El cierre total de la vía entre Medellín e Ituango, tras el colapso de un muro de contención el pasado 4 de enero, ha transformado el recorrido hacia este municipio en una verdadera odisea. Los viajeros ahora enfrentan tiempos de desplazamiento de hasta diez horas, al verse obligados a tomar rutas alternas por Toledo y San José de la Montaña.
Esta situación ha generado afectaciones significativas tanto para pasajeros y habitantes del sector, como para los transportadores, quienes han reportado millonarias pérdidas económicas debido a esta contingencia.
El tramo afectado, ubicado entre San Andrés de Cuerquia y el Valle de Toledo, permanece inhabilitado debido a las dificultades para iniciar las obras de reparación, que incluyen el desalojo de familias que habitan en viviendas cercanas al lugar del derrumbe, lo cual genera incertidumbre sobre la reapertura de la vía.
Cierre de la vía entre Medellín e Ituango y su impacto en transportadores y viajeros
La única empresa de transporte de pasajeros que cubre la ruta Medellín-Ituango ha reportado pérdidas cercanas a los 20 millones de pesos diarios desde el cierre de la vía. Además, la disminución en la afluencia de viajeros ha agravado la situación económica para el sector.
Los usuarios, que antes tardaban menos tiempo en llegar a su destino, ahora deben atravesar vías alternas que no se encuentran en las mejores condiciones, lo que incrementa el tiempo y el costo de los viajes. A esta problemática se suma la incertidumbre sobre la fecha de reapertura de la vía, lo que mantiene en vilo tanto a los transportadores como a los residentes de la región.
Según Horacio Gallón, secretario de Infraestructura Física de Antioquia, la principal dificultad para dar inicio a los trabajos es el desalojo de siete u ocho familias que habitan cerca del punto crítico. «El alcalde de San Andrés de Cuerquia nos dice que hoy termina de desalojar las viviendas y que ya pueden empezar. EPM inicialmente había dicho que se demoraba 10 días para dar paso; nosotros le estamos pidiendo que acelere el tema», señaló Gallón.
Estas familias han rechazado la opción de un albergue temporal ofrecido por las autoridades, exigiendo una solución más estable mientras se realizan las obras. Este obstáculo ha retrasado el inicio de los trabajos, afectando aún más a quienes dependen de esta vía para su movilidad.
¿Cuánto tiempo tomará reabrir la vía?
Empresas Públicas de Medellín (EPM), encargada de los estudios técnicos y las intervenciones, estima que, una vez se den las condiciones para iniciar las obras, tomaría aproximadamente diez días habilitar un carril y cerca de mes y medio culminar el proyecto completo. Sin embargo, Horacio Gallón mencionó que recientes análisis podrían extender este plazo algunos días adicionales.
Mientras tanto, se mantienen habilitadas las rutas alternas por Puerto Valdivia y Toledo-San José de la Montaña, aunque estas han incrementado los costos operativos para los conductores.
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La reapertura de la vía entre Medellín e Ituango es fundamental no solo para restablecer la conectividad de la región, sino también para mitigar el impacto económico que afecta tanto a los transportadores como a los residentes. Si bien las autoridades han mostrado disposición para agilizar las obras, la coordinación entre los diferentes actores involucrados será clave para cumplir los plazos establecidos.
La situación también pone en evidencia la necesidad de planificar y reforzar la infraestructura vial en zonas vulnerables, especialmente en regiones que dependen de una única vía principal para su comunicación.
Por ahora, la comunidad de Ituango y los transportadores deberán seguir enfrentando los retos de las rutas alternas, mientras esperan una pronta solución para recuperar su principal conexión con la capital antioqueña.
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