Todo apunta a que las elecciones de medio término regionales serán una fuerte reprimenda para el Gobierno alternativo que escogió Colombia el año inmediatamente pasado. Sucedió con Iván Duque y por lo general sienta precedentes.
Las elecciones de medio término en Colombia, en donde se escogen alcaldes, gobernadores, diputados, concejales y ediles suelen ser una especie de gran vara de medir para el Gobierno nacional y su favorabilidad en el país.
En las elecciones pasadas, cuando Iván duque recién fue electo como presidente recibió golpes muy fuertes en las elecciones regionales; sucedió en Manizales, en Medellín, en Cali, en Santa Marta, en Bogotá, en otras zonas en donde históricamente la derecha ganaba, en el Eje Cafetero, y ya empezaba a verse en ese momento como la izquierda estaba ganando unos espacios importantes a nivel nacional y auguraban la inminente llegada de Gustavo Petro al poder.
En este caso y como bien se comprueba en la historia los círculos viciosos se establecen en las democracias y sociedades normalmente mediocres, ignorantes y desconocedoras o incapaces de tomar buenas decisiones. Son democracias que van de bandazo en bandazo; de extremo en extremo; prueba, ensayo y error y por lo general caen en un embudo negativo; sucede en Argentina, eligen un periodo de derecha tratando de salvar el país este no lo logra, luego van a la izquierda, se sumergen ocho años y vuelven a la derecha.
Colombia pareciera estar transitando un camino muy similar de manera que, luego de 15 meses de Petro está en el poder, según las encuestas difícilmente podrás ganar una alcaldía importante o una gobernación relevante, incluso la que más le duele y le importa, la de Bogotá, parece perdida por más de que Gustavo Bolívar logre pasar a segunda vuelta.
Todo esto perfila aparentemente a la oposición como la gran ganadora, pero no es una oposición unificada, no es una oposición con una cabeza visible. Es una oposición abstracta, etérea porque en el caso de Bogotá, si Carlos Fernando Galán es alcalde, no se puede contemplar a Galán como un opositor a Petro, Galán ha tenido una posición más bien tibia frente al gobierno de Gustavo Petro. Lo mismo ocurriría en otras alcaldías como la de Cartagena o la de Cali, serían ocupadas por políticos que, si bien hoy dicen no compartir con Gustavo Petro tampoco, se han caracterizado por ser férreos opositores a su Gobierno.
Hoy por necesidades de la política, buscan venderse como opositores, pero en el fondo no lo son, los verdaderos antagonistas de Petro son el partido Centro Democrático y Cambio Radical, ya que Conservadores, Liberales y la U han regresado al Gobierno en las últimas semanas luego de ciertos acuerdos burocráticos, de manera que tampoco se puede entender la victoria del domingo de algunas colectividades como una derrota para Petro, porque en las regiones están hablando mal de Petro, en la plaza pública del pueblo hablan mal de Petro, pero en Bogotá se sientan con Petro y sus ministros.
De manera que para Petro sí será un golpe, será fuerte no tener a gente de su corazón, de su raíz instalada en los principales cargos de elección popular. No habrá una continuidad de la izquierda radical encarnada en Daniel Quintero, Jorge Iván Ospina o Claudia López, en el caso de Bogotá avanzará hacia una centro-izquierda, en el caso de Cali de igual manera a una centro-izquierda y Medellín sí estará más hacia la derecha con Federico Gutiérrez; en Barranquilla Alejandro chart, será nuevamente alcalde; Eduardo Verano de la Rosa, gobernador; un bloque que hoy está distanciado del Pacto Histórico, de los partidos del presidente Pedro.
Todo lo que sucederá se puede leer como un castigo político, como una reprimenda; la impopularidad del presidente es es astronómica, ha batido récords en muy poco tiempo de gobierno. Fuera de eso el presidente Gustavo Petro nunca logró ni siquiera unificar antes de su elección a su partido; no tienen jefes, no tienen lineamientos claros, ni directrices, están divididos, el Pacto Histórico a su interior es realmente una caldera.
De manera que con tantos cortos circuitos, el presidente Petro ni siquiera pudo articular una estrategia clara de cara a las elecciones del 29 de octubre. Seguramente lo que va a ocurrir y esto ya lo habíamos anunciado, será que el presidente Petro hará una reorganización de su gabinete, buscará incorporar nuevas fuerzas a su gobierno y llamará otra vez, por tercera ocasión, a un acuerdo, a una unidad nacional en donde permita tener algo de oxígeno el medio de una agenda política que le será adversa.
LEER TAMBIÉN: Estos serían los nuevos alcaldes del Área Metropolitana del Valle de Aburrá