La Reserva Federal de Estados Unidos decidió mantener sin cambios las tasas de interés en su primera reunión del año, deteniendo así su ciclo de reducción tras tres bajas consecutivas en 2024 que sumaron un punto porcentual completo. Esta decisión responde a la necesidad de evaluar con mayor precisión la evolución de la inflación y el mercado laboral, así como el impacto económico de las políticas del presidente Donald Trump.
El banco central había anticipado en diciembre que este año solo llevaría a cabo dos recortes adicionales de un cuarto de punto. Sin embargo, la nueva administración de Trump ha generado un clima de incertidumbre económica con una serie de decretos ejecutivos que podrían afectar la estabilidad financiera y el crecimiento del país.
Panorama general: La Reserva Federal ha optado por la cautela hasta tener más certezas sobre la evolución de la inflación, que busca reducir al 2%, y sobre los planes arancelarios y de gasto del nuevo gobierno. Desde su regreso a la Casa Blanca el pasado 20 de enero, Trump ha implementado varias medidas que han sacudido el panorama económico:
- Suspensión parcial del gasto federal: El lunes, el presidente firmó un decreto para frenar parte del gasto, lo que podría generar un impacto negativo en el consumo y el crecimiento económico. No obstante, un juez federal suspendió temporalmente esta medida hasta el próximo lunes, cuando será revisada nuevamente.
- Aumento de las deportaciones: Trump ha intensificado las expulsiones de inmigrantes, lo que podría afectar sectores clave de la economía que dependen de la mano de obra extranjera.
- Posibles aranceles a México y Canadá: Ha amenazado con imponer aranceles del 25% a las importaciones provenientes de estos países a partir del sábado, una medida que, según la mayoría de los economistas, podría agravar la inflación en lugar de contribuir a reducirla.
Por qué es importante: Los efectos de estas políticas ya comienzan a reflejarse en los indicadores económicos. Datos preliminares publicados el miércoles mostraron que el déficit comercial de bienes de EE. UU. aumentó casi un 18% en diciembre, alcanzando un récord de US$122.100 millones. Este incremento se debió, en gran parte, a un alza en las importaciones de suministros industriales, lo que sugiere que las empresas están adelantando compras ante la expectativa de nuevos impuestos a las importaciones.
A pesar de la pausa en los recortes de tasas, los inversionistas y muchos economistas aún esperan que la Fed reanude su ciclo de flexibilización monetaria hacia finales de 2024. No obstante, el mensaje del banco central es claro: la prudencia será la norma hasta que haya mayor claridad sobre la evolución de la inflación y las políticas económicas de Trump.
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