El sueño realidad

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Después de 21 años Atlético Nacional volvió a una finalísima de la Copa Libertadores de América y luego de 27 reconquistó el trofeo más apetecido del fútbol de América.

Por: Gabriel Zapata Correa

El equipo dirigido por el vallecaucano Reynaldo Rueda no solo batió todos los registros deportivos de rendimiento en esta edición de la Libertadores. En la gran final del miércoles frente al Independiente del Valle, Nacional también puso marca histórica en asistencia: 44.760 espectadores que dejaron en taquilla 5 mil 523 millones de pesos.

El categórico triunfo de Atlético Nacional no surgió de la nada y menos de la noche a la mañana. Cuando Reynaldo Rueda llegó al club hace dos años, lo primero que les dijo a todos los jugadores es que tenían que estar preparados para competir en el Mundial de Clubes, lo cual quería decir que daba por descontado que tenían que buscar la Copa Libertadores.

Pero para convertir los sueños en realidad hay que trabajar con constancia y sacrificio. Como escribió el respetado comentarista Wbeimar Muñoz Ceballos, “el verde, ha dejado un mensaje que debemos recibir todos los colombianos: en la lucha más que en el premio, está el gran secreto. Siempre habrá que insistir por la victoria. ¡Nunca detenerse! Y esa es la demostración de que mientras sigamos el recorrido sin volver atrás la mirada, nadie puede robar nuestros sueños”.

Sin subestimar al rival, hay que reconocer sin exageraciones que Atlético Nacional fue superior a Independiente del Valle, tanto en el estadio de Quito como en el Atanasio Girardot. En el juego del miércoles, los dirigidos por Reynaldo Rueda dominaron a sus anchas, con todas las previsiones necesarias para no arriesgar la opción del título, que anhelábamos todos hace 27 años.

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El gol de Miguel Angel Borja a los 8 minutos de juego sembró las ilusiones y pintó en el panorama la Copa Libertadores. El sueño comenzaba a convertirse en realidad. Nacional controló el partido y cuando sonó el pitazo final después del minuto 90, explotó la tribuna, explotó la ciudad y explotó el país. Sumar una segunda Copa Libertadores al historial exitoso del club no era una tarea fácil. Es la meta de un esfuerzo permanente durante años, en el cual saltan los nombres de Francisco Maturana, Hernán Darío “Bolillo” Gómez, muchos técnicos nacionales y extranjeros que le dieron al Nacional los títulos que luce en su respetable escudo y que lo muestran hoy por hoy como El Rey de Copas. Todos pusieron un grano de arena en este largo proceso.

Hay un aspecto que vale resaltar. Atlético Nacional es un paradigma de lucha, de trabajo y también de gallardía. Nuestra juventud debe mirar el ejemplo del Atlético Nacional. Al éxito se llega con trabajo, con sacrificio, con esfuerzo, con constancia. Los triunfos hay que soñarlos, trabajarlos y pulirlos hasta llegar a ellos. Las victorias no llegan solas, ni se aparecen como los fantasmas.

Quiero felicitar a la organización Ardila Lulle, a los directivos del Nacional, a su cuerpo directivos, a todos y cada uno de sus jugadores y a su hinchada por esta fenomenal victoria. Hay razones para seguir soñando en muchas más satisfacciones, que vendrán de la mano del trabajo, y de la disciplina. Y para soñar en el Mundial de Clubes.

 

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