El Sector Petrolero: ¿De la Gloria a Ruina?

Compartir

Por: Carlos Alberto Montoya Corrales

Sorprende que cuando hace apenas unos meses el país se perfilaba como uno jugador de grandes ligas en el mercado internacional del petróleo, hacía gala de un boom petrolero y proyectaba una cifra alentadora para inversionistas y en general para el país de una producción que debería mantenerse superior al millón de barriles diarios, se hayan desinflado los ánimos con respecto a un sector  promovido en los últimos años como estratégico para la economía. La situación no es para menos si se tiene en cuenta que dicha actividad resulta estratégica por su participación en el producto interno bruto (PIB), en las exportaciones totales y en los recursos fiscales, y que realmente atraviesa por una de las peores crisis desde los años noventa cuando hizo asomo su gran potencial dentro del conjunto de la economía.

Y no es para menos, en los últimos meses se han conjugado una serie de factores adversos. Es el caso de aquellos derivados del  vínculo entre el desarrollo sectorial nacional y los cambios que se presentan en  el mercado internacional del petróleo, el comportamiento de las cotizaciones del crudo, la disposición de los inversionistas a participar del mercado, a lo que habría que sumarle los factores vinculados al conflicto interno, los cuales han resultado realmente nocivos para el conjunto del sector y en general para la macroeconomía del país. Al respecto, en este último aspecto, un estudio comparativo entre los meses de enero-noviembre de 2013 y el mismo periodo del 2014, mostraría que mientras en 2013 se registraron220 ataques a la infraestructura petrolera, en el 2014,  125. Estos últimos representaron un impacto significativo: se dejaron de producir cerca de 6.055.00 barriles, que equivaldrían a más de 600 millones de dólares (esto es, más de 1.2 billones de pesos), de los cuales dos terceras partes eran de propiedad de Ecopetrol, quien es dueña de la mayor parte de infraestructura del país, lo que termino por afectar no sólo los ingresos de la entidad, también las metas fiscales del gobierno nacional.

Le puede interesar:  ¡Qué oso!

De otra parte, y como resultado de unos procesos absurdamente sorpresivos aparecen los hidrocarburos en yacimientos no convencionales, generando un significativo aumento de la oferta mundial y desplazando el protagonismo de los tradicionales países Opep, quienes ven achicado en los últimos meses el mercado y reducido significativamente el precio del crudo. Aspecto que preocupa realmente por el impacto a corto y mediano plazo en la contracción de la demanda no sólo por  los incrementos de la producción en Estados Unidos, quien ha visto aumentar su producción en un 50%, y se estima que de seguir así en unos cuatro años lograría su autoabastecimiento; también por la inesperada contracción de la economía de China, que tuvo para el 2014 un crecimiento apenas cercano a 7%,  y sin mayores expectativas de mejora para el 2015, todo ello a pesar de que apenas dos años atrás se pronosticaban crecimiento ligeramente superiores al 10% para varios años más. Bajo estas condiciones no se puede seguir planteando para consuelo de los colombianos que la crisis actual es coyuntural y que se espera en unos pocos meses volver a precios de barril de petróleo de 70 y 80 dólares. La caída en tan sólo unos cinco o seis meses de más de un 40% del precio del barril, es el preámbulo de una actividad petrolera que parece haberse puesto de espaldas a la necesidad de los colombianos.

La situación no podría ser más preocupantes s i se tiene en cuenta que  la última subaste de bloques petroleros realizada  en julio del 2014 dejó una sensación de desconcierto, pues de 95 bloques ofertados  tan sólo  26 áreas fueron seleccionadas, es decir el  27,3 por ciento, cuando apenas dos años atrás este porcentaje fue del  42 por ciento. Lo que evidencia la poca confianza de los inversionistas en Colombia, que encuentran un cuadro desalentador en medio un acumulado de rotundos fracasos en la actividad de exploración realizada en el último año.

Le puede interesar:  Lo de Bukele, primera parte

No son casuales las dificultades que experimentan precisamente dos de las grandes empresas en el país. Ecopetrol y Pacific Rubiales, quienes sin duda se encuentran viviendo días y noches oscuras sin ver una salida clara que mejore su situación y contribuya con un clima más favorable para el sector y en general para la economía. Por el momento Gobierno deberá estar atento a una situación en la que hay pocos escenarios de confianza pero si muchos de crisis y desolación.

 

Última hora

Le puede interesar

[mc4wp_form id=”74432″]