Kiev, la capital ucraniana vivió entre la noche del sábado y la madrugada del domingo uno de los ataques aéreos más devastadores desde el inicio de la invasión rusa.
El bombardeo, calificado por las autoridades como el más brutal en semanas, dejó un saldo preliminar de al menos 12 muertos y más de 60 heridos en diferentes regiones del país, incluyendo a Kiev, donde se reportaron tres fallecidos y una decena de heridos.
La ofensiva coincidió con el último tramo del canje de prisioneros acordado entre Rusia y Ucrania en Estambul, que contemplaba la liberación de 1.000 personas por cada bando.
No obstante, este avance diplomático se vio ensombrecido por la violencia desatada desde el cielo, con el lanzamiento masivo de drones y misiles que alcanzaron zonas residenciales y objetivos civiles.
Ofensiva aérea rusa devasta Kiev mientras Ucrania y Rusia completan canje de prisioneros
La noche más oscura para Kiev: Las sirenas antiaéreas resonaron sin cesar durante la madrugada del domingo, mientras el cielo de Kiev se iluminaba por las explosiones. Rusia lanzó cientos de drones kamikaze y misiles de distinto tipo, incluyendo misiles balísticos y de crucero.
A pesar del esfuerzo de las fuerzas de defensa ucranianas, que lograron interceptar 266 drones y 45 misiles, muchos proyectiles lograron impactar infraestructuras civiles, ocasionando incendios, destrucción y muerte.
“Fue un ataque masivo y despiadado. Más de 80 edificios residenciales resultaron afectados y se registraron al menos 27 incendios. Aún seguimos trabajando para extinguir las llamas en tres puntos críticos de la ciudad”, declaró Igor Klimenko, ministro del Interior, en su cuenta oficial de Facebook.
Los Servicios de Emergencia trabajaron sin descanso durante toda la noche. Videos y fotografías difundidos en redes sociales muestran calles cubiertas de escombros, vehículos calcinados, fachadas derruidas y a ciudadanos buscando entre los restos de sus viviendas.
Víctimas civiles: La tragedia fue particularmente dolorosa en la región de Zhitómir, en el oeste del país, donde una familia fue alcanzada por uno de los ataques. Tres niños murieron y sus padres resultaron heridos, la madre en estado crítico.
Esta escena se repite en distintos puntos del país: viviendas reducidas a cenizas, hospitales colapsados por la cantidad de heridos y comunidades enteras en shock.
En Kiev, la administración militar regional confirmó la muerte de tres personas por el impacto directo de un dron, y la hospitalización de al menos diez ciudadanos por heridas causadas por fragmentos de explosivos y colapsos estructurales.
Un mensaje de urgencia al mundo: El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, respondió con contundencia al nuevo ataque ruso, pidiendo a la comunidad internacional una reacción firme y decidida. “Sin una presión fuerte sobre las autoridades rusas, esta brutalidad no se detendrá”, afirmó el mandatario desde su canal oficial en Telegram.
Zelenski hizo énfasis en que la economía rusa tiene debilidades estructurales que podrían ser aprovechadas con sanciones más estrictas y un aislamiento más profundo. “La guerra puede terminar, pero sólo si el mundo muestra la determinación necesaria para hacer que Rusia rinda cuentas”, insistió.
El canciller ucraniano, Andrí Sibiga, también expresó su rechazo al ataque, calificándolo como “el mayor bombardeo aéreo ruso de las últimas semanas”, y lamentó el sufrimiento innecesario que siguen enfrentando millones de ucranianos debido a la agresión rusa.
Progreso diplomático empañado por la violencia: Paradójicamente, este ataque tuvo lugar en la misma jornada en que Ucrania y Rusia completaron la tercera y última fase del canje de prisioneros acordado la semana pasada en Estambul.
En total, 1.000 prisioneros de cada país fueron liberados en tres días consecutivos: 390 el viernes, 307 el sábado y 303 este domingo.
Los prisioneros ucranianos liberados incluían soldados del Ejército, miembros de la Guardia Nacional y efectivos de los servicios de frontera. “Gracias al equipo que trabajó sin descanso para lograr este resultado”, manifestó Zelenski, reconociendo el esfuerzo de los mediadores y de las fuerzas nacionales.
Este canje representó el primer contacto directo entre ambas partes en tres años, y fue considerado un logro relevante dentro del estancado panorama de negociaciones. Sin embargo, el recrudecimiento de los bombardeos rusos pone en duda la continuidad de cualquier avance diplomático.
Por qué es importante: Este ataque marca un punto crítico en la guerra que se libra desde hace más de dos años. Mientras las conversaciones de paz parecen lejanas, la violencia se intensifica en zonas urbanas densamente pobladas, afectando principalmente a civiles.
El contraste entre la liberación de prisioneros y la brutalidad del ataque aéreo pone en evidencia la complejidad del conflicto, donde los gestos de diplomacia conviven con actos de agresión masiva. Para Ucrania, mantener el apoyo internacional es clave para resistir y reconstruir, pero también para frenar la capacidad bélica de Rusia.
Detalles
- Víctimas: Al menos 12 muertos y 60 heridos en todo el país. Tres de los fallecidos eran niños.
- Intervención militar: Ucrania interceptó 266 drones y 45 misiles, pero no logró frenar completamente la ofensiva.
- Daños materiales: Más de 80 edificios residenciales fueron afectados, y se presentaron 27 incendios.
- Kiev: Tres muertos confirmados en la capital y más de diez heridos por explosiones de drones y misiles.
Contexto: Desde el inicio de la invasión rusa en febrero de 2022, Ucrania ha sido blanco de múltiples ofensivas que han golpeado severamente su infraestructura y su población civil. Aunque ha contado con el apoyo de países europeos y de Estados Unidos, la resistencia ucraniana enfrenta desafíos constantes, tanto en el frente militar como en el humanitario.
La capital, Kiev, se ha convertido en un símbolo de esa resistencia, pero también en uno de los principales objetivos del Kremlin, especialmente cuando el conflicto se encuentra en momentos decisivos.
Panorama general: Lo ocurrido este fin de semana no solo demuestra la persistencia de la agresión rusa, sino también el alto costo humano de un conflicto que aún no tiene una solución cercana. Mientras Rusia refuerza su ofensiva aérea, Ucrania clama por una respuesta internacional más firme y urgente.
Las imágenes que hoy recorren el mundo desde Kiev y otras ciudades ucranianas son un recordatorio de la fragilidad de la paz, de la necesidad de proteger a los civiles y de que, incluso en medio de gestos de reconciliación como el canje de prisioneros, la guerra continúa con consecuencias devastadoras.
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