El exalcalde y excandidato, Federico Gutiérrez, presidencial lidera todas las encuestas de intención de voto para la alcaldía de Medellín, a escasas 8 semanas de que los medellinenses acudan a las urnas. Parece inevitable su victoria.
Medellín históricamente había tenido unas elecciones tanto para gobernación, como para alcaldía, teóricamente corrientes, teóricamente normales, poco dramáticas; con todos los ingredientes de la picaresca, de los ataques, de la distorsión, de la competencia. Se volvió un escenario atractivo desde hace 12 años, cuando quienes empezaban a liderar las encuestas y eran los mayores opcionados, perdían.
Este hecho ocurrió con Juan Carlos Vélez, cuando Federico Gutiérrez ganó. Pasó con Alfredo Ramos, hace 4 años, cuando ganó Daniel Quintero, lo cual fue una sorpresa de la llegada de la izquierda al poder en Medellín por primera vez.
En lo que acontece ahora, Gutiérrez, luego de su fallida aspiración presidencial, recibió toda clase de expresiones en las cuales le pedían aspirar nuevamente la alcaldía de Medellín.
Este medio de comunicación en el mes de enero, adelanto que Gutiérrez sería candidato a la alcaldía y gran parte de la decisión que lo llevó a aspirar, se origina en la administración de Daniel Quintero. Una administración que hoy tiene promediando encuestas un 64% de desfavorabilidad y que podría ser la más polémica en los últimos 20 años y la cual baraja candidatos muy desconocidos, muy «enanos” para el debate que plantea un exalcalde y un ex candidato presidencial.
Desde comienzo de año, la mayoría de partidos políticos prefirieron no hacer procesos para tener candidatos propios, sino, llegar al expreso de Federico Gutiérrez, quien hoy aspira con su partido Creemos y tiene su lista el Consejo.
Esta semana se conoció que se presentó una demanda que fue admitida, en donde se le solicita anular la creación de su partido Creemos ante el Consejo de Estado. Al parecer sería una demanda de nulidad simple. El demandante fue Luis Humberto Quidales García, quien considera que la resolución que le reconoció la personería jurídica al Partido Creemos no es procedente y ha pedido que se declare nula. Es una petición difícil, ya que por tiempos legales, esta decisión es improbable que se tome antes de las elecciones.
Esto demuestra que una de las fórmulas en las que buscarán frenar a Federico Gutiérrez, no solamente es a través de unas vías judiciales, sino también políticas y mediáticas.
Gutiérrez sin hacer una campaña intensa, como las que realizó en dos ocasiones para ser alcalde, goza de una intención de voto en todas las encuestas superior al 40%, mientras que todos sus contendores, ni siquiera llegan a un 20%.
Además, como es conocido en la política quienes influyen e inyectan oxígeno financiero, político y mediático a las campañas, tienen unos modos de lectura para entender en dónde estar y en donde no estar. Esto lleva a que se retiren de otras candidaturas, les retiren los apoyos y busquen llegar a las opciones que tienen capacidad de ganar.
Varios candidatos han acusado ese golpe en donde la financiación se está acabando, el apoyo mediático y político se están acabando y difuminando, con una intención de optar por aterrizar en la campaña de Gutiérrez.
Tanto es el movimiento que Gutiérrez ha tenido que escribir en sus redes sociales sobre la importancia de la unidad y no maltratar a personas de otros partidos que quieran apoyarle, porque estaba sucediendo que personas de su entorno y personas políticas de sus listas de asamblea y consejo, estaban teniendo actitudes hostiles con candidatos de otras colectividades, a los cuales les estaban pidiendo retirar la imagen de Federico Gutiérrez de sus vallas.
A pocas semanas de las elecciones, Federico Gutiérrez tiene un horizonte despejado y su rival más próximo está desgastado por ostentar ser el candidato de la actual administración. Juan Carlo Upeguí, Albert Corredor y Rodolfo Correa tienen un escenario difícil para poder salir adelante. Mientras que candidaturas como las de César Hernández, Juan Camilo Restrepo, Juan David Valderrama, Felipe Vélez, son candidaturas que se ven damnificadas por el efecto arrastre de candidaturas que quieren llegar masivamente a la campaña de Gutiérrez.
No hay peligro de que la aspiración de Gutiérrez de un revés, a no ser que suceda algo extraordinario. Al parecer, no va a haber intentos de unidad por parte de Federico Gutiérrez en este momento. Una unidad puede restarle, más que sumarle y por eso ha pretendido tener unos puentes y conversaciones abiertas, aunque lejos de los partidos políticos, los congresistas y otros candidatos.
Gutiérrez se ha cotizado tanto, que cerca de cuatro candidatos a la gobernación quieren hacer alianza con él, hablan de él en cada entrevista y en su publicidad. Saben que si Gutiérrez supera el umbral de los 500,000 votos en Medellín, va con una fórmula a la gobernación. Fácilmente podría endosarle más de 250,000 votos a su candidato a la gobernación de Antioquia, la mitad de los necesarios para llegar a la entidad.
Federico Gutiérrez, hoy parece invencible, esto por cuenta de una división que la ciudad está viviendo, una división álgida, fuerte y más palpable que nunca. Una confrontación con el Gobierno Nacional, con Gustavo Petro. El desgaste de Gustavo Petro es inminente y en regiones como Antioquia se atenúa aún más.
Hay una perfecta combinación de factores para que el próximo alcalde de Medellín sea Federico Gutiérrez. Tendría la responsabilidad inmensa de liderar un nuevo proyecto bajo su cabeza de recuperación de la ciudad que hoy requiere una intervención integral en todos sus frentes.
Gutiérrez tendría la responsabilidad de liderar un nuevo proyecto de recuperación de la ciudad, ante lo que ellos llaman un abandono total de la administración actual. También han acusado de graves actos de corrupción. Esto lo que va a lograr es impulsar su lista al Concejo de Medellín, a la asamblea de Antioquia, su popularidad, su intención de voto y cómo no, luego de haber sacado 600,000 votos a la presidencia, poder estar muy seguramente por encima de los 400,000 votos, lo que le haría el alcalde más votado en toda la historia de la ciudad.
A nivel de sus rivales la alcaldía de Medellín, históricamente se ha comprobado que solo logra poner fundiendo la máquina cerca de 100,000 votos. Así como sucedió hace 4 años con el candidato de Federico Gutiérrez, Santiago Gómez, Alonso Salazar y sucedió en otras administraciones en donde los candidatos de la administración difícilmente tenían posibilidades de salir electos.
Incluso en Medellín, durante los últimos 25 años un alcalde no ha repetido y tampoco alguien que lidera las encuestas ha ganado, pero todo parece indicar que en esta ocasión, todas esas tradiciones se romperán y Gutiérrez ya planea cómo encarar su futuro como gobernante, como conformar un equipo altamente competitivo y desde luego, crear un ambiente de unidad ciudadana, lo que ha sido uno de sus principales llamados en campaña.
Los dos únicos contenedores que puede tener Federico Gutiérrez, hoy por parte de la línea oficialista, es Albert corredor y por parte de una línea de centro derecha es Juan Camilo Restrepo.
Ante el colapso del supuesto pacto de Versalles, el cual no duró ni siquiera dos semanas al aire, Luis Bernardo Vélez, el exconcejal, ex secretario y quien apoyó a Quintero hace 4 años, se salió de este grupo y no llegaron a acuerdos claros para tener un candidato único dentro de esas cuatro opciones.
De manera que las fotos finales sería Federico Gutiérrez, Juan Camilo Restrepo, Albert Corredor, seguramente Juan Carlos Upegui, si es que no existe una alianza entre estos dos, en la que muchos han intentado trabajar y los intentos por derrotar a Gutiérrez, se harían, se articularían, pero hoy el terreno que tiene ganado lo hace, como muchos lo ven, prácticamente invencible.