues no tiene esa personalidad. Será aplacado y apacible durante todo su gobierno y en virtud de eso hoy tenemos un país en medio de la incertidumbre: las personas no saben si el país va a mejorar, empeorar o quedarse estancado; porque en este año de mandato de Iván Duque no se ha avanzado casi nada. Por el contrario son más los lunares, los aspectos negativos, adversos que ha construido este gobierno.

En primer lugar cuenta con un gabinete, aunque muy admirado y laureado, desconectado de la realidad. Así lo confirma Alirio García, el nuevo presidente del Senado, quien ha dicho que ministro que no sirva se tiene que ir, este medio de comunicación concuerda con esa apreciación. Además, luego de un año, es claro quiénes son los ministros más cuestionados, calificados por lo bajo y que hoy ya no deberían estar: Guillermo Botero, ministro de Defensa; Nancy Patricia Gutiérrez, ministra del Interior; Alberto Carrasquilla, ministro de Hacienda y Carmen Vásquez, ministra de Cultura.

Todos ellos cumplen con distintas condiciones pero buena parte de ellas es que no son un gabinete visible, son un gabinete que pasará sin pena ni gloria por los pasajes históricos del país y eso lo demuestra Lidio García cuando dice que definitivamente «hay unos que sirven y otros que no sirven para absolutamente nada». De tal manera que no solamente en mediciones externas sino en la propia opinión pública se ha podido encontrar que no hay un ánimo con el gabinete que acompaña al presidente Duque.

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También hay que decir que la inseguridad está desbordada en todo el país, esto acompañado de una inexistente reforma a la justicia, una crisis carcelaria, unos jueces que dejan en libertad a los delincuentes y una rampante impunidad. Ante esto el gobierno no hace nada, no anuncia la construcción de cárceles, no anuncia reforma a la justicia, no hace nada por mejorar la seguridad ciudadana.

La realidad de la seguridad es preocupante y no hay claridad en cómo se va a manejar este aspecto en el país. En segunda instancia preocupa bastante el desempleo, uno de los lunares más grandes de este gobierno y en parte se debe a la problemática con Venezuela. Sobre esto también se ha manejado una política muy diplomática, muy amable con los migrantes y están perjudicando de cierta manera y con hondas consecuencias el estado del empleo para los colombianos.

Duque tiene que mejorar su relación con el Congreso y garantizarle a los colombianos unas situaciones básicas de calidad de vida que se miden en lo siguiente: que el ciudadano se sienta seguro, que la justicia opere como tiene que ser, que la economía y el comercio crezcan y estén activos, que el gobierno sea un promotor que ayude a que el mercado funcione y no a que se detenga.

Entre sus retos también está seguir trabajando en el recorte del tamaño del gobierno mas no en el gasto, revisar aspectos tributarios para las pequeñas empresas, pensar de inmediato en su reforma a pensiones y su reforma a la justicia, mejorar en definitiva su tenacidad, su gallardía con las relaciones con Venezuela y tomar decisiones de fondo, de tajo y de una vez sobre el proceso de paz, no seguir ambivalente y demostrar que está gobernando de una manera auténtica y autónoma. Sobre todo debe demostrar que sabe lo que está haciendo porque hasta el día de hoy en sinsabor que tiene el país es que el presidente Duque no sabe lo que hace.

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