Por: Ricardo León Yepes
Medellín ha sido reconocida históricamente por el talante de sus gobernantes, por el respeto institucional y la independencia en juntas directivas; aun y con todos los errores que se han cometido, el progreso y desarrollo de nuestra ciudad se ve reflejado en el presente.
Sin embargo, en Medellín vienen pasando cosas extrañas, en esta ciudad política y social se respira un ambiente de caos y desequilibrio institucional. En tan solo siete meses y medio del actual gobierno se han presentado situaciones preocupantes, renuncias continuas de funcionarios de libre nombramiento y remoción, los famosos médicos cubanos, la renuncia en pleno de la junta directiva de EPM, la renuncia de Azucena Restrepo miembro del consejo Directivo de SAPIENCIA y ahora la renuncia de la Junta Directiva de Ruta N y la de Gabriel Sánchez gerente de InnspiraMED, solo por mencionar algunos casos.
Como es de conocimiento público, el pasado 11 de agosto de 2020 la Junta Directiva de EPM renunció en pleno ante el señor DANIEL QUINTERO CALLE alcalde de Medellín, en la cual dejan claro los miembros de la junta, que la decisión responde a que el alcalde no les informó a su debido tiempo, ni permitió abrir espacios para discutir a fondo temas tan importantes como la presentación del Proyecto de Acuerdo de modificación del objeto social de EPM al Concejo de la ciudad, y la demanda en el caso del proyecto hidroituango.
La junta directiva de EPM, aclaró no haber conocido ni haber participado del análisis para adelantar acciones legales en contra de contratistas y compañías de seguros de dicho proyecto y dejan en manifiesto – “señor alcalde por lo anterior y al no estar de acuerdo con el actual manejo que se le viene dando a temas tan fundamentales para el presente y futuro del Grupo EPM y el reiterado desconocimiento a la Junta Directiva, nos vemos obligados a presentar nuestra renuncia como miembros de ésta.”
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¿Cuál es la entramada de este meollo?
En julio del presente año, Quintero Calle presentó y posteriormente retiró, quizás debido a la presión social, el proyecto de Acuerdo 09 de 2020, con el cual pretendía ampliar el objeto social de EPM, pero adicionalmente intentó quitarle las funciones de control político y competencias legales al concejo municipal de la ciudad en materia de modificaciones futuras en cuanto al objeto social de la misma y así cada vez que se requiriera, la junta podría tomar cualquier decisión sin consultar a nadie.
La pregunta real es ¿sigue vigente esa intención? quedan muchas dudas en el aire sobre el futuro de la empresa más querida por los antioqueños puesto que lamentablemente hoy no se percibe la confianza de gobernanza. Es claro que el alcalde de Medellín Daniel Quintero, presentará de nuevo el proyecto de acuerdo al Concejo de la ciudad para lograr la modificación del Objeto Social, pero para esto debe tener en EPM no solamente un gerente a su disposición, sino también una Junta Directiva alineada a caprichos e intereses a terceros. No le servía una junta independiente, cualificada y no politizada. Siempre será más fácil motivar una renuncia como un logro, sin embargo, las consecuencias de una situación como esta, son perjudiciales para el estatus de la compañía ante calificadoras internacionales.
Con esta renuncia se ha roto el equilibrio de poder, gobernanza y gobernabilidad, la balanza se inclina a favor de la politización y la vanidad, poniendo en grave riesgo el futuro de la organización EPM y no podemos olvidar que la ciudad que hoy tenemos es gracias a esta maravillosa empresa y los gobernantes que han pasado por nuestra ciudad, han respetado el equilibrio de roles de EPM y su gobierno corporativo.
Ahora más que nunca, la ciudadanía debe estar unida entorno a una misma intención, y es la de proteger a nuestra preciada empresa orgullo, no puede ser posible dejarla en manos de un poder vanidoso de turno. Definitivamente en nuestra ciudad sí está pasando algo: Una crisis institucional y política trayendo como consecuencia un freno en el desarrollo de nuestra amada ciudad. Si eso son solo siete meses y medio, no imaginemos cómo será la “Medellín Futuro” en 4 años.