Esta es la fortuna que Charlie Zaa tiene en juego por presunto vínculo con paramilitares

La investigación señala posibles vínculos con dineros ilícitos, aunque el proceso no lo involucra como responsable penal directo.

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El reconocido cantante colombiano Charlie Zaa, una de las voces más emblemáticas de la música romántica en América Latina, enfrenta hoy una de las batallas más complejas fuera del escenario: un proceso judicial que pone en riesgo una parte considerable de su patrimonio. La Fiscalía General de la Nación impuso medidas cautelares sobre varios bienes suyos, dentro de un proceso de extinción de dominio por presuntos vínculos con el paramilitarismo.

Panorama general: La cifra que estaría en juego, según el ente acusador, asciende a $25.000 millones de pesos, correspondiente a la discoteca Solaris en Ibagué y el centro comercial y discoteca Oasis, ubicado en Girardot, Cundinamarca. Las autoridades sostienen que estos inmuebles podrían haber sido financiados con dineros del Bloque Tolima de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), grupo armado desmovilizado a mediados de los años 2000.

Aunque el proceso no involucra directamente a Zaa como persona natural, la investigación apunta a que los inmuebles habrían sido adquiridos o construidos con capital de origen ilícito. Esto basta para que puedan ser objeto de extinción de dominio, independientemente de si hay una condena penal.

Charlie Zaa defiende legalidad de sus bienes tras medida de extinción de dominio

Esta es la fortuna que Charlie Zaa tiene en juego por presunto vínculo con paramilitares

Por qué es importante: En entrevista con Mañanas Blu, Charlie Zaa negó de forma tajante cualquier relación con estructuras criminales. “Nunca he sido amigo de paramilitares, guerrilleros ni narcotraficantes. Jamás les he cantado, mucho menos he sido testaferro”, afirmó con vehemencia.

Zaa sostiene que los bienes que hoy están bajo la lupa de la justicia fueron adquiridos con los ingresos legítimos de su carrera artística, que desde 1996 ha estado respaldada por contratos discográficos, presentaciones internacionales y regalías. “Con Sonolux vendí más de $3.200 millones en discos, sin contar conciertos ni producciones en el exterior”, agregó.

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En el caso particular de Oasis, Zaa argumenta que la propiedad fue desarrollada en 2003 en Girardot, y no en 2007 en Ibagué, como señalan algunos testimonios entregados por desmovilizados. “Ese es uno de los errores más graves: están confundiendo fechas, lugares y hechos”, señaló.

Detalles: Para sustentar la legalidad del inmueble, el artista entregó a la Fiscalía una serie de documentos que incluyen el certificado de libertad y tradición, la licencia de construcción emitida por la Alcaldía de Girardot, y el contrato de compraventa del lote, fechado en el año 2000, adquirido por su familia por alrededor de $140 millones de pesos.

Según su versión, los recursos usados para levantar Oasis provienen exclusivamente de sus ahorros personales y los ingresos de su carrera, que tuvo su punto más alto a finales de los años 90 y principios de los 2000.

Uno de los puntos más controversiales del caso gira en torno a un antiguo arrendatario del inmueble. En 2003, Zaa alquiló un piso del Oasis a Harry Wildman Malo Pérez, un personaje que, según el cantante, posteriormente dejó de pagar el arriendo, mostró comportamientos violentos y construyó una discoteca similar en Melgar (Tolima).

“El contrato de arrendamiento está en manos de la Fiscalía”, explicó Zaa, y advirtió que este individuo se movía con escoltas armados y podría estar vinculado a actividades ilegales. Para él, ese antecedente podría haber generado confusión y desviado el foco de la investigación.

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