«Tenemos que pensar en un gran plan de reactivación económica», Juan Carlos Pinzón en exclusivo para 360 Radio

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El director de ProBogotá, Juan Carlos Pinzón Bueno, señaló que «es muy importante pensar en un plan que articule una solución para las empresas en general (…). Puede ser el momento de crear un seguro de desempleo en el país por unos 18 meses y que en la medida del tiempo se vaya reduciendo ese beneficio».


360 Radio: ¿Cómo evalúa el estado de las finanzas públicas con una dependencia tan alta del petróleo, en un momento en el que tenemos miles de barcos tanqueros orillados en el mundo sin poder descargar y con el precio del petróleo negativo?

Juan Carlos Pinzón Bueno: Es un tema muy grave, todo esto es consecuencia del shock de oferta global que hay. Esto ha significado una reducción de demanda de unos de los insumos más críticos: el petróleo, el cual sabemos que no solo es un combustible para mover vehículos, plantas, sino también para transformarlo en caucho y otros productos que salen alrededor de los hidrocarburos. Cuando se presenta una reducción global de la demanda por el cierre y la suspensión de las fábricas la consecuencia es una reducción global de la producción y de la demanda. Por eso es que el precio de cualquier producción ha caído a lo mínimo. 

Colombia, de manera indudable, recibe recursos importantes del petróleo de dos maneras: a través de la tributación que pagan las empresas que están en el mercado de los hidrocarburos, llámese petróleo y carbón, que son muchas comenzando por Ecopetrol, pero también Él Cerrejón, entre otras. Lo segundo: a través de las utilidades que Ecopetrol le genera a la Nación sigue siendo por más del 80 % propiedad del Estado colombiano. La consecuencia es muy grave y el golpe es muy grande también.

Que se pierda plata en las finanzas públicas significa que se reduce la capacidad de compra de bienes y servicios para resolverle problemas a la sociedad, o más grave aún: que le toca al Gobierno endeudarse para poder tapar el hueco. Es un tema preocupante.

360: ¿Qué hacer con las pequeñas y medianas empresas, que son las que ponen aproximadamente el 80 % del empleo del país?, ¿qué debe hacer el Gobierno?

J.C.P.B.: Es muy importante pensar en un plan que articule una solución para las empresas en general. Una cosa es apoyarlas y otra cosa es apoyar a las personas. Puede ser el momento de crear un seguro de desempleo en el país por unos 18 meses y que en la medida del tiempo se vaya reduciendo ese beneficio de modo tal que exista el incentivo para buscar empleo, pero por el otro lado créditos en lugar de 90 o 100 % de garantía que permita a la gente reanimar sus empresas. Los que más me preocupa son los independientes e informales porque no tienen un vehículo a través del cual acercarse a una entidad financiera o bancaria, y necesitan un flujo para poder sostenerse; por eso es tan importante hablar de una visión de seguro de desempleo al menos temporal y dichas líneas de crédito.

Tras esto, tenemos que pensar en un gran plan de reactivación. Habrá empresas que tristemente y con mucho dolor no van a sostenerse después de esta crisis. Hay que apostarle a las que sean estratégicas para el país, a las que puedan sostenerse, a las que creen gran y pequeño empleo pudiendo seguir adelante, pero a través de la creación de grandes programas como pasó después de la Segunda Guerra Mundial o después de la Gran Depresión, que fueron programas enfocados en gasto público orientado a actividades que eleven la productividad y la economía, como la infraestructura masiva, vivienda. Estas son cadenas que de inmediato generan una actividad que impacta no solo la generación de empleo sino el consumo de muchas cosas, hablando de la vivienda; esta genera que se activen los mercados de la madera, cemento, hierro, alimentos y consumo personal de empleados de este estilo. 

Hay que pensar en grande, esta crisis hay que volverla una oportunidad que genere ciertos beneficios sociales. No se puede olvidar que el presidente de Estados Unidos Franklin Roosevelt, en el marco de la Gran Depresión, creo el famoso new deal, en donde se creó una clase media más robusta y engrandecida, y que más personas tuvieran ciertas garantías para poder avanzar.

360: Hay una combinación existente, y es la del desempleo y las estructuras ilegales que se hacen de personas para sus combos, el Estado enfrenta entonces un doble reto

J.C.P.B.: Muy preocupante, por eso es que hay que pensar en planes articulados y bien estructurados que garanticen flujo de ingresos para la gente y que haya al menos un nivel de consumo garantizado. Una de mis mayores preocupaciones es que el desempleo está altamente correlacionado con la violencia y con las economías ilegales. En el momento en que se dispare el desempleo y que este pueda llegar a estar entre un 20 y 25 %, lo que uno ve es un riesgo de violencia e inseguridad. Ahí existen herramientas económicas de contenido social, de garantizar que la gente mantenga un ingreso y una perspectiva, y mano firme pues no se les puede dejar ganar terreno a criminales y delincuentes.

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He venido insistiendo que es el momento de atacar al narcotráfico con las aspersiones, es ahora o nunca porque ya no existe la excusa de que se van a afectar que a propósito nunca se han afectado mayormente comparado con el daño que ha ocasionado el narcotráfico traducido en muertes y destrucción del tejido social. Por lo mismo es que se debe actuar ya, con contundencia y firmeza quitándoles el combustible a criminales, a enemigos del pueblo colombiano.

360: Empresas como Arturo Calle, Fabricato, entre otras, han dicho que no pueden acceder a créditos. ¿Qué sucede en este caso y qué cree que debe hacer el Gobierno?

J.C.P.B.: Hay que considerar con cuidado el tema de esa situación. Uno no puede resolver un problema de un choque de oferta inédito en la historia exponiendo a una crisis financiera que agravaría más las cosas. No es popular defender bancos y no es mi intención hacerlo, pero es importante explicar cómo funciona el sistema financiero. De cada diez pesos que tiene un banco, alrededor de nueve pesos son de las personas, sean del más rico o del más pobre. Cuando una persona le pide prestado dinero a un banco, lo que le dice concretamente es: tome la plata de las personas y entréguesela a alguien, y si ese alguien no paga, ¿qué hace el banco para devolverle la plata a la gente? Eso es lo que también hay que entender. El apoyo a las empresas tiene que venir en este momento muy garantizado por el Gobierno, de modo que no haya que evaluar riesgos sino entrar a apoyar directamente y esperar un pago de esas empresas en el tiempo cuando ya estén funcionando, sea una pequeñísima empresa o una gran empresa.

Los bancos tienen que seguir siendo cuidadosos en asignar crédito a compañías que tengan la capacidad de pagarlo con el fin de que no quede en riesgo el ahorro el público. Es ahí donde está el balance y por eso es que se deben entender estas cosas. Noto mucha gente tratando de hacer populismo en este momento, diciendo que los malos son quienes tienen una plata allá guardada, ¡por Dios!, la plata no es de ellos, hay que ser muy cuidadosos en esto. Necesitamos cuidar esto, hacerlo bien. Decir lo fácil o lo que suena popular, o lo que suena bien en redes sociales puede terminar siendo peligroso para la sociedad. Se requiere mucha seriedad, aplomo y carácter; pero también mucha ayuda real. Poner la plata donde se necesita.

360: El Gobierno no tiene líneas de crédito con el Fondo Monetario Internacional, puede acudir a banca multilateral, puede pensar en emisión según planteó el expresidente Álvaro Uribe, pero tenemos a un vecino que ha hecho muchas emisiones y está como está. ¿Qué piensa acerca de esto?

J.C.P..B.: Usar la capacidad de financiación del banco central, en este caso del Banco de la República, es un tema que siempre existe como una posibilidad. Lo que no es posible es pensar que uno hace pagos sin respaldo, sin entender que esto es una deuda y simplemente emitiendo billetes. Lo han hecho así la Alemania tras la Primera Guerra Mundial, lo único que eso gestó fue una inflación gigantesca (la hiperinflación) que propició el ascenso de un bárbaro al poder llamado Adolf Hitler, y que terminó en una gran tragedia para la humanidad; Argentina era una de las economías más avanzadas al comienzo del Siglo XX en el planeta entero, creyeron que con imprimir billetes todo iba a estar resuelto y terminaron también en una hiperinflación, lo que destruyó la economía. Lo mismo hicieron Hugo Chávez y Nicolás Maduro, unos irresponsables.

Hay que pensar en la oportunidad de un crédito del FMI, que permita tener plata real que mueva la economía y que genere pagos. En segundo lugar, si uno va a hacer un crédito del banco central tiene que ser eso: un crédito que permite tener recursos anticipados de utilidades futuras de dicho banco pero que en el paso del tiempo tendremos que pagarlos. Esto es como cualquier familia: si para comprar algo lo que hace es imprimir billetes en el computador eso sería muy fácil y compra lo que sea, pero resulta que en la vida real si está gastando más de los ingresos que tiene se va a quebrar, y hay un punto donde ni siquiera su mejor amigo, ni su familia le va a prestar porque no hay cómo pague. 

360: Usted fue embajador de Colombia en Estados Unidos y conoce las relaciones internacionales. El ministro de Comercio José Manuel Restrepo decía en este medio que se debe ver cómo cambia el mundo respecto al comercio internacional y ante las relaciones políticas internacionales. Parece que se organiza un nuevo orden.

J.C.P.B.: Nadie estaba preparado para una pandemia. Si se miran los escenarios que los grandes centros de estudio han hecho en el mundo del Foro Económico Mundial, de las agencias de inteligencia de Estados Unidos, entre otras, hablaban de una pandemia, pero la realidad es que nadie se preparó para ello. A Estados Unidos lo ha golpeado fuertemente, mucho más de lo que las personas se imaginaban; hay una mala noticia y es que esto pasa en un año electoral; y la coordinación entre el Gobierno central y autoridades locales que sean de otro partido no está siendo efectiva. Lo que veo es que están haciendo es política, cada quien trata de posicionarse para las elecciones de noviembre de este año.

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Sin entrar a calificar a unos y a otros veo que esto es una realidad que le está costando mucho a Estados Unidos y que debería servirnos de ejemplo. Cuando las personas se ponen a hacer política y no a pensar en el bien común, el ciudadano termina pagando un costo mucho más alto que la crisis debería generar.

El mundo ha perdido un poco de articulación y liderazgo de los mismos Estados Unidos. Algunos atribuyen esto a Donald Trump, otros al hecho de que hay potencias que han ido creciendo en poder y que el nivel de influencia no es el mismo que se tenía hace 10 o 20 años. Por lo mismo, hoy tenemos un mundo multipolar, o lo que algunos llamarían un mundo más caótico, es decir, donde no hay una sola línea que la población mundial pueda seguir sino que hay múltiples puntos de vista, lo que genera un proceso de debilidad.

No dimensionar el poder económico de innovación y militar que tienen los Estados Unidos sería un error. Colombia tiene una gran relación con ese país, que debe perdurar en el tiempo; sigue siendo el mercado más cercano. Veo que la geopolítica va a traer una nueva realidad, una nueva guerra fría y por lo mismo uno se va a articular con aquellos que comparta valores similares de democracia, libertad, independencia, innovación y libertad de empresa. Por otro lado, el hecho de que cadenas logísticas en el mundo están quedando en entredicho en este momento. Cuando la mayor parte de la producción global de pequeños o grandes elementos está ubicada en Asia, pues faltaba una pandemia como esta para probar que eso es un riesgo; parte de lo que va a pasar es que va a haber reubicación de fábricas y plantas, y ahí veo una gran oportunidad para Colombia. Este es un tema que hay que tratar con lógica geopolítica y de Estado a Estado entre Colombia y Estados Unidos; nuestro país debe ser receptor de fábricas internacionales, de parte de las cadenas logísticas globales, que pasen de estar en países asiáticos y vengan a estar en Colombia. Eso tendría un gran impacto para el país.

360: La realidad es que se debe convivir con el coronavirus, hasta que haya vacuna y no nos podemos quedar encerrados. Algunos países del mundo ya están abriendo. ¿Cómo cree que se debe dar la apertura en nuestro país?

J.C.P.B.: Nadie serio en Colombia ha propuesto que haya una apertura sin un proceso de adaptación y sin protocolos. No he visto a nadie serio que inste a salir como si no pasara nada. Hay que construir consensos, ponerse serios y de acuerdo en lo que se necesita para que cada tipo de negocio pueda ir abriendo entendiendo que no va a ser lo mismo que teníamos en el pasado hasta que no haya una vacuna y retrovirales operando, pero que nos permita salir a generar ingreso, a que la gente tenga platica en el bolsillo y que siga teniendo esperanza hacia adelante. Eso es muy importante.

Se debe hacer todo de manera ordenada, dotar al país de herramientas suficientes como tapabocas, guantes, desinfectantes, entre otras cosas, para que estén disponibles y las compañías lo puedan hacer. Manejar muy bien el transporte público, tema determinante. Lo que no se puede hacer es esperar a ver qué pasa, la humanidad, cuando vivía en cuevas, decidió salir de estas para enfrentar las fieras y enfermedades; muchos perdieron la vida pero la civilización nos ha llevado hoy a ser más de 7.700 millones de personas. Cuando se presentaron las grandes guerras muchos entregaron la vida por nosotros para avanzar. En Colombia miles de militares y policías entregaron su vida para que el país avanzara y dejáramos atrás los peores momentos de violencia. No puede ser que ahora queramos construir una Colombia en reversa, hay que echar para adelante, adaptarse a la situación y no dejar de andar. Hay que movernos hacia el futuro y eso es lo que necesita el país.

Taiwán, Singapur, Corea del Sur y Suecia son los países que más han avanzado en el marco del covid-19, mejor situación económica tienen, menos casos de contagio por millón de habitantes y menos muertos. La característica común es que han utilizado tecnología e inversión focalizada para garantizar que el resto de la actividad pueda funcionar y se proteja la vida de la gente. Así es que se debe pensar.

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