Estaba cantada

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De hecho, la calidad del servicio ha venido mejorando, pero no con la celeridad que esperan y a la que legítimamente aspiran los usuarios. Según la Superintendencia se ha reducido la frecuencia y la duración de los cortes de energía y se viene prestando una mejor y más diligente atención al usuario. Los usuarios aún no perciben el cambio. Les tomará tiempo y esfuerzo recuperar la confianza perdida por parte de los usuarios, después de 22 largos años de desafueros y atropellos que recibieron por el servicio. 


Por: Amylkar Acosta

El balance de prueba de este primer año de operación de Air-e y Afinia que han asumido la prestación del servicio de energía en la región Caribe ha sido, además de retador para las mismas, agridulce para los usuarios. Después de la pesadilla y el maltrato que significó para estos Electricaribe, los desesperados usuarios se aferran a la ilusión de contar con un mejor servicio y un mejor trato por parte de ellas. El mayor reto para los nuevos operadores es mejorar la calidad de la prestación del servicio, evitar las continuas interrupciones y las fluctuaciones del voltaje. Con tal fin, ellos se comprometieron, a través del Acuerdo mencionado, a invertir $5 billones por parte de Afinia y $3.7 billones por parte de Air-e en un lapso de 5 años y de este modo corregir el rezago histórico de las inversiones que dejó de hacer Electricaribe. 

De hecho, la calidad del servicio ha venido mejorando, pero no con la celeridad que esperan y a la que legítimamente aspiran los usuarios. Según la Superintendencia se ha reducido la frecuencia y la duración de los cortes de energía y se viene prestando una mejor y más diligente atención al usuario. Los usuarios aún no perciben el cambio. Les tomará tiempo y esfuerzo recuperar la confianza perdida por parte de los usuarios, después de 22 largos años de desafueros y atropellos que recibieron por el servicio. 

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Por ello es entendible la impaciencia y la reacción por parte de los usuarios cuando recibieron sus facturas en el mes de septiembre con un aumento desmesurado de la tarifa por parte de Air-e. La nueva tarifa tuvo un incremento del 9.8% para el sector residencial y comercial, pasando de $500 KWH a $626 KWH y un 5% para el sector industrial. Huelga decir que, aunque a muchos tomó por sorpresa, esa alza estaba cantada, toda vez que  en el artículo 318 de la Ley 1955 de 2019 del Plan  de desarrollo quedó establecido que “la variación en las tarifas para esta región será al menos igual a la variación porcentual de tarifas del promedio nacional”. Se trata, entonces, de nivelar por lo alto. Sólo había sido aplazada. 

DEL MISMO AUTOR: La transición digital

La CREG, en ejercicio de sus facultades y en aplicación del régimen regulatorio especial  expidió la Resolución 010 de 2020, “por la cual se establece el régimen transitorio especial en materia tarifaria para la región Caribe” y con fundamento en ella Air-e presentó su expediente tarifario para su consideración, como lo prevé su Resolución  015 de 2018, requisito sine qua non para autorizar el aumento en la tarifa. Este se hizo efectivo por parte de la CREG mediante las resoluciones 024 y 078 de junio 24 de  2021. 

Definitivamente, lo que hace la mayor diferencia entre el costo unitario (cu) en el Caribe, que no es otra cosa que la tarifa aplicable en el mes de septiembre y en los meses venideros, con respecto al resto del país, es el cargo por pérdidas, desfasado con respecto al resto del país (¡!).

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