Si hay algo que caracteriza al fútbol, sin duda es esa magia que hace acto de presencia en los momentos más inesperados para convertir un partido cualquiera en uno memorable. Solo hacen falta unos segundos, una intuición, un arranque o un gesto para dar pie a una jugada o a un gol que se convierte en historia del deporte.
Tratándose de un deporte además con tanta fama, es cierto que resulta fácil recordar muchos goles inolvidables de grandes torneos de fútbol. Pero hay casos y casos. Cualquier jugador puede marcar un gol, pero no cualquiera puede anotar un tanto que ni la más loca de las apuestas online habría logrado vaticinar. Aquí vamos a centrarnos en esos casos, en goles que son auténticas leyendas del fútbol.
Los goles que desafiaron a todas las predicciones
El primer caso que vamos a tratar es uno que recordarán los seguidores más veteranos del deporte rey. Corría el año 97, el verano estaba a punto de empezar y Brasil y se estaba enfrentando a Francia en su casa con motivo del Tournoi de France. Hubo una falta a 35 metros de portería que lanzó Roberto Carlos, la barrera era perfecta, pero absolutamente nadie, ni el propio tirador, podría imaginar el efecto con el que salió ese trallazo que fue directo a la red.
Es un tiro libre que no lograron ni siquiera explicar tras un estudio físico del disparo. De hecho, hasta el propio Roberto Carlos no se creía lo que había anotado. Un ángulo tan difícil, una distancia tan complicada, una probabilidad tan mínima; pero, aun así, no improbable.
Del 97 saltamos a 2012, a un partido amistoso entre Suecia e Inglaterra en el que Zlatan Ibrahimovic consiguió otro de esos tantos imposibles. Una chilena perfecta a 32 metros de la portería estando totalmente de espaldas. Fue el cuarto gol de la selección sueca, con el que se distanció aún más de los dos tantos de la selección inglesa, y con el que se escribió otro de esos capítulos increíbles de la historia del fútbol. Quién le iba a decir que luego acabaría jugando junto con esos mismos rivales.
Y de esa acrobacia moderna nos vamos al pasado. Al Real Madrid de 1956. Un partido contra el Athletic de Bilbao con el que Marsal hizo una jugada realmente extraordinaria. No fue tanto el disparo, sino la carrera con la que cruzó medio campo evadiéndose de todos los que le intentaban arrebatar el balón con un zig-zag perfecto hasta llegar al borde del área. Ahí, culminó con un disparo perfecto.
Para el último caso nos quedamos en España, pero viajamos a la década de los años 30 y al Oviedo FC para hablar de Isidro Lángara. Una de las grandes leyendas del fútbol español no solo por ser un goleador nato, sino por su capacidad para hacer tiros a 50 metros que eran auténticos torpedos para los porteros rivales. Que se lo digan al Barcelona en aquel partido que perdió 7-3 contra el conjunto de Oviedo gracias, entre otros, a dos goles que el portero rival más tarde catalogária de imposibles.
Hay muchas más historias. El fútbol es tan antiguo que está repleto de casos como estos. Sin duda, pruebas de que su magia viene de lejos y nunca se va a ir.
