El caballito de la izquierda siempre ha sido hablar de la gran «desigualdad» que hay en Colombia, pero creo que están muy mal de enfoque, que sus intenciones son nocivas y quisiera creer que es ingenuidad e ignorancia, y no mala intención.
Por: Andrés Felipe Gaviria Cano
Si yo todos los días me despertara pensando en que Elon Musk, Julio Mario Santodomingo, Luis Carlos Sarmiento, Amancio Ortega o Bill Gates me deben algo y que el mundo me debe algo, realmente estaría muy preocupado e iría con más frecuencia a un psiquiatra.
Y es que parece que a muchos colombianos les han lavado la cabeza con la idea de que los ricos son malos, de que los empresarios son opresores, de que la sociedad tiene deudas con todo el mundo sin mayor argumento, por eso tenemos una generación de jóvenes tan débiles, una generación de cristal a la que no se le puede regañar, no se le puede instruir, no se le puede decir nada, se cansan de todo en seis meses, quieren estar haciendo diez mil cosas pero no hacer ninguna buena y razón tienen nuestros abuelos cuando decían que los tiempos buenos creaban generaciones débiles. Eso lo estamos recogiendo hoy.
Lo peor de todo y centrándome en el tema de la política y del Gobierno, es que en definitiva ese discursito de la igualdad, de que todos tenemos que tener el mejor carro, la mejor casa, ir a la mejor universidad, usar las mejores prendas de ropa y que todos vivamos como en un sueño… eso es una utopía, es una falacia y quien lo crea tiene que estudiar o tendrá que sufrir mucho en la vida para entender que así no son las cosas.
Toda va adentro, trabajo todos los días de mi vida intensamente por crear empresa, por crear empleos, por hacer que el valor que genero en mi negocio sea mayor para el beneficio no solo mío sino de quienes me ayudan a sacar adelante los proyectos. Y no me la paso pensando todo el día qué le puedo quitar al otro, cómo pueda cargarme al otro para ver si yo avanzo. Es una visión simplista, egoísta y absolutamente fracasada de la vida.
DEL MISMO AUTOR: Que alguien pare esto
Ahora bien, en Colombia lo que sí se tiene que buscar es más equidad. Que haya equidad significa es que todos tengamos acceso a unos bienes básicos, a unos servicios que suplen las necesidades que garantizan una vida digna, como salud, educación, trabajo, pensión, una buena infraestructura en todo sentido y justicia. Ahí nos entendemos y podemos estar más o menos de acuerdo en cómo llegar a esos puntos pero lo cierto es que la equidad es la que el Estado debe promover y tratar de cuidar las empresas existentes, incentivarlas para que crezcan, fomentar la creación de nuevas empresas, que creen empleo, no hay nada distinto a la creación de empresas y empleo que haga el Gobierno tratando de suplir este espacio, lo hace mal como siempre; lo mejor es que sea la empresa privada.
La empresa privada sabe optimizar recursos, sabe invertir, sabe ser eficiente en sus procesos, sabe comportarse y tiene a las mejores personas en sus filas, no como lo hace el Gobierno. Esa equidad persigue que se paguen mejores salarios, que se tenga un mejor sistema de salud, que las personas puedan asistir a colegios básicos, que puedan escoger si ir a colegios privados o públicos, igual que con la universidad y que cuando salgan de la educación puedan conseguir un empleo.
Lo anterior es equidad, y que en el campo laboral todos puedan competir, ser mejores, desarrollarse, instruirse e ir creciendo, y quien no quiera buscar un empleo que tenga todas las garantías y posibilidades para crear una empresa. ¿Qué mejor que un Estado que todos los días tenga nuevas compañías, nuevos emprendimientos, nuevos proyectos? Eso es lo que vuelve a las sociedades realmente ricas.
Es de cambiar el chip, es de dejar el resentimiento, la envidia, el revanchismo a un lado porque no nos va a llevar para ninguna parte.
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