El dominio del inglés como segunda lengua ha adquirido un rol crucial en un mundo globalizado, actuando como la lengua franca de comunicación internacional en diversas esferas como los negocios, la educación y la cultura. Según el Índice de Dominio del Inglés EF 2023, los Países Bajos encabezan la lista con una puntuación excepcional de 647, reafirmando su posición como el país con mayor nivel de inglés entre los países no angloparlantes nativos.
El Top 10: predominio europeo con excepciones notables
El análisis de los resultados del EF Standard English Test (EF SET), basado en datos de 2,2 millones de participantes de 113 países, revela un liderazgo europeo en el dominio del inglés. Entre los países clasificados con “muy alta competencia” (puntuaciones superiores a 600), se destacan:
Entre las excepciones a este dominio europeo están Singapur y Sudáfrica, que destacan como los únicos países no europeos en el Top 10. Esto subraya la relevancia del inglés como lengua común en regiones de diversidad lingüística y cultural.
Europa muestra un progreso significativo, con una mejora promedio de 50 puntos desde 2011, consolidándose como la región con mayor dominio del inglés. Otras regiones también han mejorado notablemente: América Latina (+42 puntos) y Oriente Medio (+36 puntos). Estas cifras evidencian un esfuerzo global por fortalecer el aprendizaje del inglés, aunque aún persisten retos.
La relevancia dominio del inglés en un mundo globalizado
A pesar de los avances regionales, se ha detectado un preocupante descenso en el dominio del inglés entre los jóvenes de 18 a 20 años. En 2015, este grupo alcanzaba una puntuación promedio de 537 puntos, equivalente a un nivel moderado. Sin embargo, en 2023, su puntuación cayó a 448, clasificándose como de competencia muy baja. Por el contrario, las generaciones mayores han mantenido e incluso mejorado sus habilidades en el idioma.
El inglés sigue siendo una herramienta indispensable para la comunicación internacional. Los países con altos niveles de dominio no solo logran mejores conexiones globales, sino que también cosechan beneficios económicos y culturales significativos. El caso de los Países Bajos, con una puntuación líder de 647, ilustra cómo la inversión en educación lingüística puede posicionar a una nación en el escenario global.