El Gobierno Nacional en medio de esta contingencia del coronavirus ha decidido hacer entrega de toda clase de subvenciones bajo parámetros de estratos. ¿Es esto lo correcto en pleno siglo XXI?
Por: Redacción 360 Radio
Miles de personas han mostrado su indignación ante administraciones municipales, departamentales, entes como las personerías de cada municipio, medios de comunicación, entre otros, debido a que consideran que la entrega de las ayudas otorgadas por el Gobierno por cuenta de la crisis económica real que se está viviendo están siendo entregadas de manera sesgada. El Gobierno y el mismo presidente Iván Duque ha confirmado en distintas entrevistas que solamente quienes están en los estratos 1,2 y 3, y por ende varios de ellos en listas de Sisbén, Familias en Acción, Jóvenes en Acción, entre otros, son quienes hoy demandan de esos recursos porque se están viendo afectados.
En la práctica, distintos grupos de estudio económicos y oficinas privadas están haciendo un exhaustivo análisis de cómo esta crisis afecta a todos los estratos o clases sociales, no distingue de nada. Hay un consenso sobre lo siguiente: y es que los únicos sectores que hoy en día no van a tener inconvenientes por cuenta del Covid-19 serán los supermercados, las cadenas de abastecimiento, la producción de bebidas y alimentos, el sector bancario, el sector farmacéutico, el sector salud del laboratorio de clínicas y todo lo relacionado con operatividad bajo servicios esenciales que hoy están con ese régimen de excenciones, por lo cual un amplio margen de esas empresas hoy generan sus empleos en los estratos 1,2 y 3.
Aunque el esquema de estratos ya viene siendo cuestionado hace varios años, y debido a que Colombia carece de una inteligencia fiscal que permita descubrir esas miles de familias que hoy están ubicadas de manera estratégica y por demás dolosa en estrato 2 y 3 para ocultar distintas propiedades, inversiones y una presunta riqueza, pues hoy están siendo beneficiarios de dichos subsidios. Sí, muchas personas se han podido dar cuenta en distintos momentos del desarrollo social de las ciudades y territorios que en estratos bajos es donde existen personas que tienen dos o más propiedades, cuentan con medios de transporte propio y otra clase de bienes que realmente no los hacen ser pobres sino de clase media. Esto no es una regla general, estamos hablando de colados en dichos sistemas que hoy acceden a esos beneficios sin que realmente tengan derecho quitándoles espacio a personas que realmente sí lo necesitan y que en medio de esta contingencia dichos colados están siendo beneficiados por las medidas que ha tomado el Gobierno.
Un ejemplo de alguien que, aparentemente, no necesita de subsidio:
Para ello se han visto casos de la vida real. Parejas de esposos que trabajan en supermercados, farmacias, hospitales, clínicas, centros de producción de alimentos, labores de vigilancia, domiciliarios, entre otros, no están siendo afectados; mientras que las personas que por razones de su trabajo corriente venían viviendo en estratos 4 y 5, como personas que laboraban en restaurantes, peluquerías, bares, discotecas, en el mundo fitness de Colombia (instructores), tutorías personales de diferentes temas y una cantidad de ejemplos que se pueden seguir dando, hoy no son tan pobres para recibir un subsidio ni alguna otra ayuda del Gobierno, pero tampoco son tan ricos para seguir con su vida como si nada ocurriera durante tres o cuatro meses que estén en sus casas.
Adicionalmente, a medida que algunas fichas vayan cayendo, otras harán lo propio hasta que se llegue a la cancelación de servicios como le ocurre a fotógrafos, quienes hoy se han visto perjudicados, como también empresas de eventos y logística. Estos tampoco tienen alguna clase de subvención por parte del Estado. Lo único que pueden hacer es ir a una entidad bancaria a pedir un préstamo a costos muy altos porque hoy siendo afectados no cuentan con dicha ayuda.
Aunque no se puedan cambiar en medio de la marcha estos esquemas de beneficios y donde lastimosamente hay injusticias, personas seguirán recibiendo beneficios de gobiernos municipales, departamentales y nacionales. Así, no pasará nada, habrán quedado mal distribuidos y se provocará que muchas personas necesitadas de los subisidios pierdan su empleo, propiedades y estabilidad económica.