Una grave denuncia hecha en redes sociales por la nadadora bogotana María Marcelo Preciado ha generado preocupación en Santa Marta, especialmente en el sector turístico. Según su testimonio, en diciembre de 2024 contrajo una peligrosa bacteria tras nadar durante varios días en las aguas del sector de Bello Horizonte, lo que desencadenó una infección que terminó con la amputación de una parte de su cuerpo.
Preciado, de 63 años, es una experimentada nadadora de aguas abiertas y frecuente visitante de Santa Marta, donde posee una propiedad en Puerto Gaira. En el video que publicó recientemente, asegura haber detectado una lesión en su piel que fue agravándose con el paso de los días.
Luego, según afirma, los médicos le confirmaron que la causa era una bacteria, posiblemente Staphylococcus aureus, contraída en el mar samario.
Turismo en riesgo por posible caso de infección bacteriana en playas de Bello Horizonte, Santa Marta
“Las aguas negras están siendo botadas directamente al mar y eso genera un riesgo para la salud humana. Yo lo viví en carne propia”, manifestó entre lágrimas.
La denuncia de Preciado fue rápidamente replicada en redes sociales, generando reacciones divididas entre quienes piden una investigación y quienes exigen pruebas científicas que respalden sus afirmaciones.
Hasta ahora, la mujer no ha presentado exámenes clínicos, diagnósticos oficiales ni informes médicos que permitan comprobar que su infección fue causada por la contaminación del agua marina.
Autoridades aún no reciben denuncia formal: Consultadas por medios de comunicación, las autoridades locales confirmaron que no han recibido reporte oficial sobre este caso. La Alcaldía de Santa Marta, a través de la Secretaría de Salud Distrital, indicó que no existe hasta el momento una denuncia formal, ni evidencia médica que permita iniciar un proceso de verificación.
“La señora no ha presentado exámenes médicos ni documentación que respalde su afirmación. Sin ese sustento, no es posible abrir una investigación ni emitir una alerta sanitaria”, aseguró una fuente del gobierno distrital.
Además, desde la Secretaría de Turismo manifestaron preocupación por el posible impacto de este tipo de denuncias en la imagen de la ciudad, especialmente en temporada alta. “Somos conscientes de los problemas ambientales que afronta la ciudad, pero también debemos proteger el trabajo que se hace para consolidar a Santa Marta como un destino turístico confiable”, indicaron.
Un sistema colapsado y con pocas soluciones a corto plazo: Más allá del caso específico de María Marcelo, su testimonio ha reavivado el debate sobre el estado del sistema de saneamiento en Santa Marta, un problema estructural que se arrastra desde hace décadas.
La ciudad, que ha experimentado un crecimiento acelerado en las últimas dos décadas, no cuenta con un sistema de alcantarillado ni estaciones de tratamiento de aguas residuales suficientes para atender la demanda actual.
Esto ha derivado en constantes vertimientos de aguas negras al mar Caribe, especialmente en zonas como El Rodadero, Bello Horizonte y Taganga.
En enero de este año, la Alcaldía tuvo que ordenar el cierre temporal de la Bahía Central tras un colapso en la estación de bombeo Ebar Norte. El incidente generó la descarga directa de aguas servidas en las playas, lo que llevó a la suspensión de actividades turísticas en uno de los puntos más visitados de la ciudad.
El propio alcalde Carlos Pinedo admitió la magnitud del problema: “El sistema de alcantarillado de Santa Marta no solo es obsoleto, sino que nunca fue diseñado para atender una ciudad con más de medio millón de habitantes y miles de visitantes al mes. Necesitamos una intervención estructural”.
Según Pinedo, ya está en marcha un plan articulado con el Gobierno Nacional que contempla inversiones en estaciones de bombeo, ampliación de redes de alcantarillado y tecnologías de tratamiento de aguas residuales. Sin embargo, los resultados no se verán en el corto plazo.
“Estamos comprometidos con recuperar nuestras playas, pero no es algo que se resuelva de la noche a la mañana. Esta es una ciudad que durante años no tuvo planificación ni inversión en infraestructura crítica”, aseguró.
Preocupación entre habitantes y empresarios del turismo: Mientras las autoridades insisten en que no pueden actuar sin pruebas, el caso ha provocado preocupación en diversos sectores de la ciudad.
Propietarios de hoteles, operadores turísticos y residentes frecuentes temen que este tipo de denuncias, aunque sin sustento médico, afecten la reputación de Santa Marta y disminuyan la afluencia de turistas.
Un llamado a la acción: El caso de María Marcelo, aunque todavía no ha sido verificado oficialmente, deja en evidencia un problema estructural y postergado. La falta de infraestructura sanitaria adecuada representa un riesgo latente tanto para residentes como para turistas.
Este episodio debe verse como una oportunidad para exigir mayor transparencia, rigor en el control ambiental y un compromiso real de las autoridades locales y nacionales para modernizar el sistema de saneamiento de Santa Marta.
El mar es una fuente de vida, salud y economía para esta ciudad, pero también puede convertirse en un foco de enfermedad si no se protege con responsabilidad. Mientras no se tomen decisiones firmes, seguirán apareciendo casos con pruebas o sin ellas que afecten la credibilidad de una ciudad que tiene todo para brillar.
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