“Lo que ocurre en Bogotá no es ajeno a lo que ocurre en el resto del país”, Juan Carlos Flórez

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El exconcejal de Bogotá analizó la realidad no solo de la capital de la República sino del país, remarcando que “la unidad que había en la capital antioqueña antes alrededor de las decisiones que tomaran los empresarios que orientaban el destino de la ciudad y que eran acogidas por los diversos clanes políticos ya no funciona así como lo demuestra la actual alcaldía del señor Daniel Quintero”.


360 Radio:

Usted fue concejal de Bogotá muchos años, no volvió al Concejo, gozó de un apoyo importante de la opinión pública, tuvo independencia, así se lo reconocieron los alcaldes con los que usted compartió y hay una realidad: es que Bogotá, si bien tuvo avances notorios en la administración Peñalosa, le siguen faltando cosas, le siguen faltando consensos, acuerdos sobre lo fundamental que permita trazar una hoja de ruta, una columna vertebral, por la cual transite la ciudad.

Ejemplo, Peñalosa deja una obra planeada importante que es Lagos de Torca; Claudia López la torpedea de forma indirecta. Bogotá va como un péndulo político cada cuatro años pero el uno lo que empieza el otro no lo termina o lo cuestiona. El Metro no arranca, la inseguridad disparada. Dicho esto, se ha probado que todos los políticos que han llegado a la Alcaldía de Bogotá no han tenido unos impactos de unión, de convergencia y de avance eficiente. Peñalosa no dejó alcalde, si bien le reconocen lo que hizo, pues también le recordaron cosas que no hizo, como es normal.

Qué es lo que falla en Bogotá, ¿el Concejo?, ¿la alcaldesa?, ¿los compromisos que se hacen?

Juan Carlos Flórez (J.C.F.):

Bogotá es el espejo del país y es un espejo que está adelantado. Refleja una realidad del país antes de que estas se extiendan al resto de Colombia. Medellín vive la misma situación que Bogotá, la unidad que había en la capital antioqueña antes alrededor de las decisiones que tomaran los empresarios que orientaban el destino de la ciudad y que eran acogidas por los diversos clanes políticos ya no funciona así como lo demuestra la actual alcaldía del señor Daniel Quintero, lo que ocurre en Bogotá no es ajeno a lo que ocurre en el resto del país y además como una de las 40 megalópolis del mundo refleja también lo que está ocurriendo en el planeta: las sociedades no logran ponerse de acuerdo para resolver sus problemas y eso lo encuentra en todas las sociedades, en Brasil, Argentina, Chile, Estados Unidos.

Eso es lo que ocurre en Bogotá, simplemente fue pionera en ese proceso y probablemente en Barranquilla lo vivamos en unos años cuando el grupo económico que controla el poder en esa ciudad es algo parecido que ha habido en Medellín o Antioquia, donde los grupos económicos inciden potentemente en la política. En el caso de Barranquilla son más pocos los empresarios que inciden sobre la política y cuando ese grupo se debilite veremos en Barranquilla las mismas discusiones sobre el futuro de la ciudad; lo que pasa es que hoy en el mundo desaparecieron aquellas instituciones, ideas y creencias que unían a muchas personas; estoy hablando desde las creencias religiosas pasando por una ideología del crecimiento económico que imperó en el mundo después de la Segunda Guerra Mundial, una ideología de la propiedad económica, de que las sociedades debían ayudar a expandir la clase media.

Todo esto está en retroceso en el mundo, y por lo tanto ya no hay elementos integradores en prácticamente ninguna de las sociedades contemporáneas.

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360:

En Bogotá es la división y la oposición la que no permite progresar. ¿Qué opina sobre lo que dicen? Que Bogotá es de todos pero no es de nadie; la capital siempre ha mirado ciudades como Medellín y Barranquilla, y dicen hombre, por qué allá sí avanzan, por qué sí se ponen de acuerdo.

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J.C.F.:

El que está en Medellín ya sabe que ya hoy no es así, y tampoco en Antioquia. Eso fue cuando los grandes grupos económicos antioqueños le trazaban el norte a los políticos. ¿Ocurre eso así con el alcalde Quintero? Claramente no. Hay una división. ¿Cuánto hacía que no se veía en Medellín la solicitud de revocatoria de un alcalde? Es muy importante entender que no se trata de Bogotá o de ninguna gran capital del mundo.

Las grandes capitales del mundo a diferencia de ciudades pequeñas o intermedias son ciudades que necesitan acoger a todo el mundo para poder progresar. La mayor economía urbana del país, a donde van todas las empresas regionales a buscar un lugar; ejemplo, los supermercados regionales como Olímpica en Barranquilla, Vivero en la Costa Atlántica, El Éxito en Medellín, La 14 en Cali, y todas esas grandes superficies se desplazaron a Bogotá porque está el gran mercado.

Desde algunas capitales y departamentos hay una visión despectiva de Bogotá, la capital del país es el gran lugar de Colombia para hacer negocios. Ninguna otra ciudad o departamento tiene siete millones de habitantes para que la pueda hacer negocios. Bogotá tiene las mejores universidades del país a las que desea llegar la gente de las regiones. De manera que no todo en Bogotá es como acaban de describirlo, hay divisiones que hoy son las normales en cualquier gran ciudad del mundo incluida Medellín. Se va a Cali y tampoco se observa una unidad de todos los caleños alrededor de los alcaldes.

¿Quién se iba a imaginar que un latinoamericano iba a ser el papa de los católicos? Nunca, eso era un impensable. Llegó un latinoamericano, jesuita, cardenal de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, el papa Francisco. ¿Está unida la Argentina alrededor de él? No, está dividida; unos lo odian y otros lo aprecian. Probablemente, hace 30 o 40 años la gente estuviera unida alrededor del papa.

Hoy, no hay sociedad en el mundo que no tenga profunda división, y el mejor es que el país más rico del mundo, el que parecía el país más poderoso del mundo, está tan dividido que un presidente del propio país azuza la toma del Congreso por parte de extremistas, partidarios suyos (Donald Trump); algo que parecía impensable hace pocos años.

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Captura de pantalla canal de YouTube Juan Carlos Flórez

360:

¿Cómo conceptúa usted sobre la administración de Claudia López? ¿Y qué dice sobre el manejo de la pandemia por parte de esta administración?

J.C.F.:

Lo que percibo como individuo, y habrá otros individuos que comparten y otros que estarán en desacuerdo justamente por lo que acabo de compartir, es que la alcaldesa se presentó en campaña como lo que no era, se presentó como izquierdista porque en ese momento necesitaba los votos de la izquierda más radical bogotana para poder ganar la alcaldía porque una serie de errores cometidos en los meses anteriores a su campaña en el año 2019, pusieron a su más cercano rival a pisarle los talones. No tenía más votos del centro para ella captar, no captaba votos de la derecha entonces decidió quitarle votos a la extrema izquierda y ganó esos votos por presentarse como una persona radical, y así votaron los jóvenes y aquellas personas que se identifican con la izquierda más radical que juega las elecciones, por supuesto, no estoy hablando de una izquierda ilegal ni de una exrtrema izquierda armada; estoy hablando de las personas de extrema izquierda que hay en cualquier lugar del mundo que juegan dentro de las reglas que ofrece la democracia.

Al llegar ha dado un giro sorprendente para quienes le votaron. La pandemia, como ocurrió con muchos gobernantes en el mundo, inicialmente le ayudó porque la gente se asustó y trató de aferrarse a algo seguro, confiados en que sus gobernantes algo harían para protegerla. Pero ya hemos atravesado dos olas de la pandemia del covid, vamos para la tercera muy probablemente después de semana santa y el cansancio y la realidad económica socavan la credibilidad del presidente, de muchos alcaldes y gobernadores también la tocan a ella y hacen que la gente, que le votaron, perciba que la alcaldesa solo hizo promesas en campaña para captar votos.

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Hasta el momento no conocemos exactamente qué representa la alcaldesa. La misma peste del covid, y ella no es la excepción y hay que ser justos y equitativos, aplazó los programas de gobierno de todo el mundo: del presidente, de alcaldes y gobernadores. La gente no le pidió cuentas porque sabía que estábamos sobreviviendo a una amenaza muy grande, pero la gente hoy pregunta qué es lo que realmente va a hacer, qué está haciendo además de un discurso convocando al civismo a raíz de la peste del covid.

Todavía la alcaldesa es en parte un acertijo porque la ciudadanía se pregunta qué es lo que va a hacer. Si dijo que iba a hacer unas cosas y no las hace, y ella criticó el gobierno de su antecesor, el de Enrique Peñalosa. El candidato de Peñalosa fue derrotado en Bogotá, incluso ocupó el último puesto, es decir, la ciudad estaba escogiendo otro rumbo y ella no ha sido leal a ese rumbo. Eso en política es algo que cada vez se paga más caro porque antes los políticos podían controlar a través de agencias de relaciones públicas y a través de la pauta podían orientar a los medios de comunicación, pero hoy hay algo que ningún político controla en su totalidad: las redes sociales. Ella está en este marzo del 2021 atravesando por un momento muy difícil porque la ciudadanía le empieza a cobrar una cuenta de cobro que la está afectando duramente.

360:

¿Qué opinión le merece la construcción del Metro de Bogotá? Hace algunos meses tiene nuevo gerente y la sensación es que no avanzan demasiado estas obras, ¿la pandemia ha trastocado este proyecto?

J.C.F.:

Nno es que las obras hayan sido trastocadas por la pandemia o cambio de gerente, no. Peñalosa contrató un metro sin haber terminado los estudios, de manera que la firma china todavía está haciendo estudios, ojo a eso. La firma fue contratada para que durante dos años siguiera haciendo los estudios del metro, eso es un hecho muy grave que yo cuando trabajé como concejal demostré con documentos en la mano, con pruebas muy concretas. Advertí en varias ocasiones que estaban engañando a la gente, no van a empezar las obras del metro en varios años y no pueden empezar porque no hay una ingeniería que la respalde.

El metro de Bogotá fue concebido como un largo puente que va a atravesar como una herida gigantesca todo el corazón de Bogotá, a través de la avenida Caracas, proveniendo del suroccidente de la ciudad. Eso es una estructura muy pesada y eso requiere de unos estudios del suelo, de un cambio muy grande de la red, de un rediseño. Este metro es una locura, va por arriba y es muy chiquito, lo he llamado un minimetro, pero por debajo es una cosa de locos. Para mantener a TransMilenio, de cada $100 que van a aportar Bogotá y la nación para el metro, $30 se van a ir en rediseñar la troncal de la Caracas que va debajo del metro, una absoluta locura; es decir, si usted tiene un metro para qué dispone de una troncal del TransMilenio por debajo.

La realidad es que esa advertencia la hice, que no podía pegarse un solo ladrillo del metro porque no pueden hacerlo, la compañía china se metería en unos líos inmensos y por eso los dos años iniciales de esta obra no verán los bogotanos grandes trabajos. Lo único que se verán es lo que llaman los patios del metro, pero ni un ladrillo de ese puente extendido porque para este se requieren los estudios que le acabo de comentar.

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