El Fondo Monetario Internacional (FMI) encendió las alarmas sobre el panorama fiscal de Colombia. Tras concluir la consulta del Artículo IV de 2025, el organismo multilateral destacó un escenario mixto, por un lado, avances en crecimiento e inflación controlada; por el otro, preocupación por la sostenibilidad de las finanzas del país en un año marcado por la incertidumbre política y económica.
Según el informe presentado por el FMI, la economía colombiana crecería alrededor de un 2,5 % en 2025, en línea con la estimación anterior. Sin embargo, la entidad monetaria proyecta que esta dinámica se moderará en los próximos años, presionada por factores externos y locales que amenazan con frenar el ritmo de expansión.
En materia de inflación, la evaluación es optimista. El FMI prevé la senda descendente hasta llegar a 4,5 % a finales del 2025 y, eventualmente llegar a la meta del 3 % en 2027, siempre que el Banco de la República mantenga una política restrictiva y prudente.
Regla Fiscal en suspenso: el gran foco de preocupación
El mayor campanazo del FMI recae en la regla fiscal. El gobierno de Gustavo Petro invocó en el mes de junio la cláusula de escape haciendo que la regla fiscal quedará suspendida hasta el 2027, una decisión que para el Fondo ha debilitado “considerablemente” el marco de política económica del país.
Los directores ejecutivos advirtieron que esta medida, junto a varios incumplimientos en materia fiscal, ha elevado los diferenciales de riesgo soberano, algo que genera desconfianza entre los inversionistas internacionales. La regla fiscal, considerada el ancla de la disciplina macroeconómica, es vista como un pilar clave para garantizar la sostenibilidad de la deuda y preservar la credibilidad del país.
El organismo recordó que, en su evaluación anterior, Colombia mantenía una calificación de políticas “muy fuertes”, requisito indispensable para acceder a la Línea de Crédito Flexible (FCL). Hoy ese respaldo se encuentra entre dichos.
Aun así, el Fondo Monetario Internacional respalda el compromiso del Gobierno de retomar la regla fiscal en el 2028, aunque advierte que para cumplirlo será necesaria una consolidación fiscal sustancial.

Riesgo de una “parada súbita” de capitales
La incertidumbre fiscal no es lo único que preocupa. El Fondo advirtió que las tensiones geopolíticas, un endurecimiento de las condiciones financieras globales y políticas migratorias restrictivas podrían impactar en el crecimiento y encarecer el financiamiento externo.
En el plano interno, el FMI alertó que los retrasos en la consolidación fiscal pueden deteriorar aún más la confianza y, en escenario extremo, provocar una parada súbita de capitales hacia Colombia. Así pues, esto significaba una salida rápida de los inversionistas y mayores presiones sobre el tipo de cambio y tasas de interés.
Sector financiero y reformas de fondo
El Fondo señaló que el sistema financiero colombiano sigue mostrando resiliencia, aunque pidió mantener la vigilancia ante riesgo derivados de tasas de interés reales altas y la creciente exposición de los bancos a deuda soberana.
Con la mirada puesta en el largo plazo, el organismo recomendó impulsar reformas para mejorar la productividad, ampliar la participación laboral y diversificar la economía, de manera que el crecimiento no dependa de sectores puntuales.
Sobre el plan de transición energética, el Fondo fue claro, la transformación debe ser escalonada y diseñada con cuidado, de modo que apoye la sostenibilidad y no genere desequilibrios macroeconómicos.
Además, el FMI destacó que las reservas internacionales continúan siendo cómodas, equivalentes al 131 % de la métrica ARA y que el déficit en cuenta corriente se ampliará a un 2,5 % del PIB en 2025, lo que refuerza la necesidad de disciplina y prudencia fiscal.
Las recomendaciones del Fondo
Frente a este panorama, los directivos ejecutivos instaron a Colombia a cumplir las metas del déficit en el corto plazo y adoptar políticas de consolidación creíble, que combinen medidas de gasto e ingreso con enfoque de crecimiento.
Además, recomendó mantener una planificación de contingencia robusta para blindar la economía ante posibles choques externos, así como abordar rigidez presupuestaria que limitan la eficiencia del gasto público.
En política monetaria, el organismo respaldó la postura restrictiva del Banco de la República y subrayó que cualquier ajuste debe ser cauteloso y basado en datos, para evitar un repunte en la inflación.
Por último, el mensaje es claro, Colombia tiene fortalezas para enfrentar los retos, pero la confianza de los inversionistas y la estabilidad de las finanzas públicas dependerá de decisiones firmes y consistentes en los próximos años.
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