La Asociación Nacional de Empresas Generadoras (ANDEG) advirtió sobre la importancia de mantener las plantas térmicas operativas para evitar un posible déficit energético y destacó la necesidad de tecnologías complementarias en la transición hacia un modelo más sostenible.
Este contenido hace parte de la 9° edición de la Revista 360, producto periodístico anual y exclusivo elaborado por 360 Radio.
Revista 360: ¿Cómo ha evolucionado la participación de la generación térmica en el consumo energético del país desde la llegada del fenómeno de El Niño, y cuál ha sido su rol en la gestión de los recursos hídricos?
Alejandro Castañeda: Desde la llegada del fenómeno de El Niño, la generación térmica ha ganado una relevancia importante para atender la demanda energética del país. En un año lluvioso, la participación de la generación térmica en el consumo total del país suele ser del 15 al 18 %.
Sin embargo, con la llegada del fenómeno, esa participación comienza a subir. En mayo del año pasado, alcanzó un 22 %, y en marzo de este año, llegó a cerca del 55 %. El papel de las térmicas en este contexto es doble. Primero, permiten almacenar agua en los embalses para enfrentar el verano, reemplazando parcialmente la generación hidráulica.
Luego, durante el verano, su rol cambia, generando energía para mantener los niveles de los embalses y evitar su agotamiento prematuro.
Este año, la generación térmica ha sido intensa, especialmente en el primer trimestre, alcanzando niveles superiores al 40 % y llegando a días con una participación de hasta el 55 %. En el segundo semestre, aunque se esperaba un alivio con la llegada de La Niña, la situación no se presentó, lo que ha llevado a un repunte en la generación térmica, que volvió a superar el 40 % en los meses de agosto, septiembre y octubre.
Actualmente, la participación térmica se ha estabilizado en un 25 % debido a las lluvias de noviembre, y se mantendrá en estos niveles mientras los embalses se recuperan para enfrentar el próximo verano.
Revista 360: ¿Cuál es la contribución de ANDEG para garantizar la confiabilidad del sistema eléctrico en un contexto de alta demanda, y especialmente ante estos fenómenos climáticos para 2025?
Alejandro Castañeda: Las plantas térmicas tienen un compromiso de garantizar el combustible necesario para estar siempre disponibles. Además, se realizan los mantenimientos y se toman todas las precauciones para que estas plantas operen de manera adecuada. Es un ciclo: durante el verano generamos energía, y si el verano es más intenso, producimos por períodos más largos. Una vez que disminuye el verano, realizamos los mantenimientos necesarios para estar preparados.
Nos preocupa que no estamos viendo que se agregue suficiente energía firme en los próximos 3 o 4 años. Esto incluye generación térmica, hidráulica con firmeza o eólica, que también tiene firmeza. Nos estamos quedando rezagados, y por eso, entre 2027 y 2028, podríamos enfrentar un déficit de energía firme, lo que impediría cubrir la demanda total del país.
La demanda ha ido creciendo, y esto debe equilibrarse con nueva generación, pero no hemos sido exitosos en incorporar esos nuevos proyectos. En los últimos tres años, después de 2019, los proyectos que realmente entran en operación representan entre el 17 % y el 25 % de lo comprometido, es decir, apenas una cuarta parte o menos. Esto nos preocupa porque estamos proyectando déficits de energía para 2028, cercanos al 6 % u 8 %. Esa es la preocupación que tenemos a futuro.
Revista 360: ¿Cuáles son entonces las acciones prioritarias en este momento para atender el déficit proyectado de energía para los próximos años?
Alejandro Castañeda: Hay varias cosas que se deben y pueden hacer. En el corto plazo, lo primero es destrabar los proyectos de generación que enfrentan problemas. La gran mayoría de estos son proyectos de energías renovables, como la generación eólica en La Guajira y la energía solar.
Actualmente, estamos teniendo muchas dificultades para que los proyectos comprometidos ingresen al sistema. ¿Qué se necesita además de destrabar estos proyectos? Un acompañamiento del gobierno, ya que la mayoría de los problemas están relacionados con licencias ambientales, consultas con comunidades o autorizaciones de puntos de conexión. Este es uno de los principales desafíos, y lo he expresado al gobierno nacional en repetidas ocasiones.
Mirando hacia el futuro, hay algunas medidas que la CREG ha anunciado, y estamos de acuerdo con ellas. Por ejemplo, la energía firme disponible en el sistema para los años 2025, 2026 y 2027 es muy limitada. ¿Qué significa esto? Que la oferta está casi igualada con la demanda proyectada, sin mucho margen de excedente. Por ello, la CREG ha planteado una subasta de reconfiguración, que consiste en preguntar a los agentes ya instalados en Colombia si tienen más energía firme para ofrecer al sistema.
Esto podría ayudar a cubrir algunas necesidades en esos años. Sin embargo, el déficit proyectado para 2028 es demasiado grande. Con la capacidad instalada actual, no seremos capaces de atender toda la demanda del país.
Revista 360: Hablando de regulación de energía y gas, ¿qué dificultades puntuales analiza ANDEG en este sentido?
Alejandro Castañeda: No contar con una comisión funcional y operativa, como hemos visto, genera retrasos significativos. En un año normal, con todos los expertos, la Comisión de Regulación expide entre 200 y 300 resoluciones al año. El año pasado, sin embargo, se emitieron solo 38 resoluciones. Si no contamos con el cuerpo colegiado completo, no se pueden tomar decisiones y la agenda regulatoria se retrasa constantemente.
Además, si no se envían señales claras desde el punto de vista regulatorio, los inversionistas simplemente no se sienten motivados a invertir. De hecho, hemos estimado que esos retrasos regulatorios podrían estar costándole al país, en términos de inversión, cerca de 2 billones de pesos en los sectores de gas y energía eléctrica.
Lo que puede suceder es que, al final, todos los inversionistas decidan esperar: esperar a que se resuelva el marco regulatorio, esperar a que se realice la subasta, seguir esperando. Si no se toman decisiones, la consecuencia será que no tendremos un servicio de calidad ni confiabilidad.
Revista 360: Presidente, para finalizar, ¿cuál es la proyección del sector térmico en los próximos años y qué estrategias serán claves para mantener su relevancia en el sistema energético y en la transición hacia fuentes más sostenibles?
Alejandro Castañeda: En los próximos años, todas las plantas existentes son relevantes y necesarias, especialmente para complementar el recurso hídrico. Sin una térmica que ayude a embalsar y desembalsar, estaríamos en una situación como la de Ecuador.
No existe una sola solución para la transición. El objetivo del país es ser carbono neutro para 2050, lo cual requiere trabajar con tecnologías que capturen, mitiguen o compensen las emisiones. La confiabilidad sigue siendo importante, como lo demostró Alemania, que tuvo problemas de suministro cuando las renovables no pudieron reemplazar la capacidad térmica.
La confiabilidad sigue siendo importante. Cada país debe tener claro su objetivo, y el nuestro es la carbono-neutralidad, pero todas las tecnologías suman. Se están desarrollando nuevas tecnologías como la nuclear, la captura de carbono, el hidrógeno y las renovables. No debemos depender de una sola tecnología, sino seguir creyendo en todas para asegurar un suministro energético constante y fiable.
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