El pacto histórico está cada vez más lejos de incidir en la elección de alcaldes y del nuevo gobernador en Antioquia. Acá les contamos porqué.
Por: Redacción 360 Radio
Antioquia se ha preciado de ser un epicentro bastante distante de las realidades políticas que acontecen en Colombia y en el 2023 parece que no será una excepción.
Aunque muchos puedan indicar que victorias como la de Daniel Quintero en el 2019 era un presagio de lo que vendría con Gustavo Petro, lo cierto es que en el triunfo de Quintero influyeron personas de la agenda política local como congresistas, concejales, diputados que lejos están de haber militado o que vayan a militar con Petro. La elección de Quintero fue la unión de factores que coincidieron oportunamente en medio de la polarización continua que traía el país entre uribismo y no uribismo.
Para este año los partidos políticos quieren individualizar sus apuestas, dar un paso al costado del contexto nacional, que consideran altamente viciado y perjudicial para sus intereses, sobre todo para quienes hacen hoy parte de la coalición del gobierno de Gustavo Petro. Hablamos de los conservadores, del partido de la U y el partido liberal.
Por ejemplo, en el partido de la U, Juan Felipe Lemos es una de las disidencias dentro del partido que no está de acuerdo con comulgar con el gobierno Petro pero que al estar sometido a ese control de bancada, poco o nada puede decir o hacer; en Antioquia ha pedido un campo para él, donde pueda volver a desplegar su poder territorial y lograr diputados, concejales, alcaldes y hacer su apuesta a la gobernación de Antioquia.
Situación similar pasa con el partido Liberal, cada vez aparentemente más lejano del gobierno Petro y muy dividido en Antioquia. Los liberales para nada se quieren ver envueltos con el gobierno actual, no quieren que le reconozcan y encaren eso en las calles. Buscará tomar distancia de lo que representa la facción de Julián Bedoya, la facción más petrista del partido. Hoy Bedoya es quizá uno de los tres congresistas que más afines están a Gustavo Petro y eso en el partido en Antioquia lo han visto como una amenaza latente que intentan neutralizar.
Por otro lado, en el partido conservador no es distinto el escenario pero sí está más cooptado. Todavía hay un gran control por parte de Carlos Andrés Trujillo, ex presidente del partido a nivel nacional y, quién luego de ser removido de la presidencia, le ha dado a Juan Diego Gómez en Antioquia una bombona de oxígeno junto a su buen amigo Efraín Cepeda para no quedar diezmado a lo que era el poder de Trujillo a nivel regional.
La conclusión partidista es que van a dejar a un lado toda la política nacional en Bogotá, no se la van a traer en sus aviones. Van a desplegar un idioma, un discurso, un lenguaje distinto y diferente en los municipios de Antioquia, tratando de decir: “ No estamos con el gobierno Petro pero en Bogotá nos toca decir que si. Somos antipetristas” porque entienden el gran malestar que hay con el presidente no solo en el país sino en Antioquia, quizá el departamento que más molesto esté con Petro, donde no ha ganado ninguna elección y es un personaje nocivo si se le relaciona con los partidos en las próximas elecciones.
Esto indica que para la alcaldía de Medellín en específico, tenemos una vertiente que será respaldada por Gustavo Petro y la izquierda pero que no tendrá al presidente en la pancarta. No hablarán mal de él, no lo van a atacar. Van a discrepar, como se diría amablemente, de muchos puntos pero existirá una complacencia entre las partes. “No me atacas, no te apoyo, no vamos a aparecer juntos porque si me apoyas me vas a quemar”.
Habrá una contraparte de centro que no ha estado ni estará con Petro pero que tampoco le va a jugar al antipetrismo radical porque consideran que es jugarle a la extrema derecha y hay un sector que en este lado que claramente es antipetrista pero los temas que abordan en la ciudad serán otros; el estado actual de la ciudad en todos los frentes: seguridad, infraestructura, aseo, tecnología, educación, salud, capacidad administrativa, modelos de gobernanza entre otros. La agenda nacional no va a caber en la local.
Se volverá una agenda también neutra a Quintero. La única opción que podrá encarar la carta del proquinterismo será la de Juan Carlos Upegui, por lo demás esa carta no la sostendrá nadie más.
En cuánto a la gobernación de Antioquia, se está formando bloques anti políticos (lo hemos contado en este medio de comunicación) y en ese grupo se va a meter ese bloque antipetro con matices, con respeto pero va a ser un sector político que va a enfrentar al de algunos independientes que tampoco comulgan con el presidente como Mauricio Tobón, que ha dicho: “No comulgo con Petro, no me gusta, nunca lo he acompañado y no lo voy a hacer. Es un peligro para el país”
Por el otro lado está la figura de Luis Fernando Suárez que está conformada por algunos partidos políticos como el Centro Democrático y por el equipo de Aníbal Gaviria. Por otra parte estarán los congresistas que puedan definir una candidatura única y embalsamar una gran coalición de la vieja clase política.
Ahora bien, en esa baraja de Prieto, Mauricio Tobón, Juan Diego Gómez y Julian Rendón solo saldrá un candidato y este bloque se ha declarado antipetrista y han invitado a Luis Fernando Suárez a ser parte de la coalición.
En el escenario regional se espera más resistencia y ataques hacia el gobierno de Petro. Quizá unos candidatos con más fuerza que otros porque también es cierto que gobernar sin el gobierno nacional puede ser dispendioso, difícil y no traería buenos resultados para la región.
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